Secciones
Servicios
Destacamos
GUILLERMO FERNÁNDEZ
LLANES.
Sábado, 28 de octubre 2017, 01:50
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La pescadería Hernández, un emblemático negocio llanisco ubicado en la calle de Manuel Cue, también conocida como del Llagar o del Llegar, que había abierto sus puertas en el año 1964, anunciaba el cierre para el día de hoy. Así lo confirmaba ayer su propietario, Víctor Hernández Gutiérrez, quien había heredado el negocio al fallecimiento de su progenitor. El fin de la actividad tiene relación con la jubilación del dueño del establecimiento, que contaba con dos empleados que desde el lunes pasarán a engrosar las listas del paro. La pescadería ofertaba pescado fresco de las lonjas de la zona y la mayor parte de su clientela era «gente mayor que ya va desapareciendo», según matizaba el propietario.
El bajo comercial, de más de cien metros cuadrados y que ahora contaba con mostrador para las ventas, neveras y sala de despiece, abría al público en el año 1934 y hasta su transformación en pescadería acogió tres negocios relacionados con el sector de la hostelería. Los más viejos de la villa recuerdan que allí estuvieron ubicados tres bares con tres nombres diferentes: 'El Santanderino', 'El Gibraltar' y 'El Sputnik', regentados, respectivamente, por el abuelo de Víctor, Adolfo García 'Fragarán' y Cándido Turanzas. Y como no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, no sería extraño que en un futuro próximo el local retomara su antigua actividad en forma de bar, sidrería o restaurante. La situación para ello es excelente, a orillas del puerto y con salidas a la transitada calle de Manuel Cue y a la amplia plaza del Muelle, que en la actualidad se encuentra en proceso de rehabilitación. De momento, Víctor Hernández tiene pensado dedicarse a «descansar» y confirmaba que la finalidad del local es la de ponerlo «en el mercado del alquiler».
Con el cierre definitivo de la pescadería Hernández se confirma el estudio económico que indica que en España, en los momentos actuales, ocho de cada diez empresas familiares no llegan a la tercera generación. «La competencia frente a las grandes superficies, arrinconando a los pequeños negocios», era una de las razones que ayer argumentaba Hernández para justificar el cierre definitivo de su negocio. Y también matizaba que la mayor parte de sus clientes eran «gente mayor que va desapareciendo, mientras que los jóvenes carecen de cultura para comprar y elaborar de pescados frescos».
Superado por la emoción de los últimos momentos en lo que fue el medio de vida familiar durante los últimos 53 años, Víctor Hernández se encontraba sobredimensionado. Apenas podía articular palabra ni recordar anécdotas. Se limitaba a expresar su «gratitud» para quienes fueron «clientes fieles» de la pescadería. A últimas horas de la mañana recibía la visita del dinámico José Alberto Santiago 'Canene', quien recordó que justo enfrente de la pescadería, su padre, Juan Antonio Santiago Cima, había abierto el bar Casa Canene, en 1963. Desde aquella fecha se había convertido en un cliente habitual en la pescadería Hernández, sobre todo por «cuestiones de calidad y cercanía».
Argumentaba 'Canene' que su padre había sido el introductor en Llanes de la oferta de los pinchos y enumeraba los de «tortilla, cabrales y bacalada». Y de entre los productos que de forma habitual compraba a Hernández hacía referencia a «merluza, bonito, calamares y sardinas», así como las famosas bacaladas.
'Canene' se llevó una merluza fresca para consumo propio y su visita sirvió para activar los recuerdos de Víctor Hernández: «En una ocasión, para festejar la incorporación a la mili, unos chavales me compraron un bogavante de seis kilos y al prepararlo solo tenía agua. Regresaron y se llevaron dos langostas de medio kilo, cada una, y de ellas salió más carne que del bogavante».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.