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Trabajadores en la instalación de la estructura metálica de una nave industrial en la ciudad.
Adiós a los 'eres'

Adiós a los 'eres'

Los expedientes de regulación de empleo caen en picado en Avilés, aunque los sindicatos no lo interpretan como un síntoma de mejoría económica

JESÚS GONZÁLEZ

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:17

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El diferente comportamiento del mercado laboral avilesino tendría mucho que ver con el peso que aún mantienen las grandes multinacionales industriales asentadas en la comarca, en las que los expedientes de regulación -en algunos casos aún vigentes-, se pusieron en marcha en años anteriores.

  • trabajadores se vieron afectados por un ERE en Avilés desde el año 2009.

  • expedientes, tres veces menos que el pasado año, fueron aprobados entre enero y septiembre.

  • empleados perdieron su puesto de trabajo por un expediente de extinción de empleo desde 2009.

  • trabajadores fueron temporalmente al paro desde el inicio de la crisis en la ciudad.

Eso explica, como señala el secretario comarcal de la Unión General de Trabajadores (UGT), Iñaki Malda, que las estadísticas apunten a que este año han sido sometidos a un expediente de regulación de empleo 219 trabajadores. «Pero solo en la factoría de ArcelorMittal en Avilés sigue habiendo cerca de tres mil empleados afectados por un ERE aprobado en años anteriores», recuerda el dirigente sindical.

En la misma línea se expresaba Paco Iglesias, portavoz de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) en la comarca. «La mayoría de los EREs son largos. Ha bajado la cifra de los que han empezado este año, pero desde luego que no se ha tocado fondo en materia laboral. Hay muchos otros aspectos a tener en cuenta», afirmaba al tiempo que observaba que «el hecho de que las grandes multinacionales estén aguantando» hace que el comportamiento de las empresas sea distinto al que se da en otras zonas de Asturias. «Esperemos que estas empresas no flojeen, porque mueven mucho empleo de forma directa y a través de las empresas de montajes y servicios. Porque en el momento que empiecen a fallar nos encontraremos con una situación parecida a la que se está dando en Gijón», añadió Paco Iglesias.

Lo cierto es que la alusión a la ciudad asturiana más poblada no es gratuita, toda vez que entre 2011 y 2013 el número total de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo era muy similar entre ambas ciudades. En lo que va de año, en cambio, en Gijón se han aprobado EREs que afectan a un total de 1.181 trabajadores, casi cinco veces más que en Avilés.

«Plantillas muy ajustadas»

«En el caso de la ciudad, si no hay más EREs es porque las plantillas ya están muy ajustadas, si es que las empresas no han cerrado», afirma el secretario comarcal de Comisiones Obreras, José María Guzmán Pacios. «De los varios tipos de ERE que hay, total, temporal, de extinción... en todos los casos la situación ha quedado muy ajustada en los años anteriores, de tal manera que ya no se pueden aprobar muchos más», añadió el portavoz del sindicato.

«El que aguantó hasta ahora sin recurrir a un ERE, es más difícil que cierre o despida gente, aunque sigue habiendo cierres, pero menos», añadió por su parte Iñaki Malda, quien recuerda que los peores años en cuanto a las regulaciones de empleo parecen haber pasado. «Sobre todo en lo que se refiere a la extinción de empleos, lo peor lo tuvimos entre 2010 y 2012», recordó.

De hecho, desde el inicio de la crisis, más de diez mil trabajadores se vieron afectados por un expediente de regulación de empleo, y el grueso de esa cifra se concentra en los tres años aludidos por Malda.

Según las estadísticas facilitadas al respecto por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), con datos de la consejería de Economía y Empleo del Gobierno del Principado, entre enero de 2009 y el pasado mes se aprobaron en la ciudad un total de 380 expedientes de regulación de empleo que alcanzaron a 10.269 trabajadores. De ellos, 28 EREs supusieron la extinción de 495 puestos de trabajo. A ello se sumaron 115 expedientes que sirvieron para reducir la jornada laboral a 534 trabajadores. Las mayores cifras se corresponden con la modalidad de suspensión del puesto de trabajo, a la que se adscribieron 237 EREs que enviaron temporalmente al paro a 9.240 trabajadores. Y todo ello, solo en Avilés.

«El problema ahora es que no se crea empleo, que la creación de empleo es mínima y la situación de los trabajadores es cada vez más precaria», afirmaba ante esos datos el secretario comarcal de la Unión Sindical Obrera (USO), Israel Castro. A su entender, y al del resto de dirigentes sindicales consultados, lo que evidencia la drástica reducción del número de expedientes de nueva aprobación que se ha dado en lo que va de año «no llama al optimismo, para nada». «Tendría que darse una recuperación de puestos perdidos que no se está dando, y en cambio sigue la congelación salarial o los recortes, con lo que la situación es realmente caótica», añadió.

De un modo similar se explica Iñaki Malda, de UGT. «Las empresas que tenían más músculo, más dinero, han pasado el bache mejor, pero en los demás casos hace tiempo que ya han hecho su ERE», afirma. A ello añade el que «si se observan los datos por sectores, esa realidad es mucho más clara, pues la construcción es un sector que prácticamente ha desaparecido en la ciudad en los últimos años, quedan muy pocas empresas, y las que quedan, casi no tienen trabajadores», indicó el secretario comarcal de la Unión General de Trabajadores.

Reducir gastos

Paco Iglesias, de la CSI, también abundaba en esa idea al señalar que el recurso a los EREs ha sido una medida transitoria que ha permitido a las empresas capear los peores momentos de la crisis. «Los EREs no son más que una fórmula que se encontró para que los empresarios paguen solo parte de lo que tendrían que pagar», apuntó el portavoz del sindicato quien apunta a que esa fórmula fue aprovechada en los últimos años incluso con cierta ligereza. «En Avilés se han dado casos en los que la empresa ha enviado al paro temporalmente a la mitad de la plantilla, mientras la otra mitad se veía en la necesidad de hacer horas extras porque seguía habiendo carga de trabajo», afirmó.

Además de ello, Iglesias coincide con otros responsables sindicales en que no solo las estadísticas sobre los EREs han de servir para conocer la situación del mercado de trabajo, y que un descenso puntual de los nuevos expedientes este año no tiene por qué tener continuidad el próximo ejercicio. «Se ha visto en los juzgados o en las Unidades de Mediación, Arbitraje y Conciliación (UMAC), donde en los últimos años se han venido dando picos puntuales en las estadísticas sobre demandas por despido», apuntó. «Pero la realidad es que los casos se siguen acumulando, y los trabajadores que tienen que esperar a cobrar por sus despidos del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) llevan una media de dos años de demora».

«Aunque digan que vamos mejor, la verdad es que no es así. Si hemos llegado al fondo, estamos en él, no empezando a salir hacia arriba», apuntaba, por su parte, Iñaki Malda, quien recordó la amplia «bolsa de paro que se ha generado en los últimos años» y que «está obligando a que muchas familias se vean subsistiendo ahora con una paga de 400 euros, y eso las que viven en una comunidad como la asturiana donde existen esas pagas», sentenció Malda.

«No creo que hayamos tocado fondo», añade por su parte José María Guzmán Pacios, de Comisiones Obreras. «Con la reforma laboral estrujaron a los trabajadores lo que pudieron», afirmó al punto que aventuraba la posibilidad «de que todavía puedan querer plantear más cosas» en cuanto a la restricción de derechos laborales.

En una línea similar se expresó el secretario comarcal de USO, Israel Castro, quien consideró que «para llegar a los años anteriores a la crisis en cuanto a puestos de trabajo, tendremos que esperar 18 ó 20 años, y ello sin hacer referencia a las condiciones laborales que se puedan tener, porque en ese punto desde luego que no podemos ser optimistas», indicó.

El número de trabajadores afectados por nuevos expedientes de regulación de empleo (ERE) en la ciudad ha caído en picado en lo que va de año. Hasta el mes pasado, se habían aprobado un total de 25 expedientes que afectaban a 219 trabajadores, diez veces menos que el número de empleos regulados a lo largo del pasado año, o durante 2012, el peor ejercicio -en este aspecto-, desde el inicio de la crisis económica.

Esa aparente mejoría no es vista como tal por parte de los principales sindicatos de la comarca, que entienden que los EREs son solo uno de los aspectos que configuran un mercado laboral que vive una «situación caótica». De hecho, Avilés es el único de entre los grandes concejos de la comarca en el que el descenso del número de expedientes está siendo tan acusado a lo largo del presente ejercicio. Si durante los peores años de la crisis el concejo era el segundo con más trabajadores regulados de Asturias, ligeramente superado por Gijón, en 2014 se ha visto adelantado por Oviedo, Siero y Mieres en esa negativa clasificación.

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