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Santiago Fernández, gerente de Cogersa, en el stand del parque de Las Meanas.
Ecoembes da la lata en la ciudad que menos recicla

Ecoembes da la lata en la ciudad que menos recicla

La organización ambiental trata de concienciar en Avilés sobre la importancia de depositar los recipientes de aluminio y acero en el contenedor amarillo

C. DEL RÍO

Miércoles, 29 de junio 2016, 04:52

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Los avilesinos deben reciclar más y mejor. El tirón de orejas lo lanzaron ayer Susana Revuelta, directora de marketing de Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases domésticos en toda España, y Santiago Fernández, gerente del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa). Ambos visitaron ayer Avilés, la ciudad que menos recicla de Asturias, y advirtieron de la necesidad de ir incorporando en la rutina diaria unos hábitos que permitan a España, que también recicla menos que sus colegas europeos, cumplir la directriz de la Unión que exige el reciclaje del 50% de los residuos en 2020. En España solo se le da una nueva vida al 25%.

Mediante la campaña 'La lata que conserva', instalada durante el lunes y el martes en el parque de Las Meanas, se ha intentado animar a los avilesinos a depositar más latas en los contenedores amarillos, donde mayoritariamente se deposita plástico y bricks.

Revuelta explicó que «hacemos esta campaña específica sobre latas porque en este contenedor amarillo observamos que van menos envases metálicos de los que deberían ir. Parece que la lata no se considera un producto a depositar en él como los plásticos y los bricks». En 2015 se recogieron en Asturias 18.720 toneladas de latas, envases de plásticos y bricks, un 6,2% más sobre la recogida del año anterior. Pero «siempre queremos más y mejor», anotó.

Santiago Fernández recordó que en España falta concienciación en general y consideró que la vía para conseguirla es «con educación y con campañas, que son imprescindibles y nunca suficientes». Admitió que en otros países, además, se ofrecen incentivos económicos o descuentos y también penalizaciones cuando alguien no recicla bien, medidas que, reconoció, se podrían valorar.

Subrayó que el futuro pasa «por separar en origen», porque hacerlo en una planta de reciclaje bruto, un proyecto que vuelve a estar en revisión tras haberse eliminado, es más costoso.

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