Borrar
Contraste entre la primera fase de las obras, casi concluida con los primeros puentes construidos y hasta el trazado asfaltado, y la paralización al otro lado de la autovía.
Fomento supedita la conexión de la autovía y el PEPA a modificaciones en el proyecto

Fomento supedita la conexión de la autovía y el PEPA a modificaciones en el proyecto

Los trabajos, reanudados en 2015, se enfrentan a otro retraso casi diez años después del inicio de su tramitación

FERNANDO DEL BUSTO

Viernes, 13 de enero 2017, 05:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los nubarrones regresan sobre las obras de conexión de los enlaces del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) con la autovía AI-81 casi diez años después del inicio de su tramitación. La consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente aún no dispone de la autorización del Ministerio de Fomento para la conexión con una carretera que, en principio, deberá gestionar en el futuro la administración regional, aunque en la actualidad aún no ha presentado de manera oficial la solicitud de cesión ante la administración central.

Al menos así lo aseguró ayer un portavoz del Ministerio de Fomento, mientras que sus homólogos en la Consejería de Infraestructuras guardan silencio ante las preguntas formuladas desde este diario sobre la situación de una inversión que debe contribuir a sacar el tráfico pesado de Avilés y mejorar las conexiones del PEPA con la autovía del Cantábrico, lo que debe repercutir en una importante mejora para las empresas asentadas en el polígono.

Desde el Ministerio de Fomento se confirma que la administración regional ya había solicitado la autorización para la conexión entre ambas vías. Esta se encuentra condicionada a cambios en el proyecto, según aseguran desde la administración central, si bien no quisieron entrar en detalles sobre las características de esos cambios y si pueden influir en el resto de la obra.

Actuación compleja

Desde el Ministerio de Fomento se rechazó inicialmente la conexión por incumplir la normativa de enlaces para autovías. El nuevo 'pinchazo' se encontraba muy próximo a la conexión de Corvera. Desde la administración regional se argumentó que esos criterios se habían fijado pensando en los enlaces en el trazado de las autovías, donde los vehículos circulan a altas velocidades, no en un lugar como el propuesto ya que tenía unas características más propias de un tramo urbano.

Para defender estos argumentos se aludía a la proximidad del semáforo de conclusión de la autopista, además de las limitaciones de velocidad existentes en ambos sentidos, tanto para el tráfico en dirección a Avilés como el de salida.

La consejería de Infraestructuras desvelaba esta situación en octubre de 2015, con motivo de la reanudación de las obras del enlace. En esos momentos, se confiaba en lograr el permiso en 2016 y terminar las obras en 2017, con un retraso cercano a los diez años respecto a las fechas iniciales, según declaró en su momento la consejera de Infraestructuras Belén Fernández.

Bien es cierto que en esas fechas nadie esperaba la parálisis política que se iba a vivir en España después de las elecciones generales de diciembre de 2015 y la existencia de un gobierno en funciones durante la mayor parte del pasado año.

Ello no impidió que el pasado verano, el Principado estimase que la obra se había ejecutado en un 60%. Sin embargo, a lo largo del pasado año no se recibió la autorización del Ministerio de Fomento para la conexión que resulta fundamental para completar la carretera.

Lo cierto es que en el Ministerio de Fomento ha causado cierta sorpresa el proceso seguido por el Principado, toda vez que siempre ha expresado públicamente la posibilidad de que la AI-81, el tramo de la autovía desde la desviación hacia Avilés en Tamón, hasta su conclusión, se convierta en una carretera de titularidad autonómica.

De hecho, en los años previos a la reanudación de las obras se barajó la posibilidad de lograr la cesión antes de realizar la conexión y no tener el 'pinchazo' y luego solicitar la vía. La primera opción facilitará los permisos para la obra, ya que el Principado sería el titular de ambas carreteras. Además, se evitaría otros problemas como los derivados de futuras intervenciones en la zona.

Si se mantiene la situación actual, con dos administraciones gestionando ambas carreteras, en el caso de que el Principado considere necesario intervenir en el tramo de titularidad estatal, deberá solicitar a la Demarcación de Carreteras la intervención en cuestión, lo cual siempre resulta muy complejo.

Sirva como ejemplo las dificultades que se padecen en Avilés para el mantenimiento de la Nacional 632, que sigue siendo de titularidad estatal en el tramo urbano (avenida de Los Telares y calle de El Muelle).

Sin embargo, la posibilidad de la cesión de la AI-81 al Principado de Asturias aún se encuentra lejana. Desde el Ministerio de Fomento confirmaron ayer que la administración regional aún no había iniciado las gestiones para esa tramitación.

Llegado ese momento, desde el ministerio se asegura que la cesión se abordará de idéntica manera al resto de gestiones similares, sin ningún rechazo previo.

De esta manera avanza una obra considerada «estratégica» por el Principado de Asturias y que se comenzó a tramitar en 2007 y licitó en 2008 con el objetivo de que entrase en funcionamiento a mediados de 2010. Es decir, se encuentra próxima a sumar una demora de diez años desde el inicio del proceso y de siete para su apertura.

El primer gran retraso se produjo por la torre de alta tensión de 132 kilowatios. Según se explicó en su momento, la previsión del proyecto era desviarla, pero las servidumbres existentes en una instalación de estas características y las viviendas próximas imposibilitaron esta opción. Finalmente, se optó por un ligero desvío y elevar las torres, para lo que se invirtieron 800.000 euros.

Desde el Principado se explicó que la situación de la línea eléctrica no afectó a los plazos, ya que si se hubiese buscado la solución al trazado antes de comenzar los trabajos de construcción del vial la demora hubiese sido similar a la actual.

Aunque no es menos cierto que se hubiese evitado la imagen de tener unos puentes a medio construir y una carretera paralizada durante años. Coincidió, además, con la época más dura de la crisis económica con lo que esa imagen se convirtió en una de las fotografías de la recesión.

El Principado también inició las obras sin contar con la autorización de Ministerio de Fomento para la conexión con la AI-81. Hasta el momento, no se sabe si la ausencia de ese permiso provocará más meses de demora a una inversión que debe facilitar las comunicaciones del PEPA con la autovía del Cantábrico. De momento, tan sólo se conoce que Fomento solicita cambios en el proyecto y que la consejería de Infraestructuras guarda silencio al respecto.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios