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Hortensia González lanza varios 'oricios' sobre las castañas que tiene secando en la localidad parraguesa de Juexes. JUAN LLACA
La sequía encoge las castañas

La sequía encoge las castañas

Las recolectoras aseguran que la escasez de lluvias ha influido en el tamaño y la forma | Este fin de semana se celebrará en Arriondas la XVII edición del certamen dedicado a este fruto y a los productos de la huerta

LAURA CASTRO

ARRIONDAS.

Lunes, 6 de noviembre 2017, 02:23

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Son más pequeñas y se secan antes. Así es como definen las recolectoras de castañas el fruto que han recogido este otoño para presentarse al certamen de Arriondas de los próximos días 11 y 12 de noviembre. Aseguran que la escasez de lluvias de este verano y de los meses de septiembre y octubre ha influido en el tamaño y la forma de los frutos.

«No recuerdo un año tan malo como este. La sequía ha afectado muchísimo a las castañas y sin embargo, frutas como la manzana han salido espléndidas», explica Rosa Rivera. Esta amievense lleva más de siete años participando en el certamen y asegura que se ha llevado una «desilusión» al comprobar que este año tendría menos kilos que el pasado. «Hasta el momento he recogido unos 200 kilos. Esperemos que esta última semana logramos apañar otros tantos», señala.

Hortensia González tampoco ve buenos resultados este año. «Para la pasada edición, recolectamos más de 500 kilos y para esta, tendremos suerte si logramos pasar de 300», se queja la parraguesa de Huexes. La experiencia es un grado y para González, quien lleva toda la vida apañando castañas, «no ha habido un año peor que este. Son pequeños hasta los oricios e incluso a veces están vacíos. El orbayu no sirve para nutrir un castaño y estas son las consecuencias».

A pesar de que el producto no presenta la excelencia que cabría esperar por las recolectoras, aseguran que mantienen la misma ilusión que la primera vez que montaron su puesto en la plaza Venancio Pando. En el caso de Rosa, fue su hermana la que impulsó su afición. «Ella se presentaba siempre al Festival de la Avellana de Piloña y me convenció para ir con ella. Después, decidí inclinarme más por las castañas y acabé presentándome al certamen de Arriondas sola por primera vez hace ya siete años», comenta la amievense. A pesar de que estos frutos «no pueden ser más diferentes», Rosa encontró la forma de mezclar lo aprendido recolectando avellanas con lo inculcado por su madre y su abuela cuando era pequeña. «Cuando vivía en Sellañu de cría, siempre íbamos a apañar castañas con la llegada del otoño. Por eso, creo que ahora con los años me he vuelto a aficionar, por el recuerdo», reconoce.

En honor a su difunto hijo

Precisamente son los recuerdos los que mantienen viva la pasión de Hortensia. «A mi hijo Rubén le encantaba participar en el certamen de Arriondas y cuando murió hace cuatro años decidí seguir haciéndolo yo por él. Recolectar las castañas, seleccionarlas y preparar algo novedoso para el puesto lleva muchísimo trabajo, pero es lo que me hace tener la cabeza ocupada», confiesa la parraguesa de Huexes. De hecho, decidió convertir la tragedia en un legado familiar e inculcó su pasión con cariño a su hija Charo y a sus nietas Denís, Mara y Miriam. Todas arriman el hombro para que la puesta en escena el fin de semana del festival cautive al público y al jurado. Tal es la pasión que le pone Hortensia, que no ha finalizado una edición y ya está pensando en la siguiente. «Me encanta el concurso y esforzarme por llevar cada año algo diferente. No se trata solo de vender castañas, sino de hacer algo divertido y original en familia», concluye. Esta parraguesa es una de las participantes más comprometidas con el evento y espera contagiar su entusiasmo a las nuevas incorporaciones, como Patricia Aranda o María del Carmen Santos.

La primera, de Cangas de Onís, se presentó por primera vez al festival con su madre y una amiga «por pasarlo bien», pero esta vez espera además «conseguir un dinero extra para tirar durante el invierno». Patricia trabaja en el sector de la hostelería y con el cierre de la temporada alta propia del verano, espera encontrar en las castañas un pequeño sustento, además de «pasar un buen rato con vecinos y amigos». Sus hijas de 12 y 7 años la acompañarán para vender las mermeladas y las tartas de nueces, castañas y avellanas.

La parraguesa María del Carmen Santos recuerda entre risas cómo su marido y el jefe de Obras del Ayuntamiento la inscribieron en el certamen del año pasado sin avisarla. «Mi marido llegó a casa y me dijo, venga que ya queda poco y hay que empezar a recoger las castañas para el festival», rememora, antes de concluir que «me quedé helada, pero al final mereció la pena la encerrona porque repito este año».

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