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Jueves, 22 de febrero 2018, 02:28
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Nueva oleada de supresiones en los trenes de cercanías de Feve. El lunes la empresa canceló 30 frecuencias, el martes fueron 38 los servicios anunciados que no se prestaron y ayer a media tarde se contaban otros 22. Los sindicatos fueron los encargados de hacer recuento de unas incidencias, que no incluyen los abultados retrasos que sufrieron otros pasajeros. Ni en su página web ni en su canal de la red social Twitter la compañía advirtió de los problemas.
Consultado por este periódico, Feve admitía a media mañana la existencia de «problemas con el material», expresión que alude a que las averías habían dejado fuera de juego varias unidades, sin que los repuestos ni el personal de talleres sean capaces de solventarlo.
Es uno de los problemas críticos de la compañía. «El otro día para reparar una unidad 2.700 tuvieron que traer otra que se había quemado en El Ferrol; como no hay recambios, le arrancan los equipos a la más vieja y se la ponen a la que está mejor, en un proceso que llamamos 'canibalizar' los ferrocarriles», explica Luis Blanco Junquera, presidente del comité de empresa en Asturias. Según los datos obtenidos por eldiario.es, el 56% de las cancelaciones sufridas en las cercanías de la región durante los dos últimos años están relacionados con estos problemas.
Feve tiene programados 317 circulaciones en los días laborables. A falta de trenes, la operadora optó por desatender sobre todo la línea Gijón-Oviedo-Trubia. Los gestores entienden que eso minimiza los daños, dado que los pasajeros que viajan entre las dos capitales tienen la alternativa de los servicios de Renfe y Oviedo está enlazado a Trubia con autobús.
«Lo que no tiene sentido es que anuncies una frecuencia que no puedes cumplir», lamentó Alberto Martínez, uno de los afectados. Viajero ocasional, necesitaba ir de Oviedo a Trubia por trabajo, y había optado por prescindir del coche. «Te hacen la pascua y la verdad es que la próxima vez no renuncio al coche», argumentaba. «Yo hoy he tenido 'suerte'; el mío de Siero a Oviedo solo llegó veinte minutos tarde», abundaba Jesús Durán. Este viajero es habitual de la línea Gijón-Langreo «donde cada vez hay más decadencia e impuntualidad; se nota sobre todo desde el año pasado». Los problemas repercutieron también en el tramo Grado-Oviedo, que frecuentan José Manuel González y Conchita Salas. «Llegamos a nuestra hora, a las 12.50, y nos dijeron que el tren no salía. Tuvimos que esperar 55 minutos», dice ella.
La deriva de la compañía solivianta a los propios representantes laborales. El sindicato de maquinistas (Semaf) acaba de convocar para marzo seis días de huelga, al considerar que no se están cumpliendo los acuerdos alcanzados para contratar a conductores tras un periodo de prácticas. En Asturias hay unos once de estos maquinistas afectados.
Por su parte UGT ya forzó dos convocatorias de la comisión de conflictos para tratar de resolver «la falta de personal y aumento de actividad» en los talleres, así como la carencia de un plan de compra de piezas de repuesto. La última reunión tuvo lugar el martes y, ante la falta de acuerdo, la organización está a la espera de un último intento ante el servicio de intermediación y arbitraje. Caso de no llegar a buen puerto, valoraría también ir a la huelga. «Es el colmo, que uno tenga que ir a la huelga para pedir piezas de repuesto y personal, pero es que ahora en la mesa nos dicen que no pueden contratar, que dependen del ministerio y de los presupuestos», lamenta Luis Blanco.
La preocupación de los representantes laborables es aún mayor dado que en donde sí está avanzando la empresa es en su plan de desvinculaciones. En los últimos años ofrece a los trabajadores más veteranos condiciones ventajosas para que marchen, deja parte de esas plazas sin reponer, y las que cubre, suele hacerlo meses después de efectuadas las bajas. En esta ocasión el acuerdo es permitir la salida de 805 empleados, el 62% de ellos desde las áreas de conducción y talleres.
En Asturias se espera la baja de unos veinte maquinistas y una docena de mecánicos. Y ello a pesar de que, según las estimaciones del presidente del comité de empresa, ambos departamentos están necesitados de refuerzos. «Ahora mismo tenemos un déficit de unos 30 conductores y si no hay más cancelaciones es porque no se han empezado a dar vacaciones; o cambia la cosa o en verano volveremos a tener cadenas de supresiones», avanza Blanco Junquera.
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