Borrar
Un grupo de vecinos de Miranda, concentrados ayer en la plaza de Santa Ana.
«En mi casa han entrado tres veces»

«En mi casa han entrado tres veces»

Un centenar de vecinos de Miranda se concentra en demanda de más seguridad

J. F. GALÁN

Lunes, 16 de enero 2017, 01:44

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«En mi casa han entrado tres veces», lamenta Bernardo Ignacio Fernández, uno de los cerca de cien vecinos de Miranda que a las doce y media del mediodía de ayer se concentraron, pese a la lluvia, en la plaza de Santa Ana para expresar su malestar por los numerosos robos con fuerza que se registran en viviendas de la zona y exigir mayor presencia policial. «Comenzaron hace dos años y han ido a más. La sensación es de inseguridad, sobre todo entre las personas mayores y las que viven solas. Y aquí son muchas», clama el presidente de la asociación de vecinos, Félix Rodríguez.

La parroquia de Miranda se extiende en dos concejos. La policías Nacional y Local se ocupan de la seguridad en la parte que pertenece a Avilés, en la que se levanta el núcleo principal, Santo Domingo, y la Guardia Civil en la de Castrillón, un área rural. Las protestas que desde hace tiempo realizan los vecinos «han servido al menos para que las patrullas se dejen ver un poco más por aquí, pero no es suficiente. Queremos más presencia policial», reitera el presidente de la asociación de vecinos.

Nondivisa es un núcleo formado un puñado de casas próximas a Santo Domingo en el que se han registrado varios robos. La sensación de inseguridad es tal que algunos vecinos se han organizado para mantener cierta vigilancia en la zona tras la caída del sol. «En cuanto oyes ladrar a un perro te pones en alerta», afirma uno de ellos. Bernardo Ignacio Fernández vive en Nondivisa. La primera vez que entraron en la suya «estaba durmiendo. Me despertó un fuerte ruido y vi que alguien me iluminaba con una linterna. Entonces salió corriendo pero le dio tiempo a llevarme el televisor y también sesenta euros que tenía sobre la mesa».

La segunda «entraron por la parte trasera, a la que seguro accedieron desde el patio de mi vecina, y me llevaron herramienta», mientras que el tercer y último robo se quedó en intento. «Oí un fuerte ruido, me levanté y vi que alguien escapaba corriendo. Esta vez no tuvo tiempo a llevarme nada», suspira.

Raquel Rodríguez también estaba en la concentración celebrada ayer en la plaza de Santa Ana. Su casa, una vivienda unifamiliar, al igual que la de Bernardo Ignacio Fernández, está junto a la parada del autobús, «en una zona bastante transitada. «Salí de casa sobre las siete de la tarde y cuando llegué, a las ocho y media, vi que todo estaba revuelto. Entraron por la ventana que da a la calle, a la parada del autobús, que pasa cada cuarto de hora, y se llevaron todo lo que pudieron. Dinero no había, pero sí algunas joyas y recuerdos familiares que para mí tienen gran valor sentimental», lamenta.

A Marcos López le robaron el coche. «Fue hace ya algún tiempo, y apareció completamente desguazado ese mismo día, en Serín. El mes pasado sorprendí a dos intrusos en el patio, y al verme marcharon corriendo», recuerda. Juana María Esteban también conoce bien las desagradables sensaciones que invaden a quienes han visto violada la intimidad de su domicilio. Le robarán material y una bicicleta que guardaba en un tendejón, al que el ladrón o ladrones accedieron tras forzar la cerradura. «Lo peor es que tienes miedo a que vuelvan».

La concentración se prolongó durante unos veinte minutos, sin pancartas ni proclamas. «Solo queremos que se sepa que aquí tenemos un grave problema de seguridad y exigir a las autoridades correspondientes que adopten las medidas que sean necesarias para atajarlas», concluyó el presidente de la asociación de vecinos de Miranda.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios