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El ganadero Adrián Huerdo, cuidando a sus cabras en un monte del concejo de Cabrales. NEL ACEBAL
El Cabrales y el Gamonéu, «en peligro» por el lobo, alertan los elaboradores

El Cabrales y el Gamonéu, «en peligro» por el lobo, alertan los elaboradores

«Solo se darán cuenta de la magnitud del problema cuando ya no quede nadie que produzca queso», lamentan los ganaderos

LAURA CASTRO

CABRALES/ONÍS.

Miércoles, 27 de diciembre 2017, 00:17

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«Indefensos, desesperados e impotentes» ante la pérdida de las tradiciones. Así se sienten los elaboradores y ganaderos de los consejos reguladores del Cabrales y el Gamonéu del Puertu. Cada día es una batalla cara a cara con el lobo, que «siempre acaba ganando» cada asalto. Denuncian que los ataques de los cánidos están acabando con una profesión mileniaria y con tradiciones tan importantes como la de hacer el queso Cabrales con la mezcla de las tres leches de cabra, oveja y vaca.

«Mantener ganado menor (caprino y ovino) en esta zona es imposible porque desaparecen a diario», asegura Inmaculada Gómez, de la ganadería El Toral. Las localidades cabraliegas más afectadas por los ataques del lobo son Sotres y Tielve, pero los cánidos cada vez se acercan más a las localidades menos montañosas. El cupo anual de extracción en este territorio de los Picos de Europa es de dos ejemplares, una cantidad «irrisoria» para los vecinos de la zona que se dedican a la ganadería. «Estamos indefensos y cada vez más limitados. No podemos vivir de nuestros animales, pero no se darán cuenta de la gravedad del problema hasta que la producción de queso baje y no tardará mucho», presagia Gómez.

En esta línea se expresa también Elena Soberón, concejala de Ganadería de Cabrales y elaboradora del manjar de su municipio natal. «Estoy haciendo el queso con leche de vaca exclusivamente. Los ataques de los lobos nos obligan a perder la tradición, pues es imposible tener cabras y ovejas cuando te las están matando a diario. En el Parque, cada semana mueren una quincena de ellas a cuenta de estos depredadores», espetó Soberón. Su padre lleva años peleando contra un problema que ahora también soporta ella. «La tradición es clara: el Cabrales se elabora con la mezcla de las tres leches. Los lobos nos obligan a olvidarnos de esto a no ser que la compremos o venga de producción estabulada», incide Soberón. Asegura que eso no afecta al sabor o la calidad del queso, pero sí «pierde la esencia más clásica» del producto.

La continua pérdida de ganado caprino y ovino ha llevado a «la mayoría de ganaderos a abandonar la actividad y a limitarse a tener vacas», como señaló Encarnación Bada de la ganadería Ángel Díaz Herrero, en Tielve. «Si tienes cabras y ovejas sabes que tienes que estar pendiente de ellas en todo momento. Si alguna se queda fuera, sabes que a la mañana siguiente la encontrarás devorada», confirma Benigno Pérez hijo, de la ganadería Rieses. Él y su padre mantienen el ganado menor, pero solo porque firmaron una subvención con la PAC hasta 2020. «Cuando se acabe, dejaremos de tener cabras y ovejas porque no nos compensa», señalan.

«Nadie tiene animales para que los mate el lobo o para vivir a cuenta de las subvenciones, que no cubren ni de lejos la inversión que hacemos», recalca Inmaculada Gómez. «Al final solo quedarán algunos por afición y es muy triste. Está en juego uno de los principales productos gastronómicos de Asturias, me parece bastante preocupante», señaló Adrián Huerdo, ganadero de la DOP de Cabrales.

Otro manjar en riesgo

Fana, Enrique Remis, Gumartini, Uberdón y Asprón son las cinco queserías que elaboran Gamonéu del Puertu dentro del consejo regulador. El escaso número de productores de este manjar de los Picos de Europa está íntimamente relacionado con la ausencia de un relevo generacional y con el lobo. «Los jóvenes no quieren trabajar en el puerto porque saben que las dificultades son enormes», señaló Covadonga Valle, de la quesería Gumartini. Lo sabe bien, pues sus hijos prefirieron optar por elaborar Gamonéu del Valle y ahorrarse la guerra contra el lobo dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa.

José Luis Alonso, de 22 años, representa la última esperanza de una profesión milenaria. Sin embargo, este joven pastor y elaborador del manjar en el puerto, ya sabe bien lo que es enfrentarse a los lobos. Para reducir al máximo los ataques, se asegura de encerrar a sus cabras y ovejas todos los días y cuenta con la ayuda de dos border collie y dos mastines que hacen las labores de vigías. «Si tengo pocas bajas, no es porque no haya cánidos, es porque me desvivo por mis animales para que estén a salvo y aún así he perdido varios ejemplares», destacó el joven.

Cuando le dijo a su abuelo que sería pastor y elaborador de Gamonéu del Puertu, este no se mostró muy convencido con la elección del joven. «Mi abuelo sabe que es una vida muy dura de por sí y que cada vez es peor por los lobos. De hecho, él abandonó esta profesión porque sufría ataques a diario y la desesperación le obligó a dejarlo», comentó José Luis.

Este verano la quesería de Gamonéu del Puertu más perjudicada ha sido la de Vega de Fana que ha perdido varias cabras y ovejas a causa de los lobos. Sin embargo, todos los elaboradores de los manjares de Picos coinciden en señalar que los lobos no frenarán: «cuando acaben con el ganado pequeño, irán a por el grande».

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