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El ministro Íñigo de la Serna, acompañado de Fernando Lastra y Wenceslao López. Detrás Mariví Monteserín, Isabel Pardo de Vera, Juan Alfaro y Ángel Fernández.

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El ministro Íñigo de la Serna, acompañado de Fernando Lastra y Wenceslao López. Detrás Mariví Monteserín, Isabel Pardo de Vera, Juan Alfaro y Ángel Fernández. P. LORENZANA

De la Serna promete 580 millones hasta 2025 para «la mayor modernización» de Cercanías

El plan incluye renovar Lena-Gijón y superar los cuellos de botella de Villabona y Soto del Rey Feve tiene 20 terraplenes «críticos», catorce túneles que «urge» reparar, siete trincheras «de alto riesgo», y puentes con daños estructurales

RAMÓN MUÑIZ / MARCO MENÉNDEZ

OVIEDO.

Viernes, 15 de diciembre 2017, 02:34

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En la última década las Cercanías de Renfe perdieron un 40% de su pasaje y las de Feve un 52%. El dinero que pagan hoy los usuarios de ésta última solo cubre el 14% de los costes de los trenes, y en el primero la recaudación apenas da para el 28,5% de la factura. El resto lo pone el Gobierno central. Para cubrir el déficit de este servicio público, el Consejo de Ministros aprobará este viernes un suministro de 850 millones que palia las pérdidas de todos los trenes de proximidad del país durante el próximo año. «Esto afecta a varios ministerios, llevamos meses discutiéndolo pero ha sido una decisión del presidente del Gobierno», reveló ayer Iñigo de la Serna, responsable de Fomento. La medida asegura la supervivencia, al menos en 2018, de todas las frecuencias de Cercanías, pese a lo vacíos que van. «En muy pocos casos» incluso se ampliarán los servicios, matizó. La conexión Oviedo-Avilés es uno de ellos. Ahora hay momentos en los que hay que esperar una hora para coger el siguiente tren. A partir de marzo el tiempo máximo se reducirá a 30 minutos y el último tren de la noche permitirá enlazar con el Alvia que llega a Madrid. La mejora agranda el déficit anual en 1,74 millones.

Gráfico.
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Las explicaciones del Ministro de Fomento revelan que hubo otras opciones sobre la mesa. Mover las Cercanías provoca un agujero en las arcas y los movimientos del PP en las Cortes habían despertado el fantasma de una poda masiva del servicio. Lejos de ello, De la Serna acudió ayer a Oviedo con un plan para abordar «el mayor proceso de modernización del sistema de Cercanías» de la región. Tras meses de evaluación y análisis, sus técnicos han encontrado un rosario de trenes envejecidos, vías colapsadas, taludes con alto riesgo de desmoronarse, túneles y puentes que no ofrecen las garantías necesarias. Poner al día todo el sistema exige una inversión de 580 millones, suma que solo computa los arreglos pero deja al margen las inversiones en los planes de vía de Gijón y Avilés. «El proceso de renovación es hasta el año 2025, pero el grueso se acometería antes de 2022, con un calendario muy establecido y exhaustivo», dijo. Tanto que aseguró que acudiría a la región cada seis meses «para hacer evaluación del grado de cumplimiento», explicar lo hecho y justificar lo que se haya demorado.

«Una cierta degradación»

Durante una hora, en la Delegación del Gobierno, y ante una nutrida representación de alcaldes, diputados, senadores y sindicatos, De la Serna hizo un diagnóstico crudo de los males acumulados. En la red de ancho ibérico, la que utilizan los trenes rojiblancos y frecuentan 18.740 usuarios al día, hay túneles del siglo XIX «que han experimentado una cierta degradación», otros con «juntas abiertas, alteración de bóvedas, filtraciones de agua». Se han identificado trincheras «en mala situación», vías que acumulan 30 años de servicio «con un desgaste importante» lo que obliga a limitar el avance del ferrocarril a entre 30 y 60 kilómetros por hora. En total son diez los puntos cuyo deterioro obliga a los maquinistas a decelerar. «Villabona y Mieres son los entornos más afectados», reconoció.

Vídeo.

Existen problemas con el suministro eléctrico, con «pérdidas de tensiones de entre el 10 y el 30%». En Villabona, San Juan de Nieva y Soto del Rey las instalaciones de seguridad utilizan una tecnología «invariable desde 1955 y esto provoca situaciones de riesgo». Hay enclavamientos de los años 70 y además, tramos de la red saturados.

«Estoy siendo absolutamente transparente sobre la situación», expresó De la Serna, ante la envergadura de los males descritos. El coste necesario para poner al día la red de ancho ibérico lo cifro en 338,85 millones, el 87,5% de los cuales se irían en superar tres de sus principales insuficiencias: la renovación integral de Lena-Gijón, la mejora del nudo de Villabona y la permeabilidad entre las vías del tramo Soto del Rey-Pola de Lena. La primera mejora exige 88,05 millones, mientras la ampliación de capacidad de los otros dos cuellos de botella consumiría 208,6 millones.

La actuación en Villabona «es una aportación del Principado; nos trasladaron la importancia de esta actuación sobre la que existían estudios previos», deslizó, aludiendo a los trabajos que sus antecesores maduraron para llevar el AVE hasta Gijón mediante costosas variantes. El corazón de la red soporta ahora 180 circulaciones al día, en un tramo de dos vías. «Pasaríamos a cuatro, con un trazado más corto y favorable que podría reducir el tiempo de viaje en un par de minutos», estimó el ministro. La inversión, además, posibilita ejecutar un by-pass para que los trenes de Renfe puedan circular entre Gijón y Avilés, sin tener que ir hasta Oviedo para ello.

El paquete para modernizar el ancho ibérico contempla reformar el suministro eléctrico, sustituir enclavamientos eléctricos, asentar las trincheras de mayor riesgo, y actuar en el entorno de Mieres para eliminar un desajuste de la vía que obliga a circular a 50 kilómetros por hora.

Feve está peor

El ancho métrico, esto es, el tradicionalmente asociado a Feve, «se encuentra en una situación más desfavorable», admitió De la Serna. «Estas redes se hicieron hace más de un siglo, para mercancías, y se buscaba tirar la línea al mínimo coste», recordó. Esa historia provoca que hoy los Cercanías se encaramen sobre «plataformas reducidísimas, entre taludes prácticamente verticales». Una orografía donde las lluvias «no es que desmoronen el talud, sino que lavan la propia cimentación de la vía, con la inestabilidad que eso genera».

Pese a la delicadeza de la infraestructura, sus antecesores aplicaron una política de recorte de inversión que ha multiplicado los problemas. Los técnicos de Fomento que chequearon los 247,8 kilómetros de ancho métrico asturiano analizaron una a una las trincheras. «Hay siete en riesgo alto de estabilidad, 24 donde es medio-alto, y 15 con riesgo medio», concluyeron. En el capítulo de terraplenes «hay 20 críticos, dos con riesgo medio-alto y 18 de riesgo medio», abundó. De los 87 túneles que abren paso al ferrocarril blanquiamarillo, «hay catorce que requieren una reparación relativamente urgente» dados sus problemas estructurales. De la Serna aseguró que en algún caso el desplazamiento de los hastiales y la entrada de agua limita a 30 kilómetros por hora la velocidad de paso. En cuanto a los 99 puentes de la red, se encontraron 14 «de urgente reparación» dados su daños estructurales.

La panoplia de defectos es amplia. De la Serna habló de catenarias «obsoletas», hilos «desgastados», zonas de arbolado «que generan problemas en vía y catenaria», 41 pasos a nivel que por su volumen de uso «deberían suprimirse».

Una duplicación en estudio

La red de ancho métrico dobla en longitud a la de ibérico, su deterioro acumulado es más acusado y, a pesar de ello, el plan de actuación confía en reflotarla con una inversión inferior, de 178,69 millones. Aquí los mayores esfuerzos se los llevaría el arreglo del puente metálico de San Román (Ribadesella), y la renovación integral de Colloto-Infiesto y Gijón-Laviana, dos tramos que suman 91,1 kilómetros. Además, tal y como había anticipado De la Serna en su anterior visita, se ha dado orden para duplicar la vía entre La Carrera y Pola de Siero (1,84 kilómetros) y desde Trasona a Aboño (16,2 más). «Se está considerando ver si es necesaria una tercera, entre Sotiello y La Florida», indicó.

Una de las fuentes frecuentes de cancelaciones de servicios es la falta de unidades disponibles. Los recortes en repuestos han obligado a los mecánicos a transplantar elementos de un convoy a otro, en una dinámica que denominan «Frankestein». A corto plazo el plan contempla modernizar la flota de ancho métrico con un desembolso de 8,7 millones y la de ibérico con otros dos millones. El próximo curso además se tramitará un pedido para reforzar la división de Feve con diez nuevos vehículos, remesa que empezaría a recibirse entre 2019 y 2022.

«Se plantea incorporar, por primera vez en España, una pequeña serie de trenes transformados para que puedan emplear gas natural licuado en lugar de gasóleo», informó el ministro. Es un proyecto para que el procurará fondos europeos dado su mejor rendimiento ambiental frente al gasoil. El primer prototipo presentará en Asturias «en las próximas semanas».

Su discurso lo completó con otros 7,72 millones en seis años para mejorar los accesos, tornos y marquesinas de las estaciones.

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