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Los vecinos critican, entre otras cosas, el desnivel que existe entre la calzada y la cuneta en la Nacional 625. FOTOS: P. ORDÓÑEZ
«Hasta que no pase algo gordo en la nacional 625 no nos escucharán»

«Hasta que no pase algo gordo en la nacional 625 no nos escucharán»

Los vecinos de Amieva y Ponga critican la negativa del PP en el Senado para arreglar la carretera del Pontón, algo que llevan muchos años solicitando

LUCÍA RAMOS

SAMES/BELEÑO.

Lunes, 27 de noviembre 2017, 00:40

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«Hartos e impotentes». Así se sienten los vecinos de los concejos de Amieva y Ponga después de que hace unos días el PP rechazase en el Senado arreglar la carretera nacional 625 que une Asturias y León. No es la primera vez que el Gobierno central da la espalda a una petición que los residentes en la zona llevan haciendo desde hace «muchos años», como ellos mismos recuerdan. «Los políticos solo sacan el tema y prometen que la van a arreglar cuando hay elecciones, el resto del tiempo ni se acuerdan de nosotros», criticaba ayer Maximino González, de la localidad amievense de La Vega de Sebarga.

A su lado, la joven Ana Labra, de la panadería de Santillán, también en Amieva, le daba la razón. «La carretera del Pontón está fatal, solo la arreglaron hasta la Vega de Pervís y el resto sigue con baches, zonas muy estrechas, curvas peligrosísimas... Quienes solemos transitar a menudo por ella no ganamos para sustos», aseveró. Entre quienes la utilizan, agregó, están los transportes escolares que llevan a los pequeños al colegio. «No te quedas tranquila, pues hay zonas en las que no se cruzan ni dos coches», manifestó.

Otro de los problemas más graves que presenta el vial, señaló González, es «el gran desnivel que existe entre la calzada y la cuneta, si es que hay cuneta. Hace unos meses todavía volcó un camión cargado de hierba que se intentó apartar para dejar pasar a otro vehículo», relató. Por este motivo, agregó Ignacio Hernández, de Eno (Amieva), «casi todos los vecinos intentamos evitar usar la Nacional 625 siempre que podemos, aunque suponga dar un rodeo. Según están las cosas, tardas casi lo mismo en ir a Oviedo, que está a unos noventa kilómetros, que al alto del Pontón, que está solo a treinta y cinco», lamentó.

Restricciones sin ventajas

Desde El Camín de los Beyos, el bar que regenta en Camporriondi desde hace unos años, Mila García se sumaba a las quejas de sus paisanos. «La N-625 es la salida natural del Oriente a la meseta, pero está hecha una pena. Quienes vivimos en la zona sufrimos todas las restricciones que conlleva una carretera nacional a la hora de hacer cualquier obra, pero ventajas no tenemos ni una», afeó.

En el vecino concejo de Ponga los ánimos eran parecidos, y más de uno invitaba a «los miembros del Senado y del Gobierno central a darse una vuelta por la carretera del Pontón, a ver si así nos entienden». Carmen Aller regenta desde hace un tiempo el restaurante de Puente Vidosa y «todas las vacaciones y puentes» ve cómo «numerosos turistas se acercan por la zona. Casi todos comentan el mal estado en que se encuentra la carretera, se sorprenden de que sea una nacional», aseveraba ayer, e indicaba que «si la vía estuviese en mejores condiciones, probablemente crecería el turismo en la zona. Circular por aquí es un peligro y llevamos años diciéndolo, pero parece que hasta que no pase algo gordo no nos van a escuchar», lamentó. José Francisco Díaz, que trabaja con Carmen, corroboró las críticas de los turistas e indicó que «no se trata de hacer una autovía, sino de arreglar cuatro curvas y poco más. No creo que sea una obra tan costosa», apuntó.

En San Juan de Beleño, Carlos Otero, Pedro Gallinas y Segundo Velasco también criticaban la decisión de los populares en el Senado. «Se nota que no son de aquí y no saben de lo que hablan, porque circular por la carretera del Pontón mete miedo. No es de recibo tener así una nacional», aseveraron. De la misma opinión era María del Mar Alonso, de Sellaño, quien lamentó que «parece que los que vivimos un poco apartados de las capitales ni existimos».

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