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Un operario de Inteco Astur retira una barrera de absorción en el refugio de pesca de La Encina.
Asturias y Cantabria aúnan esfuerzos para mitigar el vertido contaminante del Cares

Asturias y Cantabria aúnan esfuerzos para mitigar el vertido contaminante del Cares

Efectivos de ambas regiones y de CHC trabajaron de forma incansable y día y noche para controlar y extraer el combustible

LUCÍA RAMOS

Miércoles, 24 de mayo 2017, 00:04

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Niserias, kilómetro 45,025 de la carretera comarcal AS-114. Zona cero del accidente de camión que el pasado lunes dejaba un fallecido y 30.000 litros de combustible vertidos al río Cares. Un día después, la arena utilizada para detener el avance del líquido, el quitamiedos arrancado de cuajo, una pequeña balsa de rojo carburante rodeada por una barrera de absorción y, sobre todo, el fuerte olor que impregna el ambiente recuerdan lo ocurrido. Aguas abajo, las finas manchas iridiscentes de gasóleo que flotan en la superficie del río y se dejan llevar mansamente por la corriente dan también testimonio de lo acontecido. Sin embargo, los cadáveres plateados de peces recogidos por decenas durante la jornada del siniestro daban paso ayer a vitales truchas, reos y algún que otro salmón que serpenteaban sobre el lecho del Cares, ajenos al accidente.

Un accidente, señalaban los técnicos y guardas que seguían trabajando sobre el terreno que «podría haber sido un auténtico desastre si no hubiese estado lloviendo los días anteriores, aumentando el cauce del río». Al bajar con cierta fuerza, el agua se llevó rápidamente el combustible hacia el mar Cantábrico, pero «si el nivel hubiese estado unos palmos más bajo, el hidrocarburo podría haber sedimentado. Entonces sí que estaríamos ante un verdadero problema», indicaban los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico que, desde que se tuvo conocimiento del vertido, no dejaron de peinar e inspeccionar el Cares para hacer un seguimiento continuo de la situación. A última hora de ayer, la presencia de hidrocarburos se había reducido notablemente gracias a los esfuerzos combinados de los efectivos de Emergencias, Protección Civil y guardas de Medio Rural de los gobiernos asturiano y cántabros, quienes trabajaron sin descanso día y noche para controlar y extraer el combustible del río. El propio consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, reconocía al mediodía que el impacto ambiental había sido «importante» y hacía hincapié en la «coordinación» entre ambas administraciones y CHC para «mitigar» las consecuencias del vertido.

«La gasolina es muy volátil, con lo que probablemente ya no quede rastro, y el gasoil, que es lo que produce las irisaciones, está muy diluido y en su práctica totalidad ya fue arrastrado por las corrientes hasta la desembocadura», explicaban desde CHC. Respecto a futuras actuaciones de limpieza, fuentes de la confederación explicaban que los técnicos están todavía realizando trabajo de campo para determinar si finalmente será necesario intervenir y que, de hacerlo, se haría «siempre en colaboración con los gobiernos de Asturias y de Cantabria».

El Principado, por su parte, desactivaba a las 17.31 horas el Plan Especial de Protección Civil del Transporte de Mercancías Peligrosas por Carretera y Ferrocarril (PLAMERPA) que había activado a las 8.52 del lunes y que desde las 18.34 horas del mismo día había sido rebajado a nivel 0, de vigilancia. Los operarios de la empresa especializada en control de vertidos contaminantes Inteco Astur procedieron, a lo largo de la jornada de ayer, a retirar la docena de barreras de absorción instaladas en diferentes puntos del río.

Día de pesca

Pese a que pocas horas después del vuelco del camión se recuperaron en torno a ochenta truchas y reos y tres salmones muertos de las aguas del Cares, en la jornada de ayer los guardas de Medio Rural no hallaron nuevos peces muertos. De hecho, desde la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales indicaban que «la situación respecto a la pesca está normalizar y ésta se va a seguir permitiendo». El grupo formado por Pedro y José Allende y David y Ángel Collado, llegados de Cardoso y Burón (León), eran unos de los que a mediodía probaban suerte en el coto salmonero de Puenteviejo, en Peñamellera Baja, donde se podía ver cierta actividad animal. «Los peces están en perfecto estado, no se les ve 'atontados' ni nada, los que murieron serían aquellos que más cerca estaban de Niserias en el momento del accidente, pero ahora no parece que haya peligro», indicaba David Collado, mientras su padre, Ángel, apuntaba a que «los ejemplares que recuperaron ayer los guardas suponen la captura de un pescador 'normalillo' al año. Confiamos en que el río y su población se recuperen pronto y, la verdad, estamos mucho más preocupados por la acción de los cormoranes, que sí que acaban con los peces», aseveró el aficionado a la pesca.

De la misma opinión eran los gijoneses Alejandro Díaz, José Manuel García y Jorge Fano, quienes confiaban en que «el río se recupere pronto, pues nos encanta venir al coto de El Tilo, es uno de los mejores que hay en Asturias».

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