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Fernando Armas tras la barra del Pinín, que hoy abre sus puertas en el número 5 de la calle Mayor.
El Pinín está de vuelta en Llanes

El Pinín está de vuelta en Llanes

Tras ser desalojado del viejo local hace 17 meses, Armas abre hoy en la calle Mayor

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Viernes, 9 de junio 2017, 00:06

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El día 9 de enero de 2016, hace 17 meses, y después de 132 años ininterrumpidos de actividad en el sector de la hostelería, echaba el cierre en Llanes el café Pinín. Un negocio que había abierto sus puertas en 1884, aunque con el nombre de Teatro de La Pedraya ya estaba en funcionamiento desde 1866, dedicado a representaciones escénicas. Su gerente, Fernando Armas Gago, tuvo que abandonar el emblemático café al ser una de las 100.000 víctimas de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, la llamada Ley Boyer, que establecía una moratoria de 20 años para finiquitar los arrendamientos anteriores al año 1985.

De patitas en la calle, Fernando Armas iniciaba al día siguiente de su desalojo la rehabilitación de un local del que era propietario en el número 5 de la calle Mayor. En ese edificio, de bajo y tres plantas, abre hoy el nuevo Pinín, sin la palabra café por delante. Para los miles de clientes asiduos que tenía el vetusto café Pinín, el nuevo local va a representar un viaje al pasado. Allí se van a encontrar con la barra, estanterías, iluminación, sillas, mesas y hasta con los radiadores de hierro fundido del desaparecido negocio. Tampoco faltan las soleras de vino blanco y vermú ni los elementos que decoraban las paredes, como el gigantesco cuadro que refleja de la llegada del tren a Llanes, en 1905.

Confesaba ayer Fernando Armas que estos 17 meses «fueron muy duros porque echaba en falta la actividad diaria, la relación con clientes y amigos». De cara al futuro, reconocía que «regreso con ganas de funcionar y hacer todo lo posible para que la gente disfrute de una buena hostelería».

El nuevo Pinín alberga en el bajo «un bar de estilo tradicional» y a la entrada, el despacho de quinielas, Bonoloto y Primitiva. En la primera planta se ubican la cocina y «una sala comedor con seis mesas». En la segunda altura, los clientes se van a encontrar con «una amplia sala para ocio, copas y área wifi que también se puede destinar a local para charlas, comidas informales o reuniones varias». Y el almacén se sitúa en un amplio bajocubierta.

La nueva apuesta del Pinín

La novedad pasa por la oferta de «comidas con productos basados en el mercado diario, sin ataduras a un menú. Lo justo y bueno adaptado a una gastronomía de temporada: pescados, setas, caza, mariscos, ensaladas...». Y también estarán presentes los emblemáticos pinchos que con mucho mimo elaboraba Fernando.

Fiel a las pautas de tradición y clasicismo, Fernando Armas bebía ayer de las fuentes continuistas de lo que pudo haber sido el viejo Pinín a la hora de la inauguración en 1884 y para ello invitaba a Florentino Hoyos, párroco de Llanes y amigo de la familia, a bendecir en la intimidad el local que hoy abre sus puertas.

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