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Miembros de los comités de empresa de Alcoa en Avilés y La Coruña, antes de una de las reuniones celebradas en las últimas semanas en Madrid.
«Que la empresa  haga sus números  y nosotros  a trabajar»

«Que la empresa haga sus números y nosotros a trabajar»

«Ahora lo que toca es que todos se pongan a buscar una solución al problema eléctrico, no podemos estar así cada año», dicen los trabajadores

Jesús González

Viernes, 26 de diciembre 2014, 00:15

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«Ahora, que la empresa haga sus números, y nosotros a seguir trabajando». Así ve el futuro inmediato de la factoría de Alcoa el presidente del comité de empresa de la planta aluminera avilesina, Daniel Cuartas, después de que el expediente de extinción de la actividad presentado por la multinacional haya sido retirado tras la adjudicación en la subasta eléctrica de esta semana de incentivos por la interrumpibilidad por una cantidad que no ha trascendido.

Los trabajadores de Avilés no se sienten aludidos por las advertencias de «ajustes» que hacía la propia Alcoa el mismo día en que anunciaba la retirada del expediente tras conocer la adquisición de un volumen de paquetes de interrumpibilidad suficiente. Esos ajustes, entienden desde el comité de empresa, no tienen que ver con reducciones de plantilla, sino con «la adecuación de diversos aspectos relativos a la producción y la actividad de la empresa» al volumen de incentivos asignados en la subasta.

«Por nuestra parte, no tenemos nada más que negociar en este asunto, porque lo que toca ahora es que todas las partes implicadas, administraciones, empresas, partidos y organizaciones sindicales a nivel nacional, trabajen en la dirección de encontrar una solución al problema energético en España», indicó el presidente del comité de empresa de la factoría avilesina.

Pero ese aspecto, apuntó Cuartas «ya no es solo cosa de Alcoa y de su comité», sino del conjunto de la industria y de las administraciones públicas y entidades implicadas en la búsqueda de un marco energético estable para la gran industria. «Tienen que ponerse todos en una mesa y buscar una solución», indicó, porque «no podemos estar así cada final de año», añadió.

Cuartas hacía esa reflexión apenas 48 horas después de que Alcoa diera a conocer su intención de retirar el expediente de extinción que había planteado el 1 de diciembre, después de fracasar en su intento de adquirir paquetes de interrumpibilidad de 90 megavatios para las factorías de Avilés y La Coruña en la subasta del pasado mes de noviembre.

No se amargó el turrón

«Ha sido un mes entero de tensión, un sinvivir», apuntaba Cuartas acerca del modo en que los más de 400 trabajadores de la factoría -y otros 200 compañeros de empresas subcontratadas que trabajan en las instalaciones-, han pasado las últimas semanas. «La noticia del martes nos ha permitido que el turrón sepa algo mejor esta Nochebuena», apuntaba el presidente del comité de empresa.

Por eso, los trabajadores de la factoría avilesina confían ahora en que esta situación «no vuelva a repetirse otra vez». Por tanto, esperan que «en este primer trimestre de 2015 o a más tardar en abril, se pueda tener sobre la mesa una propuesta de solución para el problema de la tarifa eléctrica para las grandes industrias, porque lo que está claro es que no se puede seguir así», añadió el presidente del comité de empresa de la factoría avilesina.

En esa línea se mostró dispuesto a trabajar el consejero de Economía y Empleo del Principado, el socialista Graciano Torre, quien señaló que, una vez eliminado «el peligro inmediato» de cierre que se cernía sobre la planta de Alcoa en Avilés «ahora toca trabajar para eliminar la incertidumbre del futuro».

En un comunicado, Torre incidió en la necesidad de buscar fórmulas que permitan evitar la situación que se ha producido este año cuando Alcoa anunció el cierre de sus factorías de Avilés y La Coruña al no obtener en la subasta eléctricas precios competitivos para su consumo energético de cara a 2015.

«No podemos estar en esa incertidumbre permanente y estar dentro de diez meses a las puertas de una nueva subasta en la que Alcoa u otras empresas como ArcelorMittal o Asturiana de Zinc puedan perder los servicios de interrumpibilidad», añadió.

A su juicio, dar estabilidad a los precios a los que paga la electricidad la industria de consumo intensivo permitiría reclamar a su vez inversiones por parte de las empresas para garantizar su futuro «sin estar sometidos de manera continua a estas presiones».

Así, Torre señaló que, a partir de ahora, el Gobierno asturiano intentará trabajar en dos ámbitos, tanto con el Ministerio de Industria para buscar un sistema de precios estables que permita a estas empresas tener precios competitivos con el resto de plantas europeas de su mismo sector como con la dirección de Alcoa para que comprometa una estabilidad de futuro para la planta avilesina.

Por su parte, desde Izquierda Unida se iba ayer más allá de ese planteamiento, y el coordinador general de la organización en Asturias, Manuel González Orviz, pidió que el ejecutivo asturiano ejerza «la máxima presión al Gobierno central para que, de una vez por todas, ponga en marcha un programa de política industrial integral, en el que se apueste por un modelo capaz de integrar los distintos sectores», de forma que se logre un equilibrio que permita el desarrollo de todos ellos. «Hoy no hay política industrial. El Partido Popular ha renunciado a ella y solo se ha preocupado de las eléctricas, los bancos y, de forma poco inteligente, con el del automóvil, a través de planes tipo PIVE», indicó Manuel González Orviz.

Para el resto de sectores industriales, prosiguió, el balance de la política industrial del Gobierno central es «la nada o, aún peor, su supeditación a eléctricas y bancos», indicó.

IU pide «política industrial»

Esta ausencia de interés por los sectores básicos del tejido productivo que observa el líder asturiano de Izquierda Unida «ha dado excusas a las grandes empresas para impulsar sus planes de deslocalizacion». Para González Orviz, «la falta de una política industrial facilita el chantaje para cierres tras los que se esconden procesos de deslocalización».

El último ejemplo de ello, indicó el coordinador de IU de Asturias, «es Alcoa, la única gran compañía productora de aluminio en España que amenaza con cerrar sus plantas en Avilés y Coruña por el alto coste de la energía eléctrica».

Gonzalez Orviz reclamó que, tras el anuncio de que la multinacional mantendrá su actividad en Avilés y La Coruña tras la subasta de servicios de interrumpibilidad, se busquen soluciones definitivas para el problema del suministro eléctrico. «Si no lo hacemos, en 12 meses podríamos volver a vivir una situación como la de estas semanas, con el anuncio de cierres no solo de la aluminera sino de otras consumidoras intensivas de electricidad como Asturiana de Zinc o ArcelorMittal», alertó el dirigente de IU.

Si se dieran esas circunstancias, prosiguió, «no se podrá decir que no había elementos para que a nadie le pille por sorpresa ni que no haya responsables porque los habrá: tanto el Gobierno de España como el de Asturias lo serán», advirtió. El ejecutivo central sería responsable, a su entender, «por privilegiar a las eléctricas» y el segundo «por no haber hecho valer los intereses de nuestra comunidad autónoma frente a un modelo económico absurdo y que en nada beneficia el desarrollo ni de Asturias ni del país», sentenció.

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