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Luis Roca de Agapito, ayer, durante su intervención en el curso de sexología.
«El 'sexting' cosifica a la mujer»

«El 'sexting' cosifica a la mujer»

El profesor de Derecho Penal habló ayer sobre los aspectos legales de la difusión no consentida de imágenes eróticas a través de redes sociales

C. DEL RÍO

Sábado, 30 de julio 2016, 04:50

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El 'sexting', es decir, el envío de imágenes eróticas a través de internet, es una «práctica de riesgo» y «machista» porque «cosifica a la mujer», principal protagonista de esas instantáneas que se difunden a través del teléfono móvil o del ordenador. Es la valoración personal del profesor de Derecho Penal en la Universidad de Oviedo, Luis Roca de Agapito, avalada por diferentes estudios que han detectado que esta práctica, «es un factor de riesgo para convertirse en víctima de violencia de género. Lo mismo que el que recibe fotos de 'sexting' es un potencial autor de violencia de género».

El penalista fue claro en el resumen de su intervención antes de tomar la palabra para hablar sobre los aspectos legales de la difusión no consentida de imágenes eróticas en el curso de extensión universitaria sobre sexología que concluyó ayer en el Centro de Servicios Universitarios.

Roca de Agapito analizó diversas consideraciones sobre un delito que entró en julio del año pasado en el Código Penal «a raíz del caso de Olvido Hormigos», exconcejala de Los Yébenes (Toledo). «Consiste en la difusión sin autorización de imágenes que han sido tomadas con anuencia del protagonista. Estos delitos no se persiguen de oficio, sino a instancia de parte, lo tiene que denunciar la propia víctima», explicó.

La pena prevista es de un año de prisión como máximo o de una multa, según decida el juez.

Con este nuevo delito el legislador «crea un deber de sigilo». Si alguien recibe una imagen subida de tono de un tercero «tenemos que ser sigilosos, no divulgarlo porque podemos incurrir en el delito si no contamos con autorización de la víctima», que no tiene por qué ser escrita, sino que puede ser tácita. «Por las circunstancias se puede deducir que la víctima prohíbe su divulgación». Es, además, un delito doloso. «El problema es que por un descuido o por el robo o pérdida del móvil se puede perder ese material y ya no se sabe quién lo tiene».

Aunque el profesor centró su charla en una relación entre adultos, recordó que «las imágenes de contenido sexual con niños son siempre delito. La mera posesión de pornografía infantil, aunque la definición de pornografía pueda ser discutible, es delito y, por supuesto, no se pueden difundir».

En el caso del 'sexting' entre menores, advirtió que aunque el delito es el tipificado en el Código Penal, «las consecuencias (para los implicados en la difusión) son distintas porque se rigen por la ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores» que tiene «una finalidad educativa». Señaló que los menores son personas en proceso de maduración «que no han alcanzado la madurez ni biológica ni psicológica ni sociológica», por lo que en esa ley se otorga un papel muy importante al fiscal. «El Fiscal de Menores tiene mucho poder de decisión, muchas facultades y se le otorga mucha flexibilidad. En vez de imponer una sanción dura, puede valorar una mera amonestación, una llamada de atención».

El papel de los padres

En este punto, Luis Roca de Agapito quiso hacer una «llamada de atención a los padres». «Porque este 'sexting' no se habría podido producir si no es con un teléfono móvil y ¿quién lo da? Los padres. Estos no se pueden despreocupar y dar absoluta libertad a los hijos. También tienen que controlar y vigilar el uso de esos móviles porque los daños psicológicos que se puedan causar a la víctima a menudo van acompañados de vejaciones, humillaciones y, en el peor de los casos, suicidios y son los padres quienes responden ahora civilmente». «Podemos encontrarnos en el futuro con sentencias que condenen a indemnizar a la víctima por los daños y perjuicios causados», advirtió.

La deriva de este fenómenos, lejos de parar ante casos como el archiconocido de la exconcejala de la localidad toledana de Los Yébenes lejos de frenar parece ir en aumento. En Avilés, de hecho, se han conocido varios casos tanto de adultos como entre menores. Su consolidación ha dado lugar a una nomenclatura propia como el término 'sexter', en referencia al chico o chica que se exhibe. «Los sociólogos llaman a este fenómeno 'extimidad' en vez de intimidad, quienes lo practican se reafirman, consiguen aumentar su autoestima, más 'followers' (seguidores en redes sociales), más 'me gusta'. Así hay una carrera de exhibicionismo», ilustró.

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