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De izquierda a derecha, en primera fila, Arturo Ezquerro, José Miguel Liaño, María Pilar Toro y Manuel Colinas. Detrás, María Teresa Alonso, Margarita Pendás, Carmen Buergo y Francisco Manuel Álvarez, todos ellos miembros del equipo directivo del Área Sanitaria VI.
Homenaje a cinco profesionales de la salud con historias «dignas de un libro»

Homenaje a cinco profesionales de la salud con historias «dignas de un libro»

Los médicos José Miguel Liaño y Arturo Ezquerro, la fisioterapeuta María Pilar Toro, el enfermero Manuel Colinas y el ingeniero Rafael Pérez se jubilaron tras años de dedicación

LUCÍA RAMOS

Sábado, 25 de febrero 2017, 00:21

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Durante décadas velaron por la salud de los asturianos residentes en el Oriente, restando incluso horas a sus propias familias, pero ahora es su momento. «El momento de descansar, de hacer todo aquello para lo que nunca hubo tiempo, de cultivar las aficiones y, simplemente, de coger aire y disfrutar», en palabras de la gerente del Área Sanitaria VI, Margarita Pendás Toribio. Unas palabras dedicadas a los cinco profesionales sanitarios retirados durante los dos últimos años que ayer fueron homenajeados en el salón de actos del Hospital Francisco Grande Covián, ante la orgullosa mirada de sus colegas y familiares.

Los agasajados fueron el médico del centro de salud de Ribadesella Arturo Francisco Ezquerro Aguinaga, el enfermero del consultorio de Alles (Peñamellera Alta) Manuel Colinas Salas, el médico del centro de salud de Cangas de Onís José Miguel Liaño Lamamie de Clairac, la fisioterapeuta del centro de salud de Ribadesella María Pilar Toro Ramos y el jefe del Servicio de Mantenimiento del Área VI, Rafael Senén Pérez Rodríguez . Este último no pudo acudir al acto por motivos personales.

Los cuatro homenajeados presentes en la celebración coincidieron en reconocer que son las personas a quienes ayudaron durante tantos años lo que más echan de menos desde su jubilación, aunque la mayoría de ellos siguen viendo a muchos de sus antiguos pacientes, pues son vecinos. Es el caso del navarro Arturo Ezquerro, quien llegó a Ribadesella hace 34 años y ya no se marchó. «Todavía veo a mis pacientes por la calle y charlo con ellos, así que se podría decir que nosotros no terminamos nunca de retirarnos», señalaba ayer.

También muy ligados a la localidad de Alles que les acogió hace 28 años siguen el leonés Manuel Colinas y su mujer, Enriqueta, también enfermera retirada. Ambos participan activamente de la vida social y política del lugar, además de aprovechar el tiempo libre del que ahora disfrutan viajando todo lo que pueden. Férreo defensor de la sanidad en las zonas rurales, el sanitario insistía ayer en la importancia de mantener estos servicios, pues de cerrar los consultorios de los pueblos, «serían muchos los kilómetros que tendrían que recorrer los pacientes para poder ser atendidos».

De una opinión similar es María Pilar Toro, llegada al Oriente desde Madrid, hace ya una década, y que ayer invitaba a Administración, profesionales y pacientes a «adaptarse a los cambios que experimenta la sanidad».

Finalmente, José Miguel Liaño, quien llegó a Amieva en 1980 procedente de Madrid para echar raíces y crear una familia en tierras asturianas, relataba cómo desde su retirada está aprendiendo a tocar el violín y dedicándose a su amada fotografía.

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