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La entrada a las naves nido de la Cámara de Comercio en el PEPA.
617 empresas se adhieren a la Cámara de Avilés tras el fin del pago forzoso de cuotas

617 empresas se adhieren a la Cámara de Avilés tras el fin del pago forzoso de cuotas

El ente ha sumado servicios a pesar de que el presupuesto se ha reducido desde los 1,5 millones de 2010 a los 700.000 euros actuales

RUTH ARIAS

Miércoles, 4 de enero 2017, 07:14

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Diciembre de 2010 fue quizás el mes más duro para las Cámaras de Comercio españolas. En aquel momento el Gobierno central anunció un cambio de modelo que suponía el fin del pago obligatorio del recurso cameral permanente y, por tanto, dejaba a estos organismos sin su principal recurso de financiación. Desde entonces el sistema es el de pago por servicios con contribuciones voluntarias de las empresas. La de Avilés no ha sido ajena al problema que ha supuesto esta modificación, aunque ha ido recuperándose, y ya cuenta con 617 empresas adheridas. «El dato nos satisface y nos indica que, a pesar de que nos queda mucho por hacer, estamos en el buen camino», asegura la Cámara.

La cifra ha ido creciendo paulatinamente desde que, en el año 2012, se pusiese fin al período de adaptación estipulado por el Gobierno. «Cada día acuden más empresas», señala Heriberto Menéndez Rico, coordinador general del ente. Acuden tanto a los servicios tradicionales de la Cámara, como el jurídico, el de internacionalización o el de creación de empresas, como a los nuevos que se han ido creando en los últimos años, y entre los que se encuentran el de gestión de marcas, el de márketing o el tecnológico, que se han convertido en prestaciones de pago. Así, muchas compañías han optado por abonar una cuota anual a cambio de tener a los profesionales de la Cámara a su servicio.

La cifra de empresas que abonan esas contribuciones a la Cámara es, a pesar de todo, muy inferior a la de aquellas que pagaban el recurso cameral permanente, que eran alrededor de la mitad de las 12.000 que hay censadas en la zona de influencia de este organismo. Aunque muchas de las que sí abonaban esta tasa lo hacían en cantidades muy bajas, de apenas seis euros anuales, la merma de ingresos ha sido considerable para estas entidades, y les ha obligado a realizar ajustes.

En el caso de Avilés, el cambio del modelo impositivo supuso una merma de ingresos muy importante. De los 1,5 millones de euros de presupuesto con los que se había contado en el año 2010 se ha pasado al actual, que ronda los 700.000 euros. Esta reducción ha tenido consecuencias directas en el empleo, y así la Cámara ha pasado de tener trece trabajadores a contar únicamente con nueve. Hay que recordar, además, que en el año 2011 se cerró la oficina del aeropuerto, donde se ofrecía a los empresarios tanto información como servicios de internet, fax o fotocopiadora.

La nueva situación, destacan desde el ente, no ha significado, sin embargo, que el volumen de trabajo se haya reducido. «La institución cameral no ha dejado de prestar ningún servicio ni ha dejado de atender a ninguna de las empresas», indican. El órgano avilesino asiste a unas ochocientas personas cada año, que requieren de alguno de sus múltiples servicios. Otro millar, además, se beneficia del amplio catálogo formativo, tanto de cursos bonificados como de otro tipo de acciones de pago que se ofrecen.

La Cámara de Comercio de Avilés, pues, ha logrado salir relativamente airosa de la nueva situación, mientras que otras como las de Pontevedra, Vigo y Villagarcía se fusionaron en mayo del año pasado. La idea de aglutinar las tres cámaras asturianas, las de Oviedo, Gijón y Avilés, estuvo sobre la mesa pero no llegó a materializarse, aunque sí se ha intensificado la coordinación entre ellas.

El nuevo CAPY y más ferias

Las Cámaras, que siguen siendo Corporaciones de Derecho Público «obligadas a prestar atención a todas las empresas de su demarcación», como recuerda Menéndez, se han quedado «seriamente debilitadas» en algunos casos. En Avilés, sin embargo, se ha hecho un esfuerzo por reforzar los servicios para poder seguir resultando útiles y atractivas para los empresarios de la zona. Entre las nuevas incorporaciones se encuentra, por ejemplo, el Centro de Apoyo a Pymes (CAPY), un «proyecto pionero que facilita asesoramiento y oficinas a las empresas».

La Cámara, además, recuerda que lleva a cabo múltiples tareas, desde la legalización de documentos y la emisión de cientos de certificados a la ejecución de programas regionales, nacionales y europeos «que benefician a muchas empresas cada ejercicio, tanto en la elaboración de diagnósticos y en la implantación de modelos como en la inversión».

Entre los esfuerzos que se han intensificado en los últimos años se incluye también la actividad ferial y la congresual. El Pabellón de Exposiciones de La Magdalena fue el año pasado sede de hasta 27 actividades diferentes, la mayoría de ellas de varios días de duración. La actividad suele ser especialmente intensa a lo largo de la primavera y el otoño, de forma que el recinto ferial se ha convertido ya en uno de los principales centros de actividad de la zona.

Para este 2017 ya hay una decena de eventos con fecha cerrada, entre los que se encuentran algunos salones fijos, como los dos de stocks o la Feria de Desembalaje de Antigüedades, así como la del vehículo de ocasión o la ganadera de San Agustín, mientras que otras supondrán una novedad.

El calendario este año se estrenará en febrero con Salenor, el Salón de la Alimentación y el Equipamiento del Norte de España, que tendrá lugar entre los días 20 y 22 y en el que se presentarán las tendencias y novedades y que contará además con nuevas instalaciones.

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