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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
Por la izquierda, el director José Martret y el escenógrafo Alberto Puraenvidia, creadores de 'MBIG', en uno de los escenarios.
El 'Macbeth' de Shakespeare revive hoy en el Niemeyer por medio de 'MBIG'

El 'Macbeth' de Shakespeare revive hoy en el Niemeyer por medio de 'MBIG'

El montaje, que lleva la trama a una gran empresa de los años 50, plantea a los espectadores moverse entre varios escenarios distintos, algo innovador

BORJA PINO

Viernes, 28 de noviembre 2014, 01:20

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La historia de la cultura ha legado a las generaciones siguientes un buen número de obras inmortales que, con independencia de su género, estilo o temática, permanecen permanentemente ancladas en el imaginario popular. La tragedia teatral 'Macbeth', escrita en el siglo XVII por el dramaturgo inglés William Shakespeare, es una de ellas. Y, a partir de tan conocido texto, el director José Martret y el escenógrafo Alberto Puraenvidia han elaborado su propia revisión del mismo: 'MBIG', una transgresora actualización que hoy viernes, a las 20.30 horas, se representa en el Centro Niemeyer, y que, tras el éxito cosechado en Madrid y en Valencia, ya ha agotado sus ochenta entradas disponibles en el espacio avilesino.

Si bien la esencia del libreto de Shakespeare se mantiene, esta nueva propuesta traslada la acción de la Escocia del siglo XI a la década de 1950, y de la corte real a los despachos de una empresa multinacional. Sin embargo, los diez actores en escena bucearán en las ideas fuerza del original, tales como la ambición desmedida, el horror del asesinato, la presión de la culpa y las destructivas consecuencias del fracaso.

No obstante, lo realmente revolucionario de 'MBIG' es su escenario segmentado. Y es que los ochenta espectadores tendrán que desplazarse de uno a otro de los tres espacios habilitados para seguir la progresión de la obra, además de permanecer a pocos centímetros de los intérpretes. «No es una interacción exactamente», explica Martret, «pero sí es una experiencia diferente a la de un teatro convencional, porque es como si el público fuese cómplice del asesinato. Es algo más inmersivo, y la historia se vive mucho más cercana».

Para el director de este montaje, «el actual es un momento muy bueno para poner en pie un Macbeth, y la misma actualidad lo demanda». Una afirmación sustentada, en gran medida, en los escándalos de corrupción política recientemente destapados. «El mismo matrimonio de Ana Mato era un poco Macbeth, porque su ambición desmedida les ha llevado a estar donde están. Y lo mismo se podría decir de personajes como Pujol o Bárcenas. La sociedad pedía algo como esto».

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