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José María Álvaro-Gracia, en los exteriores de La Granda.
«Hay mucho mito sin base científica sobre congelar el cordón umbilical»

«Hay mucho mito sin base científica sobre congelar el cordón umbilical»

Jefe de la Unidad de Terapias Biológicas del Hospital de La Princesa de Madrid

OLAYA GONZÁLEZ

Martes, 2 de agosto 2016, 08:22

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Los promotores de los Cursos de Verano de La Granda dedican todos los años unas jornadas a los últimos avances en medicina. En esta ocasión el análisis se centra en los nuevos hallazgos en terapia biológica, un ciclo que codirige José María Álvaro-Gracia Álvaro. El doctor centró ayer su ponencia en el antes y el después de la aparición de esta metodología. Al acabar desgranó el panorama actual en una conversación con LA VOZ.

A los que no somos médicos, eso de terapias biológicas nos suena a chino.

No es fácil definir el concepto, una terapia biológica es un fármaco muy sofisticado y complejo. Para su producción se necesitan seres vivos, en la mayoría de los casos células, aunque a veces también se usan bacterias. Es una proteína que va dirigida de forma específica a una diana terapéutica muy importante en el desarrollo de una enfermedad. No tiene nada que ver con las terapias naturales, que son tipos de tratamientos que se usan de plantas y que generalmente tienen poco desarrollo. Una terapia biológica es todo lo contrario, tiene mucho trabajo de investigación detrás.

En su ponencia habló del antes y el después.

Antes de la aparición de las terapias biológicas enfermedades como la artritis reumatoide o la psoriasis tenían mal tratamiento. A pesar de que conseguíamos aliviar los síntomas de los pacientes, la enfermedad seguía progresando y suponía un gran impacto para su calidad de vida, incluso con frecuencia obligaba a los enfermos a dejar de trabajar. Con las terapias biológicas hoy en día conseguimos que un paciente con artritis reumatoide siga en activo, cuidando de sus hijos e incluso haciendo deporte.

Tiene aplicación en muchos campos.

Es consecuencia del desarrollo de la investigación en mecanismos básicos de producción de enfermedades. Gracias a la ingeniería genética somos capaces de diseñar de forma específica inhibidores de esas dianas terapéuticas. En el futuro el concepto de terapia biológica será aplicable a cualquier ámbito de la medicina, incluso a algunas infecciones. Hoy en día ya se está utilizando en el tratamiento de la hipercolesteloremia.

Habla de la importancia de la investigación. ¿Se lo ponen fácil?

Uno de los déficits claros en España es la financiación de la investigación, que es la base de esto. Desgraciadamente no se le da la misma importancia que en otros países, aunque es indudable que la época de recesión económica que acabamos de vivir tienen un impacto enorme. Las terapias biológicas son el resultado de la acción de muchos grupos de investigación en todo el mundo.

También está en auge el papel de las células madre.

Es una forma de terapia biológica, aunque distinta. Las células madre se utilizan en la medicina regenerativa, intentan recuperar tejidos dañados, pero ese ámbito está en fase de desarrollo precoz. Hay mucha desinformación entre la población, la evidencia no sugiere que prácticas como congelar el cordón umbilical sean necesarias, hay demasiado mito sin base científica.

¿Su trabajo se sigue centrando en la lucha contra la artritis reumatoide?

Sin duda. A pesar de que hemos avanzado mucho sigue habiendo campo de acción. En la actualidad conseguimos el resultado perfecto en la mitad de los pacientes por lo que seguimos necesitando nuevos fármacos para ese cincuenta por ciento restante.

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