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Una visita al corazón del Jurásico

Una visita al corazón del Jurásico

La jornada de puertas abiertas, con elevada presencia de grupos familiares, se completó con la exposición 'Cuando la Tierra tiembla'

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Domingo, 21 de mayo 2017, 02:03

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Con elevada presencia de grupos familiares, padres e hijos unidos en busca de saber y divertimento, el Museo Jurásico de Asturias (MUJA) acogía ayer una nueva jornada de puertas abiertas para continuar con los actos programados para el 18 de mayo, fecha elegida para celebrar cada año el Día Internacional de los Museos. Los actos principales se concretaron en la visita gratuita a la exposición 'Cuando la Tierra tiembla: volcanes y terremotos' y en un acercamiento al lugar de trabajo de los técnicos, con presencia en los laboratorios y la litoteca.

Acompañados por José Carlos García Ramos, director científico del MUJA, solo un grupo de 20 personas pudo acceder a los entresijos del museo, a la planta baja donde se encuentran almacenadas piezas de valor incalculable que no pueden estar presentes en la exposición permanente debido a la falta de espacio. García Ramos explicó a los afortunados visitantes que la colección de huellas de dinosaurio allí depositada es «las más importante de Europa y la tercera del mundo». Y valoró que la totalidad de los restos que allí reposan son «piezas originales extraídas de la zona costera, entre Gijón y Ribadesella».

Los visitantes comenzaron recibiendo información jurásica sobre reptiles voladores, algunos con envergadura de once metros entre alas, y también de dinosaurios carnívoros y hervíboros, sin que faltaran las huellas de pies y manos de algunos ornitópodos. Contemplaron las grietas de desecación y las ondulaciones del oleaje en la roca. Y en la sección de troncos pudieron observar y tocar restos de vegetales, como el azabache, «la parte leñosa de las coníferas con impregnación de petróleo». De sucesivos estantes fueron apareciendo restos óseos de peces: dientes y escamas, llamando especialmente la atención vértebras, cráneos y mandíbulas de cocodrilos.

Espectacular, impresionante, resultó la contemplación de los restos muy dispersos en la roca de un ictiosauro, muerto, posiblemente, por el ataque de un tiburón. Y para el final quedó la visita a la joya de la corona del MUJA: una piedra de casi tres toneladas con el esqueleto de un ornitópodo en arenisca muy dura. La roca fue extraída recientemente en Quintueles con la ayuda de un helicóptero militar. De cara al futuro, «investigadores alemanes tratarán de escanearla, para ver lo que falta del hueso y excavar por la otra cara», concluyó García Ramos.

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