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F. DEL BUSTO
Sábado, 6 de febrero 2016, 05:01
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La incertidumbre se mantiene en la plantilla de Alcoa-Avilés mientras la multinacional sigue con los planes de segregación de su organización en dos grupos empresariales diferentes: uno dedicado a la minería y fabricación de aluminio primario, en el que figuraría Alcoa-España, y otro para nuevas aleaciones de aluminio. Dentro de esta reorganización, la matriz española ha iniciado el proceso para transformar su estructura jurídica pasando de ser a una sociedad anónima a una sociedad límitada.
Los primeros trámites motivaron una pregunta expresa del comité de empresa a la dirección, que explicó la modificación por la división mundial en las dos compañías.
Mientras tanto, los cambios introducidos en las cubas de electrólisis y que motivaron una dura denuncia sindical comienzan a dar los resultados avanzados por la dirección, aunque el comité de empresa aún mantiene su cautela.
El panorama político no favorece a los intereses de Alcoa, toda vez que la existencia de un gobierno en funciones bloquea cualquier transformación de alcance en el mercado de la energía que implique suprimir el actual mecanismo de subasta energética que es letal para la multinacional del aluminio.
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