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Antonio Cabrera señalaba ayer el edificio protagonista del convenio de Cristalería que aún no se ha ejecutado.
«No voy a renunciar a seguir siendo un ciudadano rebelde»

«No voy a renunciar a seguir siendo un ciudadano rebelde»

«No me he llevado mal con ningún alcalde, pero la peor fue Pilar Varela por su indiferencia y su falta de empatía», asegura antes de dejar mañana el cargo

RUTH ARIAS

Jueves, 27 de octubre 2016, 06:59

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Antonio Cabrera lleva alrededor de un cuarto de siglo pateando calles y despachos en defensa de Jardín de Cantos como presidente vecinal, a donde llegó después de una larga trayectoria sindical en Cristalería Española. Ahora, después de todos estos años de lucha, ha decidido 'colgar las botas', y mañana viernes será relevado al frente del colectivo.

¿Con ganas de ese relevo?

Sí. Ya no tengo ni el entusiasmo ni la ilusión necesarios. Cumplí un ciclo y me merezco un relevo, aunque no voy a renunciar a seguir siendo un ciudadano rebelde.

¿Le cuesta irse?

Sí. A veces me siento desubicado, pero influyen factores como la familia. Hay prioridades y las dudas se han ido disipando. Eso sí, estoy satisfecho de todo lo que he hecho y no me arrepiento de nada, y no lo quiero pensar, pero igual soy yo el obstáculo para que no se dinamice el barrio.

¿No lo va a echar de menos?

Seguramente sí, pero seguiré yendo a las reuniones y opinando, aunque como un ciudadano más.

Se va dejando unas cuantas cuentas pendientes.

Evidentemente. Y una de ellas es el malogrado equipamiento. El convenio de Cristalería data del año 2003 y no puedo entender que en todos estos años no haya sido capaz de desarrollarse.

Ha tratado con varios alcaldes, ¿con cuál se llevó mejor?

Mal no me llevé con ninguno, pero con la que peor fue con Pilar Varela por su indiferencia y falta de empatía. Nunca tuve la oportunidad de tener una charla con ella, y eso que lo intenté muchas veces. Siempre me remitía al concejal designado al barrio, que nunca solucionó nada. Lo que agradezco es la paciencia de los técnicos municipales, con los que he tenido más empatía que con los políticos.

¿Y qué alcalde fue el mejor para Jardín de Cantos?

Ninguno. Todos se asentaron en la indiferencia y se dedicaron a zonas más rentables políticamente.

¿Cuál cree que es el problema para que no se atiendan las demandas del barrio?

Pues no lo sé. Puede que metamos poco ruido, que seamos pocos votos. No quiero ni pensarlo porque creo que ha sido deshonesto por su parte, pero algo tiene que haber porque los problemas de Jardín de Cantos son muy elementales. Lo único que se pide es un poco de mantenimiento y un sitio donde la gente mayor pueda estar. Y luego, habría que hacer un parque infantil y poner unos bancos y mesas para los mayores. No pedimos nada más, ni teatro ni grandes inversiones.

¿Qué va a hacer a partir del viernes?

La verdad es que el sábado va a ser un día raro. Supongo que me dedicaré a hacer mi vida y que seguiré siendo un leal servidor y un fiel observador, y continuaré denunciando lo que no me guste.

Seguro que hay en el Ayuntamiento quien respire con su marcha.

(Ríe) En el Ayuntamiento habrá una sensación de alivio, aunque no creo que yo haya sido muy duro, sino que lo que he hecho ha sido únicamente exponer los problemas.

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