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El exfutbolista profesional poleso, Javier Rodríguez Venta, durante la lectura de ayer del pregón de las Fiestas del Carmen y Carmín.
'Javi el del Ferradal' gana el partido de casa

'Javi el del Ferradal' gana el partido de casa

El exdefensa del Villarreal agradeció a sus padres que le inculcaran «unos valores, un sentido del respeto y una educación, de la que me siento orgulloso»

José Cezón

Viernes, 18 de julio 2014, 00:40

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«Os puedo asegurar que en este momento estoy más nervioso que cuando jugaba en el Bernabéu ante ochenta mil personas». Así comenzó ayer su pregón de las Fiestas del Carmen y Carmín de La Pola el exfutbolista profesional Javier Rodríguez Venta, de 38 años, quien acaba de colgar las botas esta temporada, tras militar en Primera División en equipos como el Tenerife, el Villarreal en dos etapas y el Levante. Y con un gol antológico, precisamente, en el estadio del Real Madrid.

  • Hoy. Pequeromería (polideportivo, 19 horas), cine-concierto de Juan de la Rubia (iglesia, 20 horas) y II Supercross Nocturno (El Bayu, 22.15 horas).

  • Mañana. XVIII Festival Internacional de Folclore de Siero (Auditorio, 19.30 horas).

  • Domingo. Misa y procesión (iglesia, 12 horas).

  • Lunes. Desfile y romería del Carmín (17 horas).

  • Martes. Danza Prima (medianoche, parque Alfonso X).

  • Viernes. Baile Kermesse (plaza cubierta, 00.30 horas).

Calificó como «un honor» haber sido elegido pregonero de las fiestas de su pueblo, porque le brindaba la oportunidad de realizar «un sentido y humilde homenaje a mis padres, que me construyeron como persona, inculcándome unos valores, un sentido del respeto y una educación de la que me siento orgulloso, y que hoy puedo transmitir a mis dos hijos». Y añadió que su paternidad le había servido para «valorar aún más y ser más consciente del esfuerzo de mis padres en la tienda de El Ferradal para que a mis hermanos y a mí nunca nos faltara de nada».

Mencionó después a su esposa, Patricia, «gallega de nacimiento, pero que siempre ha respetado mis orígenes y tradiciones asturianas» y le agradeció poder haber compartido con ella «las personas más importantes de mi vida, los mejores goles que jamás pudiera meter: nuestros hijos Joel y Valeria».

Confesó que había tenido dos sentimientos cuando le propusieron ser pregonero: «uno de gratitud y otro de reto». Y consciente de sus limitaciones -«y de que tampoco soy el más letrado del pueblo», bromeó-, le invadió después «una sensación de alivio, porque mi corazón me dictaba de inmediato que lo más adecuado era ser natural y mostrarme tal como soy».

A continuación, pronunció una frase que marcaría el resto de su intervención: «Lo que más me gustaría de esta oportunidad es que conociérais un poco más, no a Javi Venta, sino a Javi el del Ferradal, que es el verdadero y que es el poleso de corazón y de vivencias». Dijo ser un chaval de La Pola de toda la vida que, por circunstancias, desarrolló su carrera deportiva fuera de Asturias, «pero que nunca se olvidó de sus orígenes, de su familia, de sus amigos», subrayó. Y contó una anécdota simpática de su padre, al que un día le dijeron: «'Oye tú eres el padre de Javi Venta ¿no?', y él respondió convencido: 'no él ye el fiu de Pepe el del Ferradal'».

Mencionó sus apodos más célebres, como 'Javirulo' o 'Elviritu', y otros provocados por el mechón blanco que le salió en el pelo cuando tenía 8 años: 'Gremlin malo' o 'Nocillu'. Reconoció que ese mechón le causó algún que otro complejo infanil. «Me peinaba con flequillo para que se viera lo menos posible», dijo. Y sus nuevos compañeros de equipo «siempre se creían que lo ponía yo en la peluquería». Pese a haber sido uno de los mayores deportistas de élite que ha dado el concejo, opinaba que «los pequeños éxitos que haya podido conseguir, creo que, afortunadamente, no se me han subido a la cabeza», en gran parte por los consejos de sus padres y su mujer.

El pregonero aseguró haber sentido «en todas las ocasiones un enorme orgullo de poleso» y recomendaba a sus compañeros que visitaran la villa, «donde hay una gente muy fiestera y una romería única, la del Carmín, a la que tenéis que ir sin falta», les decía. Y mencionó un partido en El Molinón con el Tenerife, con toda la familia y amigos en la grada, en el que entrenador, Javier Clemente, le espetó en el minuto 75: «Anda, polesu, sal a calentar para que te vean los amigos».

Recordó su paso por un club Romanón sin vestuarios y de posteriores duchas frías. «Aquellas dificultades no hicieron más que consolidar mi vocación futbolística», afirmó. Animó a los jóvenes a que luchen «con convicción e ímpetu para conseguir sus sueños» y volvió a ofrecerse para apoyar cualquier actividad deportiva en el pueblo. La última parte la dedicó a recordar sus 'carmines' de juventud con la charanga Los Domingueros y sus mojaduras.

Elena Álvarez, socia de honor

Antes de su intervención, se nombró socia de honor a Elena Álvarez Victorero «por su eficaz labor y su discreción durante decenas de años en Festejos», según destacó el presidente de la entidad, Jenaro Soto. Se saldaba una deuda pendiente desde 1994, cuando una junta directiva tomó el acuerdo por unanimidad. Soto comentó también que algunas decisiones «impopulares» eran «necesarias para que la merienda del prau se realice con cierto orden». Y el alcalde, Eduardo Martínez, calificó de «acertada» la elección del pregonero, de quien destacó sus valores deportivos y personales.

En la mesa estuvieron la Reina de las fiestas, Romina Samelea Hortal; la concejala de Festejos, Paula Onís; el párroco de La Pola, Sergio Martínez, y el vicepresidente de Festejos, José Manuel Baragaña. El acto, presentado por el periodista Coque García, se cerró con la actuación de la Banda de la Asociación Sierense de Amigos de la Música.

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