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Las «exigencias surrealistas» del Principado paralizan la mejillonera

«No hemos tirado la toalla con Asturias, pero aguantaremos tres o cuatro meses más y nos iremos a otras regiones», advierten los promotores

LUCÍA RAMOS

CARAVIA.

Viernes, 15 de diciembre 2017, 00:49

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La iniciativa para instalar una planta de cultivo de moluscos bivalvos en la cosa de Caravia lleva meses paralizada. El motivo, según sus propios promotores, son «las exigencias surrealistas» que les plantean desde la Consejería de Medio Ambiente del Principado para poder obtener autorización y seguir adelante con el proyecto. Unos requisitos «que no están justificados dentro de la normativa y que ni se plantean en otras regiones del país», apuntan desde la empresa Mar Abierto, donde sospechan que tras los mismos pueda haber «un motivo político. Pensamos que estas reticencias pueden estar relacionadas con la oposición que mostró la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias», agregaron.

Las exigencias que se plantean desde Medio Ambiente a la sociedad gallego-asturiana para poder proseguir con la tramitación de las autorizaciones pasan, por ejemplo, por realizar un informe acerca de todas las corrientes marinas que hay en la zona donde se pretende instalar la planta de mejillones. «También nos piden otro estudio en el que informemos acerca de los desechos que pueden producir estos moluscos, así como cuál o cuáles serían los destinos de dichos materiales», explicaban a EL COMERCIO desde la dirección de Mar Abierto. «Algunas de estas cosas son imposibles de llevar a cabo y no tiene ningún sentido. El mejillón se limita a filtrar lo que le llega por el mar y no hay forma de controlar los desechos», explicaron , y añadieron que el cultivo que plantean «sería extensivo y no se van a aportar al medio ni nutrientes ni antibióticos para proteger a los moluscos ni nada parecido. La ley no exige todas estas cautelas», insistieron.

En relación a la preocupación manifestada por los pescadores acerca de la posibilidad de ceder una superficie de 34 hectáreas de mar para esta actividad, desde Mar Adentro recalcaron que «lejos de perjudicar a la pesca, una planta como ésta puede beneficiarla, pues lo habitual es que los alevines de peces que se alimentan de pequeños crustáceos se refugien entre las cuerdas, creando una especie de reserva y haciendo que a la larga haya más ejemplares». De hecho, recordaron cómo la sociedad cuenta con una participación del 25% de la Cofradía de Lastres. «En caso de que hubiese alguna afección, ellos serían los principales perjudicados, y si están de acuerdo con la mejillonera es porque han entendido que no es perjudicial», apuntaron.

«Sentido común»

Los promotores del proyecto aseveraron, asimismo, no haber «tirado la toalla con Asturias» por el momento. «Seguimos trabajando para sacar adelante la iniciativa, pues consideramos que el Principado es un buen sitio para llevarla a cabo y que, si sale adelante, podría traer un gran beneficio a la región. Por ese motivo estamos intentando demostrar que estamos cien por cien dentro de la normativa europea y las leyes competentes. No hay ninguna razón para oponerse y esperamos que se imponga el sentido común», apostillaron.

No obstante, reconocieron, la paciencia tiene un límite y después de más de un intento fallido en la región, calculan que podrán aguantar «tres o cuatro meses más». Si pasado este tiempo no hay avances, se irán a buscar suerte a Cantabria o el País Vasco. «Nos gustaría quedarnos en el Principado, pero es una decisión de los asturianos, y si no quieren apostar por esta innovadora actividad -sería la primera planta de cultivo de moluscos bivalvos en mar abierto-, el mar sigue siendo el mismo en otras regiones», indicaron.

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