Borrar
Segis Trigo en las escaleras de la Iglesia de Sabugo.
«La policía china es una mafia»

«La policía china es una mafia»

Denuncia que sesenta modelos fueron encarceladas durante tres semanas y asegura que «no volveré a trabajar allí»

PATRICIA MENÉNDEZ

Domingo, 14 de septiembre 2014, 01:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nadie dijo que fuera fácil. Ese podría ser el lema del modelo avilesino Segis Trigo tras su aventura por la 'Fashion Week' de Beijing. Lejos de los tópicos de 'glamour', limusinas y champán del caro, los comienzos de los modelos están llenos de esfuerzo, pocas horas de sueño, hambre y, como en el caso de la aventura china de Trigo, peligros.

El gran gigante asiático se ha configurado en los últimos años con uno de los países emergentes con mayor proyección a nivel mundial, pero el avilesino no contaba con que «la policía de allí es una mafia», tal y como él mismo relata dos meses después de su andadura china.

«La policía asiática les exige a las agencias dinero porque allí normalmente no hay contratos de trabajo, vamos con visado de turismo y, como son conscientes de ello, ponen contra la pared a las agencias y solicitan una serie de cuantías al año», explica Trigo.

Lo que podría haberse quedado en una mera anécdota de corrupción china, se convirtió en una pesadilla durante tres semanas para más de 60 mujeres que fueron a Beijing a trabajar como modelos. «La policía organizó con las chicas unos 'castings' falsos y las llevaron a prisión, donde tuvieron que convivir con auténticas delincuentes en condiciones infrahumanas. La agencia no quería pagar y la embajada no podía hacer nada», relata el modelo, que vivió estos momentos de tensión muy de cerca: «compartía piso con dos chicas españolas y no podían salir de casa, tenía que ir yo a hacerles la compra porque se arriesgaban a que la policía las capturase. Fueron momentos muy duros en los que mucha gente se vino abajo. Hay que ser frío, calculador y muy fuerte». «Meses más tarde una modelo española de 18 años que estuvo en prisión me habló de la experiencia. Me contó que las tenían a pan y agua y que hacían sus necesidades allí en medio», añade el asturiano.

A pesar de todo, Trigo tiene buenos recuerdos de su paso por el continente asiático y reconoce que «fue una experiencia muy buena, aunque había demasiados modelos». Eso sí, Beijing es pasado y el modelo no se plantea volver a China, puesto que «no le sacaría más jugo al país y regresar sería dar un paso atrás, no me compensaría. A día de hoy lo que quiero es seguir evolucionando como modelo», asegura.

No volverá a China, pero tampoco a Avilés. «Estoy de paso, de vacaciones», afirma el modelo de 28 años. El futuro es aún incierto para Trigo, que espera conocer su próximo destino en septiembre. «Estoy entre París y Milán. Además, mi 'manager' es parisino y tiene buenos contactos allí y yo manejo el idioma, factor muy importante en este mundo. En pocas semanas sacaré algo en claro».

«Tengo un perfil tirando a latino y aquí la tendencia es de modelos andróginos, mitad hombre y mitad mujer, así que se piden más de los países del este. Está bastante más difícil para mi perfil trabajar en España», indica el modelo, que se quedará en Europa, pero no volverá a su país de origen puesto que, a la crisis y la falta de trabajo generalizada en el panorama nacional, en su caso se añaden factores estéticos y de demandas del mercado.

Pero en Avilés, Beijing, Milán o París lo que no cambiarán, al menos de momento, son sus duras jornadas de trabajo, «de lunes a domingo». «Mi día empieza a las 6 ó 7 de la mañana. Estoy continuamente viajando de un lado para otro con más modelos y, aunque son trayectos cortos, a veces no tenemos tiempo ni para comer. Haces una prueba, te avisan por la tarde y tienes medio día para hacer las maletas y estar listo a primera hora de la mañana siguiente para viajar a otro país. Y encima llega tú a las 9 de la noche, coge la bolsa y vete al gimnasio», explica Trigo. «Los comienzos son duros, pero conforme vas subiendo peldaños en la carrera las condiciones van mejorando. Las agencias se preocupan más por tu bienestar y los hoteles son mejores», añade.

A los viajes, las prisas y los madrugones, en el caso de los modelos se añade el esfuerzo de «preparar el día anterior la comida, porque fuera no controlas los aceites y las grasas que usan». Aunque el tópico de 'glamour' no es cierto, Trigo confirma otro rumor extendido entre la población: los modelos pasan hambre. «Sí, pasamos hambre y llevamos una dieta muy rigurosa según las necesidades de cada modelo. Eso sí, nunca se pone en riesgo la salud, de hecho, es una dieta que muchas personas deberían llevar aunque no se dediquen a esto porque es muy sana» asegura el avilesino. «A mí me encanta comer, y aquí en el norte consumimos comidas muy calóricas, así que hay que pasar de una fabada y un arroz con leche a una ensalada aliñada con limón y una manzana, y da gracias», añade.

Pero ni dietas ni esfuerzos continuos son motivo suficiente para que Segis Trigo tire la toalla «en este mundo tal duro», de hecho, el modelo recomienda la profesión y asegura que «se vive bien». «Tienes tus momentos. Hay ocasiones muy duras, pero luego hay ventajas que otras personas no tienen, como los viajes que la profesión te permite hacer. Hay pequeños altibajos. Para mí, a día de hoy, el balance es neutro y de momento me compensa. Hay personas que desisten, que no les sale a cuenta y deciden dejarlo».

«Mi sueño consiste en que se valore mi trabajo, en tener un grado de experiencia máxima en la profesión y en conseguir una compensación económica mayor, claro, porque el dinero mueve el mundo. Eso sí, no pretendo hacerme rico trabajando como modelo», asegura Segis Trigo, que es consciente de que en diez años probablemente no pueda seguir en la profesión: «los hombres podemos trabajar como modelos hasta los 35 ó 40 años como máximo, yo de momento sigo con la mente en la moda». Pero, si no sabe aún qué pasará el próximo mes, Trigo apenas piensa en lo que le depara la vida dentro de una década. «Me encanta el arte, así que quizá vincule mi empresa de metales por ese camino. Solo son ideas», indica.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios