Borrar
Los componentes del ochote Asturias con su director Luis Ángel Fombella en primera fila.
El ochote Asturias, un coro todoterreno

El ochote Asturias, un coro todoterreno

La formación fundada en La Fresneda en 2007 gana por segunda vez el concurso de Gascona. La agrupación de voces graves, que tiene un disco editado, posee un repertorio de 64 temas, entre habaneras, música popular o sacra

José Cezón

Jueves, 28 de mayo 2015, 17:53

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En tan solo ocho años de andadura, el ochote Asturias se ha convertido en un referente en la música coral de la región. Su último logro ha sido el triunfo, por segunda vez consecutiva, en el concurso de cantares de chigre de la ovetense calle Gascona.

El ochote se formó en 2007 en La Fresneda con antiguos miembros de una coral polifónica que había en la urbanización. En un momento dado, las voces graves decidieron seguir su propio camino y ficharon como director al langreano Luis Ángel Fombona, quien estuvo al frente del Coro Santiaguín entre 1983 y 1985, además de dirigir a otros coros como La Montera, de Sama, o el de Ciaño.

El ochote Asturias cuenta en la actualidad con catorce componentes, aunque a las actuaciones acuden doce voces, que se van intercambiando. Y mantiene un perfecto equilibrio de las cuatro cuerdas del coro: tenor primero, tenor segundo, barítono y bajo. Los miembros son: Iñaki Tellechea, José Antonio González, Víctor Manuel Folgueras, Ramón Camino, Armando Solís, José Luis Vigil, Francisco Javier Martínez, Luis Fernando Lucio, Santiago Laviano, Alfredo Iglesias, Joaquín González, Francisco Blanco, Adolfo Estrada y Luis Miguel Campomanes.

Todos ellos son profesionales de distintos campos (médicos, abogados, empresarios, etcétera), con edades entre 55 y 70 años. Cinco viven en La Fresneda, otros cinco proceden de Avilés, tres de Oviedo y uno de Gijón. El Club de Campo de la urbanización es el lugar donde ensayan todos los lunes y miércoles para después disfrutar de un relajado tercer tiempo en el bar.

El ochote llegó a protagonizar cerca de cuarenta actuaciones al año en diferentes escenarios. Su repertorio de 64 canciones entre habaneras, folclore popular asturiano o de otras latitudes y música sacra les convierte en un coro todoterreno, que puede saltar del chigre a la iglesia con acreditada versatilidad. La cifra de conciertos se ha visto mermada por los recortes en las programaciones, sobre todo en centros culturales públicos. También acuden a cantar a bodas. ¿Y el caché? «Se tiene en cuenta quién te llama, incluso podemos dar un concierto benéfico si la causa lo merece», explica Ramón Camino, una de las voces fundadoras.

El coro cantó en Vizcaya y varias veces en la provincia de Zamora. El hito en su biografía fue el concierto de hace tres años en la prestigiosa Universidad de Cambridge, a través del departamento de Filología Hispánica de Oviedo. Y en 2012 editaron el disco La tierra que canta, que recopila en doce temas la evolución de los últimos años. El álbum se grabó en tres días en un templo de la acústica: la iglesia avilesina de Sabugo, con Juan Taboada y Óscar Ávila a los controles. Se han brindado para grabar a capela los himnos del Sporting y el Real Oviedo, ambos del compositor sierense Falo Moro, a quien también pretenden sumar al repertorio. Y como reto musical, se marcan interpretar un negro espiritual y el motete Ave verum corpus, de Mozart. El mayor hándicap, según explica el director, reside en los ensayos: «Tendríamos que estar todos siempre».

Fombona elogia a sus pupilos y sitúa el ochote entre los mejores de la región. «Son voces excepcionales, con gusto y oído. La progresión es constante y eso nos da muchas posibilidades de interpretar obras de mayor calado y complejidad; eso sí, somos cada vez más exigentes».

Iñaki Tellechea confirma esa exigencia del director, del que destaca «la personalidad y su experiencia». Pero, sin duda, lo mejor del ochote Asturias es el ambiente de camaradería. «Cada ensayo es un regalo, vas con una ilusión extraordinaria por mejorar el nivel del grupo y también para cultivar la amistad», subraya el veterano Ramón Camino.

Han formado un grupo humano muy sólido y están decididos a preservarlo. Aquellos interesados en formar parte del ochote deben superar una prueba de tesitura y otra de afinación. «Si la supera, está a prueba de uno a tres meses para ver si la voz acopla», explica el director. Esos tres meses sirven también para testar si el aspirante encaja en el grupo, donde reina el sentido del humor y el carácter afable. «No nos vale cualquiera por muy bueno que sea, aunque venga Plácido Domingo», sentencian.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios