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POLA DE SIERO.
Domingo, 22 de octubre 2017, 07:16
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Si se aplicara la renta básica universal en Asturias, habría que empezar por el suroccidente de la región. Esa es la idea que defendió ayer Lorena Gil, diputada de Podemos Asturies, durante su participación en el encuentro organizado en la Pola por el Institutu Asturies 2030 y la asociación El Llavaderu sobre la renta básica. «Originaría un nuevo contrato social y un nuevo horizonte y permitirá revertir un modelo económico desigual», señaló.
La elección del suroccidente no es baladí, ya que incidió en la dispersión de los núcleos, el grado de envejecimiento y la falta de políticas para evitar su despoblación. Asimismo, analizó de forma pormenorizada la situación económica de la región.
Por su parte, Jordi Arcarons, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, explicó la financiación de la renta básica a través de la redistribución de los recursos que genera el IRPF y señaló que «su aplicación no debe comportar que se detraiga ningún ingreso del Estado». Según sus cálculos, la asignación anual sería de 7.471 euros para los mayores de 18 años y de 1.494 para los menores de edad. En el encuentro también participaron Julen Bollaín, Carme Porta y Daniel Raventós, que abogó por recuperar el papel social de la propiedad.
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