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Numerosas personas esperan en el barrio de Arriba la llegada de la procesión del Corpus.
Frenesí floral por el Corpus en Cue

Frenesí floral por el Corpus en Cue

Los vecinos de los barrios de Arriba y Abajo alfombraron sus calles con delicadeza

Guillermo Fernández

Domingo, 25 de junio 2017, 12:22

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. Cientos de personas llegadas desde diferentes lugares de la geografía peninsular acudían ayer a la localidad llanisca de Cue para no perder detalle de los festejos de La Sacramental, fiesta declarada de Interés Turístico Regional en atención a las vistosas alfombras florales que, en sana competencia, elaboran los vecinos de los barrios de Arriba y Abajo. Nadie se fue indiferente de Cue y la mayoría de los visitantes coincidían en agradecer la labor de los lugareños, a quienes calificaron como «trabajadores, ingeniosos, imaginativos y voluntariosos a la hora de mantener sus tradiciones».

Las dos alfombras florales por las que transitó la procesión del Corpus medían más de 200 metros. Los del barrio de Arriba, coordinados por Tere Cerezo, utilizaron en la decoración pétalos de hortensia, gravilla con una docena de tintes diferentes, ramas de pino trituradas, césped, virutas teñidas y miles de botones de eucalipto para diseñar los perfiles de más de 20 paneles con figuras geométricas. Al pie del altar presentaron una vistosa escena con dos manos sosteniendo la Custodia y a lo largo del ara habían colocado 23 espectaculares centros florales con claveles rojos y paniculata.

Los del barrio de Abajo utilizaron pétalos de hortensia, césped y serrín y cerraron la espectacular obra de ocho figuras geométricas con ramas de palmera. En el centenario altar habían colocado trece monumentales centros florales con lirios y claveles y las imágenes del Corazón de Jesús, la Inmaculada y San José. Al pie del ara presentaron un vistoso panel que representaba el Cáliz, las Tablas de la Ley y la figura de un pez.

La misa en la iglesia de San Román, cantada por el coro parroquial de Llanes bajo la dirección del sacerdote Luis Díaz, comenzaba superado el mediodía y en esos momentos la fina lluvia hacía temer por la vistosidad de los festejos. No obstante, una hora más tarde ya se habían cerrado las torrenteras del cielo y la procesión se ponía en marcha. Abrían el cortejo tres niños de Primera Comunión: Alberto Millanes Noriega, Santiago Bello Mijares y Cristina San Martín Menéndez y tras ellos aparecía el párroco, José María Llada, con la Custodia en sus manos. El resto de la comitiva no era muy numerosa porque los presentes habían preferido apostarse a ambos costados de las alfombras florales para contemplar el paso del cortejo.

Al llegar la procesión a los distintos barrios se lanzaron espectaculares sueltas de voladores. La del barrio de Arriba fue selecta y la de Abajo resultó estruendosa, con el disparo de 500 docenas de cohetes. Al final de la jornada, todos quedaron «contentos, agradecidos y recompensados por el trabajo realizado».

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