Un campeonato nacional de surf en El Espartal

Desde hace unos pocos años el surf ha dejado de ser el deporte de unos pocos y su práctica se ha extendido, convirtiéndose en algo popular en las playas de Salinas y de San Juan. Las escuelas de surf proliferan y son muchos los que han empezado a conocer este deporte que tantos cambios ha sufrido en los últimos tiempos desde el punto de vista comercial, al haberse abaratado las equipaciones, como incluso desde el punto de vista de género, al ser en la actualidad algo normal, afortunadamente, que muchas mujeres practiquen este deporte.

Sin embargo, en ocasiones, pasa desapercibido que las playas de la comarca de Avilés, y en concreto las de Salinas y San Juan son de una relativa importancia para entender la introducción del surf, no sólo en Asturias, sino en España.

Aunque con cierta polémica, lo cierto es que la primera fotografía que se tiene de una persona practicando surf en nuestro país pertenece a un ovetense de diecisiete años que veraneaba con su familia en Salinas, y que tras escuchar a los Beach Boys decidió construir su propia tabla y aprender por sí mismo a surfear. Su nombre era Félix Cueto y la fotografía en cuestión data del verano de 1963. Junto a él empezó a formarse un grupo de personas que se interesaron por este deporte, como Amador Rodríguez, que llevaría el surf a Gijón. Poco tiempo más tarde Félix iría a estudiar a A Coruña, llevándose su tabla con él e introduciendo el surf en Galicia.

Lo cierto es que el surf se empezó a practicar en distintos puntos de la cornisa cantábrica a lo largo de los siguientes años y sin que al inicio hubiera conexión entre los distintos lugares que empezaban a ver en sus aguas este deporte venido de Estados Unidos. Los primeros clubs nacen en 1967, y en 1969 lo hace la SNS (Sección Nacional de Surf), encuadrada entonces y hasta 1971 en la Federación Nacional de Esquí Acuático. La SNS, primero como parte de esta federación, y más tarde de modo independiente, organizaría durante la siguiente década las primeras pruebas de competición de surf a nivel nacional.

Es en este marco que los días 23, 24 y 25 de agosto de 1974 tendría lugar en la playa de El Espartal el Campeonato de España de Surf. En él participaron surfistas venidos de San Sebastián, Bilbao, Santander y distintos puntos de Asturias, así como de Francia, Alemania e Inglaterra.

Aquellas pruebas fueron un verdadero impacto tanto para los pocos que ya practicaban aquel deporte como para los que aún eran niños y estaban a punto de empezar a hacerlo. «Los niños flipamos aquellos días», nos cuenta Fran García, de Avilés, y uno de los pioneros que formaba parte de aquel grupo de surfistas de Salinas en los setenta junto a nombres como los hermanos Cueto, Carlos 'El Escayolista', Radamés Hurlé, Roberto Hevia, Julio Morán o Gelo Meana, entre otros.

La mayor parte de los bañistas no conocían este deporte que había nacido en nuestras costas tan sólo once años antes y así es como LA VOZ explicó en aquellos días en qué consistía el campeonato: «Para la puntuación de los surfistas se tiene en cuenta que cada participante logre coger las cinco mejores olas, es decir, que cada participante logre ponerse de pie en la tablilla en las cinco mejores olas que pasen en el tiempo de la prueba».

El premio que se entregó para cada categoría fue un trofeo, una tabla de surf y un traje de neopreno. Nada desdeñable si se tiene en cuenta que en aquel tiempo aún no se fabricaban trajes para este deporte en España y el precio de las tablas no estaba al alcance de todos los bolsillos.

Importante para el surf asturiano fue que entre tanto buen nivel participando en aquellas pruebas dos asturianos consiguieran imponerse: Ramón Álvarez, de Gijón, en la prueba de sub 18; y Diego Méndez, de Tapia de Casariego, en sub 16. Según este último, y que figura entre los grandes pioneros de los inicios del surf de competición en Asturias, «el Campeonato de España de Surf, celebrado en El Espartal en 1974 fue de los mejores del país en aquella época. Después de aquello el surf español, especialmente el asturiano, entraría en declive a nivel competitivo y no empezaría a resurgir hasta mediados los ochenta».

Lo curioso es que el surf competitivo no terminó de cuajar en aquellos años entre los surfistas de la comarca de Avilés. Según Radamés Hurlé, «tal vez es porque las inmediatas generaciones que empezamos a practicar surf en los setenta surgimos al amparo de Félix Cueto, que no mostró interés nunca por la competición. En lugares como Tapia de Casariego el surf se introdujo a través de australianos. Y en Gijón, por su dimensión y contacto más habitual con extranjeros que venían de lugares donde las competiciones de surf eran más habituales, tal vez los surfistas aprendieron el deporte con una cultura más competitiva».

En la comarca de Avilés el surf se vivió de otra forma. «De modo quizá más autodidacta», opina Gonzalo Penela, instructor de una de las escuelas de San Juan y que empezó a practicar el surf a principios de los años noventa. «A pesar de haber estado en uno de los epicentros de los orígenes del surf en España, la gente de aquí vivió el surf alejada más o menos de la práctica competitiva, disfrutando simplemente de las playas de Salinas, San Juan o Xagó, hasta que años más tarde, empezaron a surgir surfistas locales tan importantes como Coco Carril o Lucas García». Una paradoja que viste de más romanticismo, si cabe, a aquellos pioneros de este deporte en nuestra comarca.