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Feito, ayer en el CSU momentos antes de su intervención.
«Si hay amor, o no se practica o no se nota»

«Si hay amor, o no se practica o no se nota»

José Manuel Feito, párroco de Miranda, llena el auditorio con su ponencia dentro del ciclo de Santa Teresa

José Fernando Galán

Martes, 17 de marzo 2015, 00:12

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Didáctico y locuaz, José Manuel Feito (Pola de Somiedo, 1934) inició su ponencia con lo que denominó una 'despresentación'. «Yo no soy párroco de Miranda, soy un profesor jubilado y un cura ecónomo que sirve a la parroquia». A partir de ahí habló de la presencia de Dios, del infierno, de sofistas, de budistas y hasta de Albert Einstein, siempre con un tono espiritual pero al mismo tiempo muy terrenal.

La ponencia, tercera de las cuatro que integran el ciclo que el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, con el patrocinio de Cafés Toscaf y bajo la coordinación de Armando Arias dedica a Santa Teresa de Jesús con motivo del quinto centenario de su nacimiento, se titulaba 'Dios en mí'. Quizá no sea un tema de masas, pero una vez más el aforo del salón de actos del Centro de Servicios Universitarios de Avilés se cubrió de un público ávido de escuchar las palabras de Feito, un somedano cuya aportación a la sociedad avilesina excede con mucho el ámbito meramente espiritual y docente.

Durante el más de medio siglo que lleva en Avilés ha desplegado una extensa tarea de investigación del pasado histórico y etnógrafo de su entorno y llevado a buen puerto un sinfín de actividades culturales en distintos campos, desde la cerámica hasta la música o la poesía, una de sus muchas grandes pasiones.

Ayer no habló de mística. «De Santa Teresa ya lo dijeron todo los anteriores ponentes, así que yo voy a tomar otra dirección». Habló de la concepción de Dios, y su intervención se puede resumir en una frase. «Dios no está. Dios es».

Para explicar el concepto acudió a un símil. «Es como la luz del sol. Viaja 150 millones de kilómetros por un desierto frío y oscuro -el espacio- y solo se percibe cuando se refleja en un planeta. ¿Que dónde está Dios? En el alma de cada uno y en el prójimo».

También habló de las apariciones, un asunto que sí está directamente relacionado con Santa Teresa de Jesús. «La Virgen no puede venir de ningún sitio. ¿De dónde va a venir?, si el espacio y el tiempo es un concepto humano. Está dentro de nosotros, de todos y cada uno. La Virgen no viene, sale, se proyecta del interior de cada uno en un árbol o en una piedra».

Dios es. «Está donde está el amor. Es lo fundamental. En verdad no hay diez mandamientos, hay dos. Amar a Dios y al prójimo, y en el mundo hay poco amor. Y si lo hay no se practica, y si se practica, no se nota», dijo. Si se saca del contexto, su discurso puede resultar hasta chocante. «Tenemos la manía de adoctrinar a la gente. Pasa como en la política. Lo primero es entusiasmar y una vez conseguido viene lo demás. Lo que no puedes es enseñar religión sin que la persona se sienta atraída».

De Einstein citó una «carta en la que explica a una niña que la única vía para salvar al mundo es el amor, pero no estamos preparados para fabricar una bomba de amor. ¡Y lo dijo el inventor de la bomba atómica!», exclamó. Y del infierno, «ya lo explica Santa Catalina de Génova. Dios no puede crear un infierno, entre otras cosas porque en el más allá no hay espacio ni tiempo. ¡Cómo va a crear un sitio así! La eternidad no es una línea paralela, es un punto. No dura. Y el infierno es el fuego interno de las almas que no se portaron bien con los demás y que arden en el propio amor de Dios. Es como cuando un chaval ama y no es amado, su amor es el que le quema».

Por último habló del final de los tiempos. «Cuando llegue te van a examinar de amor. Y no lo digo yo, lo dice el Evangelio del Juicio Final», concluyó José Manuel Feito, cura ecónomo de Miranda.

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