Borrar
De izquierda a derecha, Ángela Urbano, Carmen Rodríguez, María José Arias, Carlos Mirto, José Antonio Rodríguez, Lucía López y María González.
Tras los pasos de La Serrana

Tras los pasos de La Serrana

Con una imagen renovada y de inspiración marinera, el 40 Nudos conserva la esencia y el espíritu de vinculación a la ciudad

R. A.

Viernes, 27 de mayo 2016, 04:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En su esencia apenas ha cambiado nada, pero el nuevo hotel 40 nudos guarda pocas semejanzas con el Luzana. Con la reforma llevada a cabo en los últimos meses ha ganado, sobre todo, en luminosidad y amplitud visual. Los cambios se notan ya desde la entrada, donde se ha creado una terraza exterior a resguardo de la lluvia y desde donde un panel acristalado permite contemplar una recepción llena de alusiones marineras.

Además de las habitaciones, que ofrecen una capacidad de 138 plazas al ser todas ellas dobles, el establecimiento cuenta con distintos salones polivalentes que pueden utilizarse como comedores o para celebrar todo tipo de eventos. El principal es el salón Avilés, que servirá de restaurante y también como desayunador para los clientes del hotel, y que cuenta con una capacidad de 200 comensales.

En el primer piso hay otras tres salas, Bocana, Sotavento y Barlovento, reservadas para reuniones de carácter privado. La primera de ellas es la de mayor tamaño, con un aforo de unas setenta personas, mientras que las otras dos están pensadas como comedores privados para una docena de comensales. En total, tres centenares de personas pueden concurrir simultáneamente en los distintos salones para degustar los platos del restaurante.

La cocina, a cuyo frente estará Lucía López de la Peña, situada en el sótano, se ha renovado por completo, y otra de las novedades ha sido la instalación de un montacargas para poder subir los platos al restaurante en carros calientes, cuando antiguamente eran los camareros los que debían llevarlos por las escaleras.

En los bajos también se encuentra el Allegro Ma Non Tropo, un pub que se había perdido y que ahora servirá no solo para tomar unas copas, sino también para disfrutar de música en directo. Ayer ya se estrenó con la actuación de un quinteto de alumnos del Conservatorio Municipal de Música Julián Orbón, y pretende acoger tanto conciertos de piano como de otros instrumentos.

Un gimnasio en la última planta, donde se encuentran ubicadas también las siete suites con las que cuenta el 40 Nudos, completa la oferta de este nuevo proyecto empresarial, que servirá para dar empleo a 23 personas repartidas en seis departamentos diferentes: dirección, administración, recepción, pisos, cafetería y restaurante.

«Todos los que trabajamos aquí pondremos dedicación, esfuerzo y corazón en todo lo que hagamos», señaló la directora, María José Arias. La prueba de fuego será el próximo fin de semana, con el Mundial de Duatlón, cuando se registrará el primer lleno absoluto.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios