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MARCOS GUTIÉRREZ
NOREÑA.
Domingo, 28 de enero 2018, 00:58
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La alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, no podía ocultar ayer la emoción al anunciar que el Juzgado Mixto número 1 de Siero acababa de notificar el auto de sobreseimiento y archivo de las actuaciones que se seguían contra ella en relación con la denuncia formulada por los ediles de IU en el concejo en pasado año. La acusaban de un supuesto fraccionamiento ilegal de contratos para realizar obras de desbroce.
Antuña comentó que el propio Ministerio Fiscal «pidió también el archivo de estas actuaciones», al igual que sus abogados. De acuerdo con los fundamentos de derecho que se exponen en el auto de sobreseimiento, el juez expone que «no aparece debidamente justificada la perpetración del delito de prevaricación que ha dado motivo a la formación de la causa». Pese a que el archivo de la causa sería susceptible de recurso, al haberse sumado la Fiscalía a las conclusiones de los abogados de la alcaldesa y el juez se considera definitivo. La denuncia se interpuso en julio de 2017 por supuestas irregularidades en el fraccionamiento de tres contratos con una misma empresa, por un importe total de 22.503 euros, sin sacarlos a licitación. Con su voz a punto de quebrarse en más de una ocasión, Antuña reconoció ayer que «han sido meses muy duros». «A mí se me llegó a decir que no podría volver a ejercer como profesora, que me inhabilitarían de mi profesión por este asunto», destacó.
La alcaldesa dijo que la denuncia presentada por los dos concejales del Grupo Municipal de Izquierda Unida de Noreña, Cristina Sánchez y René Coviella, ante la Fiscalía Superior «fue un acto político» que «estaba diseñado no solo para desacreditarme y minar los logros de este equipo de gobierno, también buscaba mi destrucción personal». En su opinión, esta muestra de «caciquismo» no debería quedar archivada junto con la causa. «Se ha exigido mi dimisión y se ha dudado de mi honorabilidad, de mi dignidad para este cargo y de mi honradez», subrayó. Añadió que «a aquellos que han reclamado mi dimisión, antes incluso de que el juez se pronunciase, conculcando uno de los derechos más básicos, como es el derecho a la presunción de inocencia, ahora soy yo la que les exige la suya».
«Dimitan, porque no son dignos de representar al pueblo de Noreña», exigió Antuña de modo contundente a los miembros de la oposición que, públicamente, pidieron antes su renuncia al cargo. La alcaldesa de Noreña se mostró agradecida a los miembros de su equipo y a los vecinos del concejo por mostrarle «su solidaridad y animarme a seguir en la brecha».
«Aquí estoy y voy a estar; me echarán los vecinos de Noreña con las urnas, nada más», insistió. En esta línea, añadió que al empezar su trayectoria en la política municipal noreñense pensó «que era un cuento de hadas, un terreno en el que se venía a trabajar», si bien las circunstancias le habrían mostrado que «esto no es así».
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