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Desde la izquierda, el historiador Miguel Calleja; Luis Rodríguez, vicerrector de Estudiantes; María José García, directora del Centro de Servicios Universitarios, y Elvira Fernández, del Puerto de Avilés.
Josefa Sanz asume el cargo de Cronista de la Villa con un elogio a la ciudad

Josefa Sanz asume el cargo de Cronista de la Villa con un elogio a la ciudad

La historiadora, sustituta del fallecido Justo Ureña, alaba la adaptación al presente de Avilés, «un lugar viejo y nuevo, tradicional e innovador»

BORJA PINO

Martes, 29 de julio 2014, 00:14

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Han transcurrido casi tres años desde que el puesto de Cronista Oficial de la Villa de Avilés quedó vacante, tras el fallecimiento, en 2011, de Justo Ureña Hevia, último historiador que ejerció dicha función. Sin embargo, los vecinos de la ciudad ya cuentan con una nueva profesional encargada de salvaguardar y divulgar la historia pasada, presente y futura de Avilés. Se trata de la también historiadora Josefa Sanz Fuentes, elegida unánimemente por el Pleno del Ayuntamiento el pasado 20 de junio, y que ayer tomó posesión del cargo en un acto presidido por la alcaldesa, Pilar Varela, y celebrado en el Consistorio local.

Representantes de los principales grupos políticos, entidades públicas y organizaciones privadas de la ciudad hicieron acto de presencia en el acto, que comenzó con la intervención de Varela, encargada de presentar a la protagonista del mismo. Así, la alcaldesa enumeró algunos de los logros más destacados acumulados en su larga trayectoria como investigadora y docente, amén de recordar sus contribuciones a la ciudad «como pregonera de El Bollo, colaboradora de la revista de esa festividad y miembro de la Real Cofradía de la Soledad y de la Santa Vera Cruz».

Tras su disertación, que concluyó con la entrega a Sanz del diploma acreditativo de su nuevo cargo, tomó la palabra Miguel Calleja Puerta, profesor e investigador del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, y que asumió la responsabilidad de glosar a la protagonista. Resaltó que «siempre está dispuesta a trabajar por Avilés», y alabó sus cualidades como educadora, historiadora y compañera.

«A muchos se les ilumina la cara cuando la ven aparecer en las aulas o en congresos», apuntó, aunque insistió en que, «por encima del cariño, es profesora e investigadora». En ese sentido, indicó que «empieza esta nueva etapa con la ilusión del primer día, como ha hecho siempre», y concluyó aseverando que, «con ella en este puesto, gana Avilés y ganamos todos».

Fue la propia cronista quien protagonizó la última intervención. Su discurso tuvo el sabor de una breve lección de historia de la ciudad, y supuso un recorrido a lo largo de su pasado, pues «su pujanza viene de antiguo». La mención al desarrollo industrial de Avilés, no reñido con la conservación de su patrimonio histórico, supuso su particular alabanza a un lugar «viejo y nuevo, tradicional e innovador, que ha sido, y que siempre será, lo que nosotros queramos que sea». Agradeció su nombramiento a su padre, «de quien aprendí qué era la ría», y a su madre, «que me enseñó qué era importante y qué no». Y terminó reafirmando su compromiso con la ciudad, «hasta ahora sentimental, pero desde hoy también profesional».

Así entiende su labor esta hija del barrio de Sabugo, nacida en 1947 y que, tras veinte años viviendo en Sevilla, en 1983 retornó a Asturias para cubrir una plaza de catedrática en la Universidad de Oviedo. En declaraciones hechas a este periódico, explicó que «el cronista nunca trabaja para sí, sino para los ciudadanos. Además, no sólo tiene que dar, sino también debe recibir, escuchar todo aquello que se le diga, y dar con ello lo que se le pida».

Ante ella se extiende una tarea de descubrimiento de la ciudad «para mí y para varios cronistas más, porque hay partes de nuestro pasado bastante intocadas». Una labor de buceo en la historia no reñida con el estudio del presente. «A lo mejor se nos ha pasado la época de una gran eclosión industrial, pero mantenemos una industria que tiene su peso y su poder, aparte de una enorme riqueza cultural».

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