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José Fernando Galán
Domingo, 11 de septiembre 2016, 22:26
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Las pocas personas que en ese momento paseaban por la playa de Salinas-San Juan no daban crédito a lo que estaban viendo, un barco de recreovarado en mitad del arena, a la altura de El Espartal y más cerca de las dunas que del mar, ese día en calma. ¿Cómo llegó allí? El patrón, un ovetense, se vio sorprendido por una densa y repentina niebla y decidió refugiarse en Avilés, su base. A la vista está que tomo un rumbo equivocado. Cuando se dio cuenta de su situación sus desesperados intentos por volver al mar resultaron inútiles, y tuvo que rendirse a la evidencia. Había encallado, pero salió indemne, cosa que probablemente no hubiera sido así se hubiera ido contra el cercano espigón. La cosa no quedó ahí. El camión grúa que acudió en su rescate también quedó atascado en la arena y tuvo que ser rescatado a su vez por un vehículo tractor que consiguió sacarlo del apuro. Y también al barco.
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