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Jennifer de Jesús y Lisa Zhov, en primer plano junto a sus damas de honor ayer en el foyer del teatro Palacio Valdés.
Las xanas y xaninas ya tienen corona

Las xanas y xaninas ya tienen corona

Las reinas de El Bollo, protagonistas en una emotiva gala que tuvo a Los Linces y Phil Trim como broche final

J. F. GALÁN

Domingo, 29 de marzo 2015, 00:32

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Jennifer de Jesús Suárez y Lisa Zhov Guerra ya son oficialmente desde ayer la xana y la xanina de las fiestas de El Bollo de Avilés. Cada una dispone de su propio séquito de damas de honor, Marta María Rodríguez, María del Carmen López y Olaya Díez, el de la xana, y Rosapaz Martínez, Irene Pérez, Inés Muñiz, Lucía García, Laura Díaz y Blanca Amorín, el de la xanina.

La gala de presentación se celebró ayer en el Teatro Palacio Valdés al ritmo de música final en vivo interpretada por Los Linces y Phil Trim y con la actuación del ballet de Teresa Tessier. Como maestra de ceremonias, Menchu González, locutora de radio, que realizó una breve recorrido por la larga historia de las fiestas de El Bollo, iniciada en el ya lejano 1893, un año importante en la larga historia de la villa de Avilés. Fue el año de la urbanización de la plaza de San Francisco, hoy en día Domingo Álvarez Acebal, el del primer trayecto de 'La Chocolatera', el tranvía que unía Avilés y Salinas a través de la carretera de San Juan, el de la inauguración del puente de San Sebastián y el de la fundación de las fiestas de El Bollo, a iniciativa de un grupo de avilesinos y foráneos entre los que se encontraba el doctor Claudio Luanco. Fue en la fonda La Serrana, y la idea era olvidar los rigores que imponía la Cuaresma. Y cuajó.

Tras la introducción y la actuación del referido grupo de danza, la alcaldesa, Pilar Varela, impuso las bandas acreditativas, con los colores de Avilés, a la xana y a la xanina, que también recibieron un ramo de flores. Después, nueva pieza a cargo del grupo de Teresa Tessier antes de proceder a la presentación de las damas de honor y de dar una nuevo salto hacia atrás en el tiempo, hasta 1893, año en el que el debate sobre el lugar en que se debía instalar la estación de ferrocarril seguía vivo. Unos optaban por Jardín de Cantos y otros, que finalmente se llevaron el gato al agua, por el lugar donde continúa a día de hoy.

Acto seguido la alcaldesa se dirigió al público, intervención que dio paso a la lectura, con música de gaita como telón de fondo, de unos versos en asturiano escritos por Marcos del Torniello. Después, nuevo paseo por la historia, ya para contar el final. Las obras de la ría se fueron terminando y Claudio Luanco regresó a su tierra natal, Castropol. Ya había hecho su trabajo, el médico y el lúdico, sentar las bases de una fiesta que 122 años después no solo continúa viva, sino que se ha convertido en la más señalada de Avilés.

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