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Detalle del interior del baño de la vivienda.
«Me levanto en una piscina todos los días»

«Me levanto en una piscina todos los días»

Una vecina de El Nodo tiene una fuga desde hace siete meses y asegura que la Cofradía no se hace cargo

A. PALACIO

Sábado, 25 de octubre 2014, 00:18

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María Begoña Cuervo vive entre agua desde hace siete meses. Por culpa de una fuga en la tubería general y «la Cofradía Virgen de las Mareas que no se hace cargo de la avería de la casa», en la que reside en El Nodo como inquilina desde hace 55 años, porque le reclaman la renta de un año, de 10 euros al mes.

La vecina asegura que «no se hacen cargo por la deuda que dicen que tengo», aunque ella asegura estar al pago del alquiler de su vivienda. «Me levantaba todos los días en una piscina hasta que ha venido mi hermano a ponerme una solución para recoger el agua». Una solución que no pasa de ser «un boquete en el suelo para que caiga al trastero de la planta baja, donde no hay nadie», y de una bolsa que recoge el agua y sale por la ventana.

Después de presentarse pidiendo explicaciones «hasta tres veces», ahora todo lo tiene que intentar por la vía telefónica porque no la recibían, aunque tampoco tiene éxito y todas las puertas están cerradas. «El Ayuntamiento no quiere saber nada, dice que es responsabilidad de la rula y yo cuando he ido allí, me han dicho que les estaba faltando al respeto en su reclamación, cuando no es así».

María Begoña Cuervo lleva toda la vida vinculada a la mar y es viuda de marinero. «Nací en las casas viejas y después me casé y vivo aquí», en uno de los pisos de la calle La Goleta. La fachada exterior, debido a la humedad y las filtraciones de agua, está completamente destrozada y ahora teme a la llegada del invierno.

La inquilina tiene una nieta pequeña que vive en Gijón y en los últimos meses ha estado delicada de salud, por lo que Cuervo optó por «adelantar el dinero del alquiler por si no podía estar aquí o venir a ingresarlo» y tiene los recibos que así atestiguan lo que dice, aunque dos de ellos los ha tenido que pagar a través de Correos. «Me dicen que debo recibos desde el 26 de agosto del año pasado y no es cierto», recalca.

Mientras, el agua sigue llenando su casa, filtrando por las paredes y llenando de humedad todas las estancias de la casa. «Hasta he tenido que cambiar el retrete porque se reventó», recuerda, y ha tenido que quitar varios azulejos de la pared del baño para que no se partiesen a la mitad. Y está empezando a aparecer el moho en el interior de las habitaciones, no sólo por el exterior de la fachada. «Me tienen en condiciones muy malas», lamenta. En un principio creía que la fuga llegaba del vecino de arriba, que rápidamente «me mandó a su seguro y me hizo un parte», y la cofradía también la mandó a su aseguradora, aunque «ahora me da largas». No sabe a cuánto puede ascender la obra, pero sí que «no podría hacerme cargo de los gastos, no tengo el dinero». También le ponen pegas, asegura, «porque resido con mi pareja y dicen que me he casado, cuando no es cierto». El contrato de su piso, a nombre de su marido, ahora fallecido, «no aparecía y yo fui noble y lo facilité».

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