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Imágenes del prau de la fiesta del Xiringüelu.

El Xiringüelu reunió a 14.000 personas en el prau de la fiesta

El festejo acabó con 14 atendidos por intoxicaciones etílicas y 300 por picaduras y pequeñas lesiones. Este año estrenaba normas para tratar de poner orden a lo por definición es un desmadre

Fernando del busto

Lunes, 11 de agosto 2014, 02:37

Hace años que el Xiringüelu dejó de ser una fiesta de Pravia para convertirse en una de las grandes romerías de Asturias, como ayer volvió a demostrarse con sus algo más de 14.000 participantes, según las estimaciones de la Cofradía de El Xiringüelu. ¿Podrían ser más? Seguramente, pero nunca menos, aunque en una fiesta como la que se vivió en el prau Salceu, lo de menos son los números y lo realmente importante es la diversión, la alegría, los miles de litros de sidra, calimocho, cerveza y bebidas blancas de los que se dieron cuenta a las orillas del río Nalón a lo largo del campamento con 135 casetas instaladas y donde llegaron participantes de toda la región, como lo demostraban las oleadas de romeros bajando desde la estación de Feve; la riada de coches y los autobuses. En la historia del Xiringüelu, la de este año será la primera edición en la que la cofradía organizadora introdujo diferentes cambios en la fiesta para tratar de ordenar lo que, por definición, es un desmadre. Un esfuerzo que lograron superar con nota más que alta. De hecho , los incidentes más graves no ocurrieron el Pravia, sino en el tren de vuelta.

Un trabajo de logística que también implicó a 13 voluntarios de Protección Civil de Valdés, Cudillero y Soto del Barco, además de un puesto médico con una UVI móvil y dos ambulancias convencionales. En él trabajaron tres técnicos de Urgencias, una médica y dos enfermeras. En su primera hora atendieron a cuatro personas: tres picaduras y un esguince. A las diez de la noche, el dispositivo médico terminó la jornada con 300 personas atendidas por picaduras y pequeñas lesiones, 13 derivados al Hospital San Agustín por intoxicación etílica, además de una persona al Centro de Salud de Pravia por idéntico motivo y 20 personas enviados por sus propios medios al Centro de Salud de Pravia o de su localidad.

En el prau de Salceu las nuevas normas sobre las casetas generaron debate. La prohibición de las dos alturas fue entendida sin problemas. Tan sólo dos casetas superaron ese límite y, entre las peñas consultadas, todas la asumían «por la seguridad».

La limitación a la madera como único material constructivo también fue asumida con normalidad. En nuestro recorrido, tan sólo una peña lamentó esa norma con el argumento de que «nosotros siempre utilizábamos PVC», comentaron los integrantes de El Burro, de Luanco.

Más rechazo motivó la organización del sorteo de las parcelas. «El reparto de las parcelas estuvo mal, a la gente no les gustó», aseguró Sara Rodríguez, de la Peña El Gallinero, «deberían estar todos en el sorteo». «A la gente que no es de Pravia no le gustó», afirmaron Milagros Álvarez, Olaya Arango y Eva Lorences, de Hocicos Tordos. Cristina Pire, de la Peña El Trabuco, de Pravia, también rechazó los nuevos criterios, comenzando con el reparto de las parcelas que «privilegia a la organización y sus amigos». Ambas peñas reclamaban disfrutar de su música.

Y es que la prohibición de la música amplificada también fue cuestionada. En algunas casetas había pequeños equipos y, desde las 12.30, las charangas comenzaron a recorrer el prau La mayor parte de las peñas defendían poder contar con sus propios equipos para animar la jornada. Nico Serrano, de La del Año, de Oviedo, era una de ellas De igual manera se pronunciaron los integrantes de La Cuevina, un grupo de 30 amigos llegados a Salceu desde Piedras Blancas. No fue la única presencia comarcal. Los Superbebientes llevaron a 71 romeros y mil litros de calimocho desde Avilés y Corvera. O el centenar de personas de Les Xardes, llegadas desde Luanco, entre ellas Cecilia Fernández, que pidió cuatro días en su trabajo en el Reino Unido para disfrutar la fiesta.

«Lo de la música es un tema difícil», opinaban desde Happy Pandy, «porque a todo el mundo le gusta tenerla, pero con tantas peñas es difícil. Tal vez la animación de las charangas debería empezar primero».

Al margen del debate, alegría hubo en todas las casetas que, en algunos casos, ya habían comenzando la fiesta el viernes, con la entrega de los premios a las mejores casetas y reconocimientos a veteranos del Xirin, nombre con el que la fiesta se divulgó este fin de semana en las redes sociales y, que en el caso de Twitter, llegó a figurar entre las tendencias de España. Se homenajeó a Marcial Martínez, con 75 años de espíritu de Xiringüelu, y a Pedro Marcos, como representante de la antigua cofradía organizadora de las fiestas. También se entregó la Botella de Oro al Club Deportivo Praviano. Cecilia Martínez, de la Peña Xarrazu, era elegida reina de las fiestas, con Alejandro Fernández, de la Peña LEspumeru, como homólogo masculino. Paula Cueto, de la peña El Xiringüitu, fue distinguida como Princesa del Prau, y Nacho Álvarez, de La Tribu, como mozu promesa.

Los 18 integrantes, de Pravia y localidades próximas, de Los Merucos sidreros celebraron el Cuervón concedido a su panera, el primer premio de las casetas. «Nuestra idea inicial era hacer tres pisos, pero con las normas pensamos en la panera», explicó Alejandro Martínez. La construcción les llevó una semana. El segundo premio, o Cuervo, era para los 16 integrantes de Los desidrataos, de Pravia y localidades próximas. Su decoración se basó en carteles de cine. «Es la primera que ganamos este premio y nos sorprendió», confesaron.

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