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La 'Quinta de Guadalupe', además de por el edificio principal, destaca por tener uno de los jardines mejor conservados de la región y en el que hay arbolado exótico.
El catálogo de  la huella indiana

El catálogo de la huella indiana

Quince edificios levantados con capital llegado de América forman una ruta autoguiada por Colombres, Bustio, Villanueva y Noriega

EVA FERNÁNDEZ

Lunes, 9 de enero 2017, 00:21

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La Asociación Red de Municipios Indianos del Norte de España, que integra a las localidades de Comillas (Cantabria), Pradoluengo (Burgos) y Colombres (Ribadedeva), acordó en su última reunión, celebrada en diciembre en la localidad burgalesa, la catalogación de los edificios más representativos de la arquitectura indiana presente en sus territorios. En Ribadedeva, el trabajo ya está hecho e incluye quince inmuebles nobles en Colombres, Bustio, Villanueva y Noriega. Son auténticas obras de arte construidas con capital indiano, procedente del fenómeno de la emigración de muchos jóvenes del concejo a países como Méjico y Cuba.

«Buscaban fortuna y huían del hambre y del servicio militar obligatorio. Cuando lograron el triunfo y la riqueza no olvidaron sus raíces. Durante los años de trabajo y exilio, cultivaron su nostalgia y el sueño de retirarse como rentistas», explica la autora del folleto de 'La Huella Indiana de Ribadedeva', María Cruz Morales, profesora de la Universidad de Oviedo. Esta experta aporta su investigación en un catálogo confeccionado para el Ayuntamiento ribadedense, donde además realiza una breve descripción de cada uno de los inmuebles recogidos en el atractivo folleto. Esta selección arquitectónica ha dado lugar también a una autoguiada ruta turística que ofrece al visitante la posibilidad de acercarse a estas mansiones con «una arquitectura llamativa, colorista y exótica», según Morales. La buena conservación y la calidad de los edificios les han convertido en referentes urbanísticos de la villa, algunos públicos, como es el caso de la Plaza, la Casa Consistorial y la Iglesia. En definitiva, un conjunto artístico que justifica su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

El responsable de Cultura, Javier Sampedro, explicó que «los estudios realizados en el concejo ponen de manifiesto la importancia de las grandes sumas de dinero que enviaron estos indianos para construir las casas y también para mejorar los pueblos y las necesidades de sus vecinos. Ellos pagaron las traídas de agua a las escuelas, los cementerios y las carreteras». Morales también recogió en el folleto que «a finales del siglo XIX, alcanzó Ribadedeva el mayor auge económico conocido. En Colombres se hizo la urbanización de las calles. Llegó el alumbrado público, el ferrocarril y las carreteras, a unos niveles que en aquellas fechas no tenían otras ciudades mucho más importantes». La cercanía del puerto de Santander influyó en la prosperidad del concejo. Y es que, de hecho, el conjunto patrimonial de Colombres es uno de los más interesantes de todo el fenómeno de la Arquitectura de Indianos que, según Sampedro, «cambió la fisonomía de estos pueblos».

La ruta, perfectamente señalizada con indicadores, carteles alusivos y una pequeña descripción de cada edificio, empieza en la 'Quinta Guadalupe', nombre que recibió de la esposa del «segundo conquistador de Méjico», como se conoce a Íñigo Noriega Laso. Este palacio, de color azul y blanco, fue construido en 1906 y proyectado por el arquitecto montañés, Valentín Ramón Lavín. Es una construcción escalonada en altura con cuatro fachadas independientes. El símbolo más claro de la riqueza y el poderío de su propietario son las arquerías de madera policromada que presenta en dos pisos y su gusto árabe. Tiene uno de los jardines mejor conservados de Asturias, por su diseño y por el arbolado exótico que alberga. En la actualidad, es la Sede de la Fundación Archivo de Indianos y el Museo de la Emigración.

Ayuntamiento, plaza y farolas

Le sigue la 'Casona de Íñigo Noriega'. Edificada en 1877, es la más an-

tigua de todo el conjunto indiano. De grandes dimensiones, con simetría y gusto clásico en la fachada de la calle, está dotada de una exquisita galería de madera. Destacan, en su interior, los muebles de lujo. Entre otros, una sillería isabelina. Cuenta con un pequeño oratorio.

El Ayuntamiento de Ribadedeva, obra del arquitecto santanderino Casimiro Pérez de la Riva, quien proyectó en 1895 la plaza y el edificio a instancias del Conde de Ribadedeva, que costeó los gastos. La plaza fue iluminada con 30 farolas de fundición y se plantaron plátanos para dar sombra. La Casa Consistorial se terminó en 1901.

La 'Casa Roja', el cuarto edificio catalogado, fue un antojo de Eduardo Sánchez que hizo fortuna en Cuba. El resultado fue una elegante villa rodeada de jardín. La siguiente parada es la 'Casa de Piedra', sede de la Cultura Municipal y la biblioteca. Fue propiedad de otro emigrante enriquecido, Pío Noriega, y está casi frente a la anterior. La torre con alero y arquería alta, con el cuerpo en chaflán y hastial, son los símbolos de poder y un gran mirador hacia el paisaje.

La 'Finca las Raucas' fue obra de los hermanos Ibáñez, unos de los mayores empresarios de la emigración a Méjico. Fue Manuel Ibáñez Posada quien encargó el proyecto de la casa al maestro francés Brudard. El resultado es un edificio sobrio y austero. Le sigue la 'Casa de los Leones', formada por la yuxtaposición de tres cuerpos de edificación. Data de 1920 y fue realizado para el médico Francisco Sánchez Noriega. 'La Solana' es la siguiente, se encuentra en la calle Francisco Sánchez, en una encrucijada de calles y perspectivas. Está rodeada de un pequeño jardín urbano y rodeada por una verja. Se trata de una obra de los años veinte. Hoy, está pintada de rojo y amarillo.

Primeras construcciones

Las 'Casas Gemelas', de las primeras construcciones indianas en Colombres. Corresponde a finales del siglo XIX. Está situada en la calle Lamadrid, tiene un jardín aterrazado y descendente. Lo más destacado es como los perfiles de la cubierta se animan hacia la calle.

En 'El Cantu' el maestro de obras fue Manuel Posada Noriega. Se construyó en los años veinte y destaca el cuerpo prismático de la terraza, subdividido en tres volúmenes, y el mirador volado sobre la entrada. En la 'Iglesia de Santa María', del siglo XIV, fue objeto de numerosas reformas. Consta de dos torres y un cuerpo central. Tiene una cúpula de media naranja. La 'Quinta Buenavista', en la calle Badalán, es un edificio de 1899, como figura en su verja de entrada. Destacan los jarrones de piedra que flanquean la puerta principal y un mirador sobre el que se abre un balcón.

En Bustio, está la 'Villa Delfina'. En 1921, José Egüen Otazabal, emigró a Puerto Rico y en 1921 encargó este palacete que tardó cuatro años en construirse. De esta casa, destaca la torre, un elemento de distinción nobiliario y de poder. En Villanueva, 'La Quinta Ibáñez' se terminó en 1908, proyecto de Manuel Posada Noriega. Es un gran palacete en una extensa finca. Destaca los numerosos adornos de su fachada. El recorrido, por estas joyas, concluye en Noriega, en 'La Palmera', al borde de la carretera de Colombres a Noriega. Es un edificio ecléctico que incorpora un ático abuhardillado con óculo entre dos volutas.

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