Borrar
«Debemos devolver el esfuerzo que se ha hecho en la nueva sede»

«Debemos devolver el esfuerzo que se ha hecho en la nueva sede»

Carmen Álvarez-Rúa Directora de la Escuela Superior de Arte de Asturias

OLAYA GONZÁLEZ

Domingo, 19 de junio 2016, 03:37

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias ofrece a sus alumnos una enseñanza multidisciplinar con el objetivo de formar a los mejores diseñadores, conservadores y restauradores. Un ejemplo de este carácter abierto de los estudios es la propia directora del centro. Carmen Álvarez-Rúa, doctora en Ciencias Químicas e ingeniera técnica industrial en Mecánica. Aunque solo lleva un mes en el puesto, antes había pasado ocho al frente de la jefatura de estudios.

¿Cómo lleva la adaptación al cargo?

La parte de gestión, la más administrativa, ya la conozco bien, trabajé mano a mano con mi predecesor, Roberto Crespo Joglar, por lo que el cambio no ha sido brusco. A nivel directivo siempre hemos trabajado de manera coordinada, aunque el puesto de dirección tiene ciertas responsabilidades y características que no son iguales a las de un jefe de estudios. Estamos en un momento de transición porque mi sucesor, Emilio García Otero, especialista en diseño gráfico, también está tomando el relevo.

Y coincide con el fin de curso.

Sí, es una época bastante ajetreada. Esta semana hemos tenido la defensa de los trabajos de fin de estudios de ocho alumnos, y la semana que viene son las pruebas de acceso. Y luego viene la convocatoria de julio, a la que acuden la mayoría. Aprovechamos este tiempo sin docencia directa para planificar el curso que viene. Parece que si no hay alumnos no hay nada que hacer, pero es todo lo contrario.

¿Cuántas plazas ofertan para el curso que viene?

El número viene autorizado por la consejería de Educación, no depende de nosotros. En el curso 2016-2017 habrá 40 plazas para Diseño, en concreto la mitad para Diseño Gráfico y la mitad para Diseño de Producto, y otras 20 vacantes para los estudios de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

¿Esperan llenarlas?

Las pruebas de acceso serán la semana que viene pero el plazo de inscripción ya está cerrado. Para Diseño hemos recibido 80 solicitudes, el doble que las plazas disponibles. Siempre suele haber mucha demanda, pero este año hemos notado un repunte. En Conservación y Restauración tenemos diez solicitudes, pero siempre ocurre lo mismo porque es un mundo más minoritario y desconocido. Aún queda el mes de septiembre, cuando siempre hay nuevos interesados.

¿Cómo son los alumnos de artes?

Somos muy afortunados porque el estudiante que llega aquí lo hace por vocación. El trato con ellos es muy directo y personal y ellos lo agradecen. Como son enseñanzas muy prácticas requieren mucho trabajo autónomo de los alumnos y enfrentarse a un papel en blanco es muy difícil. En la escuela tenemos asignaturas para ayudar a abordarlo de la mejor manera posible.

¿Tienen nivel?

Las tres generaciones que han salido desde que se implantó el Plan Bolonia tienen muy buen nivel, tanto que el grado de inserción laboral es muy alto. En concreto en Diseño estamos hablando de un 80 por ciento. El campo de Conservación y Restauración no funciona igual porque es más minoritario, pero ahora están apareciendo otras salidas en la gestión cultural y el comisariado de exposiciones.

¿Se adecuan los planes de estudios a las nuevas necesidades?

No se renuevan año a año, sino que el último cambio grande se remonta a 2010. Aún así, tenemos una cierta libertad y no estamos tan encorsetados como para no poder dar respuesta a los giros de la sociedad. Hay cosas que mejorar y cuando podamos modificar los planes las solventaremos, pero no es algo inminente.

¿Los cambios van por otro lado?

Tenemos en mente un proyecto ambicioso: la implantación de estudios de máster, un camino que ya está andado en otras comunidades. Ahora mismo nuestros estudios son de nivel dos, equivalentes a todos los efectos al grado universitario. Nuestra intención es poder implantar algún máster en Conservación y Restauración para el curso 2017-2018 si los trámites administrativos van bien. Es una propuesta muy avanzada y trabajada.

La nueva sede ayudará al proyecto.

Es el momento de crecer. La iniciativa recibió muchos palos y estuvo parada mucho tiempo, pero ahora el nuevo edificio es una realidad. Como centro tenemos que dar respuesta al esfuerzo económico que han hecho el Principado y el Ayuntamiento. Avilés siempre se ha volcado con la Escuela y es nuestra responsabilidad ofrecer unos estudios de la mejor calidad posible.

La primera mudanza va a ser la de la sede de Valliniello.

La primera fase es la construcción de un edificio para Restauración, que es lo que urge. El problema de Valliniello es el edificio, el equipamiento y los talleres son de buena calidad y han permitido el correcto desarrollo de los estudios, pero la localización les ha hecho daño. Ahora nuestra prioridad es darles una sede digna porque lo merecen y que el traslado se haga de la mejor manera posible.

¿Les seguirán los de Diseño?

Dejar Camposagrado depende de que haya una segunda fase de construcción, que está contemplada en el proyecto del arquitecto. Mantener dos sedes es un poco complicado a nivel administrativo, y volver a unir la Escuela como lo estuvo en sus inicios en el año 2002 propiciaría que el alumnado se mezcle y se conozca.

Hablaba del esfuerzo del Ayuntamiento, ¿se beneficia la ciudad de la Escuela de Arte?

A raíz de las prácticas externas establecemos convenios de colaboración con empresas privadas y entidades públicas. Como no hay suficientes estudios en la ciudad para albergar a todos los alumnos de Diseño nos vemos obligados a mandar a algunos a otras partes de Asturias. Los de Restauración hacen prácticas en el Valdecarzana, en el Museo de Historia Urbana y en la Factoría Cultural. Con esta última me gustaría establecer nuevos proyectos para que tanto los alumnos como los titulados tengan un espacio donde desarrollar algunas facetas que como Escuela no tocamos.

Los alumnos lo agradecerán.

Es una de las cosas que más valoran. A nosotros también nos ayuda a mejorar porque las empresas nos hacen llegar algunas carencias que detectan en los alumnos. Además, algunos de ellos han conseguido su primer contrato laboral en las empresas donde desarrollaron esas prácticas. Estamos contentos, está funcionando bastante bien.

¿Está la Escuela suficientemente valorada en la sociedad?

El que no la aprecia es por desconocimiento, al menos en la mayoría de los casos. No conoce las enseñanzas, las técnicas o las salidas laborales. Eso lo vemos en las jornadas de puertas abiertas, a las que llegan muchos padres escépticos a los que convencemos con la oferta educativa. Muchos de los que quieren estudiar aquí tienen que superar un gran número de trabas sociales. Es por eso por lo que intentamos dar la mayor publicidad posible mostrando datos objetivos. No en vano la tasa de abandono es muy pequeño y la de evaluación muy elevada.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios