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LUCÍA RAMOS
Viernes, 14 de abril 2017, 01:00
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En la Cofradía de Pescadores Santa Ana de Llanes no podían estar más contentos con la campaña de caballa que finalizaba el pasado viernes. «Fue la mejor costera de xarda en muchos años», reconocía el secretario de la entidad, José Antonio Alvar, en una conversación con EL COMERCIO. No en vano, entre el 27 de marzo y el 7 de abril pasaron por la rula llanisca un total de 357.420 kilos de este pez de espalda verdosa, rayas negras y vientre plateado.
Se trata de una cifra sensiblemente superior a la alcanzada el pasado año, cuando se facturaron 264.157 kilos de xarda. En este incremento del 35% tiene que ver, indican los pescadores, tanto el aumento logrado para esta campaña en el cupo permitido para los pesqueros asturianos, como las favorables condiciones de la mar, que hicieron que en esta ocasión la captura de estos peces fuera especialmente exitosa.
Los pescadores asturianos solo tardaron nueve días en alcanzar el cupo pactado, por lo que la costera de 2017 a más de uno se le hizo corta. «Es cierto que este año el cupo fue mayor, pero sigue siendo demasiado bajo, tenemos que conseguir que nos lo suban aún más. Los patrones estaban muy contentos con la costera pero todos coincidían en que fueron muy pocos días, les hubiese gustado haber podido seguir un poco más», indicaba José Antonio Alvar. Y es que la costera de esta especie sigue abierta para los pesqueros de otras comunidades autónomas que pueden descargar en los puertos asturianos, como ocurre en el de Lastres
El precio al que se rularon esos más de 350.000 kilos de xarda durante la campaña en Asturias oscilaba continuamente, como es habitual en las rulas, aunque este año se mantuvo entre los 0,86 y los 1,09 euros por kilo.
Falta de dragado
Durante los días que duró la campaña de caballa fueron dieciocho los barcos que amarraron y vendieron su mercancía en el puerto llanisco, quince de ellos asturianos, uno vasco y dos gallegos. Desde la cofradía lamentan que el mal estado que presenta el fondo de la dársena, sin dragar desde hace años, podría haber complicado mucho las cosas. «Hubo unos días en que las embarcaciones estaban todas amontonadas. Menos mal que tuvimos suerte y no hubo temporal, porque entonces los daños podrían haber sido serios», apuntó el secretario de los pescadores llaniscos.
Éstos llevan meses solicitando que se autorice la entrada de los barcos pequeños al puerto deportivo, así como que se les permita tener el control de la compuerta para asegurarse que ante una jornada de mala mar todas las embarcaciones puedan ponerse a salvo y no queden a merced de las olas en la dársena exterior.
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