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M. VARELA / R. MUÑIZ
ANZÓ-ARROBIO / OVIEDO.
Sábado, 24 de marzo 2018, 01:57
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Las más de 600 toneladas sobre la AS-117 son un problema grave. Con la Semana Santa cerca y 1.500 vecinos aislados, la presión para lograr algún tipo de paso, aunque sea provisional, se dispara. Ahora bien, «arreglar por completo la zona puede llevar perfectamente semanas, cerca de dos millones y la necesidad de hacer un estudio entremedias», indica un geólogo con más de cuatro décadas de experiencia en estas obras.
Lo ocurrido, precisa, fue «un vuelco de estratos». Las capas que formaban la ladera eran muy verticales y altas, algunas se «lavaron» o desgastaron, terminando por despegarse. «Eso lo produce el agua de la lluvia a lo largo de varios años, aunque las que han caído últimamente habrán terminado de desestabilizarlo», señala. El material descompuesto forma parte de la denominada como cuarcita de Barrios, una formación geológica que atraviesa la región y parte de León.
Con drones se confirmó que en la cabecera del talud, a entre 35 y 40 metros sobre la carretera, quedan rocas inestables que obligan a trabajar con extrema cautela. Ayer los operarios aprovechaban el material desprendido para formar sobre él una plataforma. Quieren demoler esas rocas de altura con una pluma especial, cuyo brazo tiene 26 metros de alcance, lo que es mucho pero no suficiente. La mañana se la pasaron picando roca para ir componiendo una rampa que permita a la pluma remontar esta avalancha de rocas y así, ganando altura, alcanzar con su brazo extendido la cabecera.
La maniobra permitirá ejecutar un primer saneo de urgencia, asegurar la zona, y ya poder retirar el material que obstruye la carretera. Con retroexcavadoras y camiones, se irán quitando esas toneladas de cuarcita. Una vez despejada, los técnicos de la consejería podrán valorar hasta qué punto ha quedado estropeada la superficie de la AS-117 en ese tramo, y pensar en cómo reponer la carretera.
Habrá dos decisiones vitales. Una es cómo fijar por completo el talud. «Por las fotos diría que hace falta un estudio para determinar toda la zona que ha quedado descomprimida y a partir de él ver si procede meter bulones tensados de quince metros, retranqueo o pegarle una voladura a esa parte», señala el geólogo. Además, parte de las toneladas de materia se desmoronaron sobre el río Nalón, lo que puede afectar a su cauce en caso de riada y requerir, también, de una operación de saneo.
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