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Xurde Alas, Pedro Collado, Alejandro Alonso, Borja Cueto, Vicente García, Jonatan García, 'Oscarín' Fernández' y Sergio Concha fueron los aguinalderos que este año recorrieron la parroquia de Cazu en busca de donativos para invitar a cenar a las mozas.
«Sin los jóvenes se perderá la tradición del Aguinaldo», advierten en Cazu

«Sin los jóvenes se perderá la tradición del Aguinaldo», advierten en Cazu

Los aguinalderos de este año prometen luchar por mantener la costumbre e instan a sus vecinos casamenteros a unirse a ellos. «Una vez que lo pruebas, repites», dicen

LUCÍA RAMOS

Lunes, 27 de febrero 2017, 01:38

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«El Aguinaldo es una tradición centenaria, no podemos dejarlo morir». Así de rotundo se mostraba ayer el veterano pongueto Agustín Llera, natural de la parroquia de Cazu, mientras esperaba a que los mozos casamenteros hiciesen su parada en Sellaño para descansar y reponer fuerzas antes de volver a ponerse en marcha sobre sus engalanados caballos y seguir recogiendo donativos.

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Agustín, de 85 años, recordó que cuando él era un niño ya se celebraba esta original fiesta que culminará el sábado con una cena que los aguinalderos ofrecerán a las mozas solteras de la parroquia. La sufragarán con el dinero obtenido ayer tras recorrer, casa por casa, las localidades de Cazu, Ambingue, Los Lladeros, Tribiertu, Priesca y Sellaño. «Solo hubo unos años en que estuvo en peligro de desaparecer, durante la Guerra Civil, pero finalmente conseguimos mantener el Aguinaldo con vida», rememoró el pongueto. Por eso le entra «una pena enorme» al pensar que «si los jóvenes de ahora no se animan y participan se perderá la tradición».

Una tradición que ahora parece una bonita y pintoresca costumbre, pero que en su día sirvió para cimentar numerosas relaciones de pareja. Fue el caso de Constantino Arobes, otro veterano pongueto que bailó por primera vez con la que hoy es su mujer durante la fiesta que seguía al Aguinaldo. «Antes la ruta se dividía en dos partes y a cada una acudían más de una treintena de aguinalderos. Eso hace años que no se ve», lamentó.

Sin embargo, desde lo alto de las grupas de sus caballos, los ocho aguinalderos de este año se mostraban positivos y decididos a «seguir luchando por mantener esta bonita costumbre. Es lo que mamamos desde pequeños», explicaba Pedro Collado, quien a sus quince años ya lleva tres participando en la celebración. «Cuando éramos niños estábamos deseando tener unos años más para participar, vamos a pelear por que siga existiendo», agregó Alejandro Alonso, de 19 años.

Mucho más veterano es Sergio Concha, con doce años como aguinaldero a sus espaldas. Tal es el amor que profesa por esta tradición que pese a trabajar en Barcelona no hay año que falte a la cita. «Sé que es complicado mantener costumbres como ésta, más ahora que la mayoría de los jóvenes vivimos fuera, pero me gustaría hacer un llamamiento a los mozos de la parroquia para que se animen a participar. Prometo que esto engancha», aseveró. Algo que confirmaba el benjamín del grupo, el cabraliego Vicente García, de solo trece años. La de ayer fue la primera vez que este cabraliego participaba en el Aguinaldo de Cazu, invitado por su profesor de gaita, 'Oscarín' Fernández, aguinaldero desde hace un cuarto de siglo. Y ya tenía ganas de repetir.

Completaban el grupo Xurde Alas, Borja Cueto y Jonatan García, dispuestos todos ellos a seguir con la fiesta el sábado en una verbena amenizada por Pamela y Aroma.

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