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«Es horrible ver artistas ‘prefabricados’ convertidos en estrellas»

«Es horrible ver artistas ‘prefabricados’ convertidos en estrellas»

El baterista de Florida, productor y compositor de grandes éxitos, actuará esta noche en el parque del Muelle

cristina del río

Sábado, 23 de agosto 2014, 10:28

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David Elliott Johnson vive por y para la música. Siente cada acorde, husmea incesantemente entre toda la savia nueva y apuesta por el talento con extraordinaria generosidad avalado por los treinta años que lleva dedicado al negocio. Propietario de su propio sello discográfico (Noveaux Sons Records), compositor de éxito su última canción ha vendido más de dos millones de copias y continúa al ritmo de 2.500 copias cada semana y músico, actuará esta noche con los Noveaux Sons en el Festival La Mar de Ruido, en el Parque del Muelle y también subirán al escenario miembros de Morrigans. La noche comienza a las 21.30 horas con Dr. Feelgood.

¿Quiénes son los Nouveaux Sons?

Son Sean Forrest, Julien Dournaux, y Joey Caneva, artistas y compositores de la misma compañía de discos. No somos un grupo como tal pero todos nosotros somos músicos que escribimos canciones. La mayoría son guitarristas que suelen tocar por su cuenta pero, en esta ocasión, he querido que tocáramos todos juntos, como si fuéramos una banda de verdad. Joey y Julien han aprendido a tocar el bajo para este concierto. Hemos pasado muy buenos momentos ensayando.

Compartirán escenario con una banda mítica, Dr. Feelgood.

Estoy muy familiarizado con su música pero nunca he tenido la oportunidad de coincidir con ellos. Creo que tienen una energía increíble y que ofrecen un espectáculo muy divertido. Es un honor compartir escenario con ellos.

Usted compone para otros y ha firmado canciones muy exitosas. ¿Tiene alguna favorita?

(Se lo piensa). Tendría que decir que mi favorita es la más famosa, Over, interpretada por la estrella del country, Blake Shelton. Pero también me gusta mucho la canción Deeper, que reportó también un gran éxito a la artista búlgara Ruth. Me hace feliz que a un artista le gusten tanto mis composiciones como para aportar algo de sí mismo en cada una de ellas. Escribo con tanto corazón como puedo. Quiero que mis canciones signifiquen algo para el intérprete y para quien escucha.

Componer para otros es un trabajo anónimo. ¿Qué le atrae de ello?

No se crea, en los Estados Unidos el compositor acapara mucha atención, aunque no tanta como cuando los discos se lanzaban con todos los créditos. Me gusta porque me permite llevar una vida normal. Estar con mi familia, con mis amigos, y no tener que estar viajando constamentemente para pagar las facturas. Ya he realizado giras por todo el mundo durante casi veinte años. Creo que es suficiente por ahora. Además, he sido testigo de cómo el éxito transforma la vida de algunos artistas, que acaban viviendo una vida que no es suya.

Sin embargo, ahora se deja caer por Avilés...

Es que, pese a todo, viajar es muy enriquecedor. Siempre que viajo me doy cuenta del poder de la música. Puedes ir a cualquier otro país, incluso con diferente idioma, que la música es un lenguaje universal. Enseguida genera confort y complicidad entre dos extranjeros. Me puedo comunicar con músicos a través de la melodía o el ritmo, no necesitamos hablar. Es increíble. Aprecio mucho las relaciones personales con músicos. Somos una familia global.

Para la mayoría de los artistas es, además, la principal fuente de ingresos.

Sí, desde luego. Pero a los compositores se nos paga por los éxitos en la radio. Y, aparte de eso, a mí me resulta realmente emocionante escuchar mis canciones en la radio y en la televisión. Sobre todo en galas de entregas de premios. Una de las últimas veces fue en los Premios Grammy, a pesar de que no entiendo la música como una competición. Se puede vivir de escribir canciones, de ser músico o de interpretar, y eso ya es más que un premio para mí.

Como productor, ¿qué busca en un artista?

Producir es un honor en mi carrera. Confiar en un artista e intentar llevar su música y sus canciones a lo más alto, es todo un reto. Pero es importante que ambos compartamos la misma visión del proyecto y que el artista me permita guiarle en el proceso. Yo intento extraer lo mejor de él, ayudarle a crear el mejor sonido y mantenerlo en lo alto. Hay que tener la mente abierta y ser pacientes. Eso, a la larga, les permitirá tener una carrera de largo recorrido.

¿Hay más talento del que el mercado puede asumir?

Es increíble la cantidad de talento que hay en el mundo. Pero en el éxito influyen más cosas. Especialmente hoy en día con internet saturado de gente que cuelga la música que hace en su habitación.

¿Y qué es lo que hay que hacer?

Un artista de verdad tiene que tomarse su tiempo para conseguir un ascenso firme y poner toda la carne en el asador, estar seguros de dar lo mejor de sí mismos. Eso es lo que les diferenciará del resto.

¿Ser productor es una actividad de alto riesgo hoy en día?

Cualquier actividad en el mundo del espectáculo es de alto riesgo hoy en día. Me siento muy afortunado por haber sido capaz de vivir de esto durante casi treinta años. Empecé a producir a mediados de los ochenta. ¡Entonces todavía se producían discos!

¿Cómo trabaja?

Siempre estoy escuchando nueva música, nuevos sonidos, aprendiendo técnicas populares de grabación y, en definitiva, ampliando mi conocimiento. La industria está en constante cambio. Para triunfar necesitas estar abierto a cambios y adoptarlos. No siempre estarás de acuerdo con ellos pero tienes que pensar que eres inmensamente afortunado por poder hacer música. Disfrútalo.

También compone mucha música para series y programas de televisión.

En esto ocurre una cosa curiosa. En el mundo del cine o de la televisión usan tu música pero no te lo dicen, simplemente te lo abonan y te enteras cuando ves el ingreso. Es gracioso. En estos momentos trabajo como asesor musical para unos estudios cinematográficos en Estados Unidos. Soy el responsable de componer y de buscar nueva música para futuros lanzamientos.

Muchos se quedarán por el camino...

Eso es lo más duro. Ver que alguien con talento no sabe qué hacer con él, cómo gestionarlo. Se puede ver en esa persona la frustración y el deseo todo junto. Luego ves a artistas prefabricados, sin aptitudes, que salen tres minutos en televisión y al día siguiente ocupan los titulares de internet. ¡Son ya estrellas! Ugh, es horrible. Y desgracidamente se ha convertido en algo normal en nuestra sociedad.

¿Música para siempre a pesar de estos tiempos inestables?

Por supuesto, music forever. Es quien yo soy, a lo que he dedicado toda mi vida y es lo que me hace sentir completo y lleno. Me siento triste cuando no estoy tocando. ¡Pregúntale a mi mujer! (Risas)

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