Borrar
Suárez Pandiello, ayer en el Centro de Estudios Universitarios.
«El problema de las pensiones no es tanto demográfico como económico»

«El problema de las pensiones no es tanto demográfico como económico»

Catedrático de Economía Aplicada

J. F. GALÁN

Viernes, 10 de febrero 2017, 08:52

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo, Javier Suárez Pandiello forma parte del grupo de diez expertos constituido por la Federación Española de Municipios y Provincias y el Gobierno de España para abordar el nuevo modelo de financiación local de forma paralela a otro creado con el fin de estudiar la financiación autonómica. Ayer jueves impartió una charla en el Centro de Estudios Universitarios, la segunda del curso sobre 'Economía de la Vida Cotidiana', que se desarrollará hasta el 6 de abril a razón de una conferencia a la semana abierta al público, los jueves a partir las siete de la tarde. El título planteaba un interrogante: '¿Tiene futuro nuestro sistema de pensiones?'

Es un tema de gran repercusión social que siempre está de actualidad.

Sí, y muy dado a la demagogia, con el que siempre se juega cuando hay elecciones a la vuelta de la esquina. Creo que puestos a preocuparse por las pensiones somos los pensionistas futuros los que debemos estar preocupados, no los presentes.

¿Es sostenible el actual sistema?

Por definición, cualquier sistema se puede mantener si hay voluntad real de que así sea, pero al ritmo que llevamos, con menos trabajadores en activo, más pensionistas y mayor esperanza de vida, si hubiera que pagar las pensiones únicamente con las aportaciones de los cotizantes la respuesta es que difícilmente sería sostenible. Si queremos pensiones dignas habrá por tanto que buscar nuevas fórmulas, pero sin duda seguirá habiendo pensiones. Lo que parece claro es que ningún gobierno va a dejar de pagarlas, simplemente porque entonces no podrían ni salir a la calle.

Algunos estudios mantienen que dentro de veinte años habrá el doble de jubilados y el 65% de la población va a ser mayor de 65 años o menor de 16.

Eso no lo podemos saber, porque no somos capaces de predecir los flujos migratorios a tan largo plazo. A mi juicio el problema no es tanto demográfico como económico. Si somos capaces de generar actividad económica podríamos suplir nuestra baja demografía con gente de otros países. Y si no lo somos estaríamos perdidos. La clave es la economía, la demografía es un factor secundario.

El desequilibrio de la seguridad social se acentúa y el fondo de reserva se agota.

La economía funciona por ciclos y hay que pensar que la actual situación económica se revertirá aunque insisto, no hay ninguna ley divina que obligue a mantener el actual sistema tal y como está concebido. En el supuesto de que la llamada 'hucha de las pensiones' se agote hay otros instrumentos para inyectar dinero al sistema. Al final todo es cuestión de prioridades, de decidir si gastamos más en una cosa o en otra. O a lo peor hay que subir los impuestos.

Inyectar dinero o subir impuestos puede mermar la actividad económica.

Depende de donde se saque. No todos los tributos penalizan por igual los incentivos al trabajo, al ahorro o a la inversión y a la asunción de riesgos.

La pensión media en Asturias es de las más altas del país.

Es así porque durante mucho tiempo los sueldos y las cotizaciones también lo fueron.

Y la tasa de paro también. ¿Es contradictorio?

No necesariamente. La misión esencial de las pensiones no es redistribuir, sino sustituir rentas, por lo que las cuantías se establecen en función de las cotizaciones de cada trabajador a lo largo de una parte de su vida laboral.

¿Hay que subir la edad de jubilación?

Imagino que a medida que aumente la esperanza de vida resultará inevitable. Obligar a subirse a un andamio a los 67 años no parece tener mucho sentido, pero en determinadas profesiones se puede ampliar perfectamente la edad de jubilación, siempre y cuando la salud acompañe. Parece menos razonable, por ejemplo, que trabajadores de oficina se vayan a su casa a los 55. Lo que quiero decir es que establecer una edad de jubilación estándar, la misma para todo el mundo, resulta difícil.

¿Estamos pagando las prejubilaciones del pasado?

Las prejubilaciones las pagan las empresas, no la Seguridad Social, pero retirar del mercado laboral a gente a los cincuenta y pocos años, como ha sucedido en este país con sectores enteros, genera un efecto extraño y no parece asumible. Es algo que no se puede mantener.

Algunos expertos abogan por un sistema de capitalización individual promovido por las empresas.

Cambiar un modelo de reparto a uno de capitalización, en el que cada uno se compra su propia pensión, me parece inviable. Sería necesario un sistema de transición a muy largo plazo, por lo que opino que no tiene mucho sentido plantearlo como solución general. En todo caso, si uno mira a los países de nuestro entorno se da cuenta de que las aportaciones de las empresas a fondos privados de pensiones son infinitamente mayores que en España. Frente a la queja cierta de que en otros países las cuotas empresariales a la Seguridad Social son más bajas que en el nuestro habría que oponer que si se tuvieran además en cuenta esas otras aportaciones la cosa cambiaría sustancialmente.

Otros defienden un sistema mixto.

Seguramente aquí habrá que hacer de la necesidad virtud. En todo caso, tal y como están las cosas, con los niveles salariales actuales, decir a la gente que si no se hace su propio fondo no va a cobrar pensión sería una broma de mal gusto.

¿Se deben subir las pensiones?

Tal y como está formulada la pregunta cualquiera respondería que por supuesto. La cuestión es qué subida estamos dispuestos a asumir. Lo que no podemos pretender es tener una sanidad magnífica, un sistema educativo de primera y unas pensiones elevadísimas y pagar impuestos africanos. Hay que conjugarlo todo.

¿Cuál sería entonces el modelo a implantar?

Esta pregunta sí que es para nota. Yo diría que tanto la reforma de Zapatero como la de Rajoy llevan a jubilarse más tarde y a cobrar menos. Todo el ajuste se ha hecho exclusivamente por la vía del gasto y habría que plantearse tocar los ingresos, obtener recursos alternativos que alimenten el sistema. Lo contrario haría a los actuales trabajadores se sintiesen estafados, pues verían roto un contrato social intergeneracional.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios