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Imagen del aparcamiento de camiones de la antigua rula, uno de los escenarios de los robos.
Roban en el interior de nueve vehículos en Conde de Guadalhorce

Roban en el interior de nueve vehículos en Conde de Guadalhorce

Los ladrones accedieron a los aparcamientos de un concesionario de coches y de la antigua rula, y sustrajeron los aparatos de radio de turismos, furgonetas y camiones

BORJA PINO

Jueves, 2 de octubre 2014, 00:19

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Una batería de robos sacudió el pasado fin de semana las dependencias del concesionario de Ford Autoavisa y de la antigua rula, cuyos aparcamientos están ubicados en la avenida Conde de Guadalhorce. En la madrugada del sábado al domingo un número indeterminado de ladrones accedió a los aparcamientos y sustrajo los aparatos de radio de al menos nueve vehículos. Aunque no hubo que lamentar otro tipo de daños, el coste económico del material sustraído es de varios miles de euros. La Policía Nacional busca a los autores tras recibir la correspondiente denuncia.

El primer objetivo de los ladrones fue la antigua rula, en cuyo recinto, aunque fuera de las naves, se encontraban estacionados varios camiones de transporte de pescado, propiedad de diversas compañías. Aproximadamente alrededor de las dos de la madrugada las cámaras de vigilancia grabaron cómo al menos un hombre saltaba la valla. Una vez en el aparcamiento, y ya fuera del alcance de las cámaras, el sujeto rompió los cristales de cuatro camiones y se llevó las radios. «En mi caso, también intentó romper el isotermo para entrar en el remolque, pero no fue capaz de hacerlo», relataba ayer a LA VOZ DE AVILÉS Vicente Rodríguez, de Pescados Vicente y uno de los comerciantes afectados.

Concluida la labor en la rula, el siguiente foco de atención delictiva fue la explanada de Autoavisa, de nuevo protegida sólo por un muro y una alambrada. Tras sortear ambos obstáculos, los cacos la emprendieron con dos turismos y con tres furgonetas, siempre mediante el mismo procedimiento: romper los cristales y apropiarse de los aparatos de radio. Según explicó a este periódico José Rodríguez, jefe de taller del concesionario, «escogieron modelos antiguos, en los que esas piezas no están integradas, y ni los desenchufaron; cortaron los cables y listo». En su caso, la pérdida es mayor, pues «la mayoría eran de la casa o de ocasión, pero algunos eran de clientes».

Aunque las pesquisas policiales aún no han dado frutos, se sabe que uno de los ladrones dejó un rastro de sangre en el lugar de los hechos, probablemente al cortarse con un cristal. Hasta que se revele su identidad, sólo resta superar la indignación. «No es la primera vez que pasa, y esto es una vergüenza; aquí no hay vigilancia de ningún tipo, la Junta del Puerto se desentiende y la gente entra como por su casa», concluye indignado Vicente Rodríguez.

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