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Marta Guerras, en una fotografía promocional.
«En 'Trinidad' la historia de amor está por encima  del morbo»

«En 'Trinidad' la historia de amor está por encima del morbo»

Marta Guerras Actriz

C. DEL RÍO

Sábado, 23 de mayo 2015, 00:40

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Tuvo que dejar el reparto del 'Don Juan Tenorio' de Juan Mayorga y Blanca Portillo porque Álex de la Iglesia se cruzó en su camino con 'Mi gran noche'. Imposible renunciar a una película con Raphael, Mario Casas, Pepón Nieto, Blanca Suárez, Carlos Areces, Carmen Machi, Santiago Segura y Hugo Silva, entre otros, en el elenco. A la espera de su estreno en octubre, Marta Guerras tuvo la oportunidad de enrolarse en el reparto trino de 'Trinidad', un 'caramelo' teatral que se representa hoy sábado en el ciclo Off del Centro Niemeyer con todas las entradas vendidas.

-'Trinidad' es una historia de amor lésbico en la España de los años sesenta.

-Sí, es una historia de amor lésbico pero, sobre todo, es una historia de amor. Da igual si los protagonistas son hombres o mujeres. Lo bonito es cómo lo viven ellas siendo un tema tabú en aquella época.

-Suena transgresor, no tanto por la historia de amor sino por la época en la que se desarrolla.

-Absolutamente. Lo que me gusta es que no está tratado desde ese punto de vista, aunque durante la función se ve lo difícil que era mantener esa historia en aquel tiempo. Tres mujeres viviendo juntas durante la España franquista, ¡imagínese! Pero en 'Trinidad' la historia de amor está por encima del morbo.

-Habla de tabús pero da la impresión de que siguen vigentes cuarenta años después.

-Desde luego. Sin embargo yo tengo la sensación de que todo está avanzando muy rápido. Mire, yo tengo 25 años y estoy metida en el mundo, tengo muchos amigos homosexuales, pero veo que las generaciones que vienen detrás de mí son mucho más abiertas y han normalizado estas relaciones. Es habitual ver a chicas de la mano o besándose en la calle. Y a mí me impresiona gratamente.

-Las tres protagonistas de 'Trinidad' son mujeres de diferentes edades y estatus económico. ¿Influye esta posición en su relación?

-Es muy importante. En ellas están presentes los dos grandes bandos de la guerra civil, lo que crea una polémica adicional. Es muy interesante ver cómo se relacionan estas tres mujeres, que han tenido vida muy diferente pero, sobre todo, un final muy diferente.

-¿Y la edad importa?

-Para nada. Son tres personalidades muy diferentes y muy bonitas. Ana Fernández Valbuena ha escrito esta obra inspirada en 'Okey', del autor venezolano Isaac Chocrón. En la original, la relación está formada por dos mujeres maduras y un hombre joven. Valbuena lo transformó en una tercera mujer en esta adaptación, que coincide que es la más joven.

-La más joven es Trinidad, su personaje. ¿Cómo es?

-Trini es el centro a través del que las otras dos mujeres orbitan y es quien, en principio, lleva las riendas de todo. Tiene una seguridad aplastante y un saber estar impactante.

-Parece un personaje muy atractivo.

-Es el más bonito que he hecho en mi vida. Toda la obra es preciosa, todo el equipo es una maravilla.

-'Trinidad', el título de la obra, tiene una connotación religiosa evidente.

-Sí, porque el protagonismo es compartido por las tres mujeres. El nombre de mi personaje era también un nombre muy de la época.

-En 'Trinidad' se habla de sentimientos. ¿A esta sociedad la hace falta desinhibirse?

-Uf, sí, sí, sí. Y me preocupa que hace falta desinhibirse mucho más de lo que parece o mucho más de lo que nos hacen creer. Hay mucho empeño por hablar de libertad y democracia y me parece que no hay tanta como se pregona.

-¿Qué es lo que falta?

-Quizás una confrontación de ideas. El individuo tiene una necesidad imperiosa de pertenecer a un grupo. Es poco inquieto, poco observador, poco investigador. Y lo que nos hace libres y nos permite pensar por nosotros mismos son todas esas actividades que tienen que ver con la creatividad y con el arte. Son las que nos hacen tener vida e ideas propias y poder real.

-Llegan al Centro Niemeyer con todo el aforo vendido.

-Es tan buena acogida como la que hemos tenido durante casi un año entero en La Casa de la Portera. A veces, hasta con doble función muchos días.

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