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La avilesina Esther Fernández en su despacho de la Fiscalía Superior de Asturias.
La fiscal superior defiende el escrito de acusación del caso Niemeyer que visó «personalmente»

La fiscal superior defiende el escrito de acusación del caso Niemeyer que visó «personalmente»

Los abogados de los acusados proclaman la inocencia de sus clientes y hablan de un documento «sobredimensionado y desproporcionado»

C. PÉREZ/ F. DEL BUSTO

Sábado, 18 de febrero 2017, 04:12

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Las declaraciones de Natalio Grueso, después de convertirse el pasado jueves en el principal acusado en el conocido como caso Niemeyer que investiga su gestión en el complejo cultural de la ría de Avilés, cuestionando la sustitución del fiscal que había participado en las diligencias previas por otro letrado encargado del escrito de acusación provisional provocaron ayer la reacción de Esther Fernández, la fiscal jefe de Asturias que salió en defensa tanto del trabajo realizado por el primer fiscal, Jesús Villanueva, como del escrito firmado por Alejandro Cabaleiro, y que, según declaró «visó personalmente».

En su comparecencia ante los medios de comunicación, Fernández recordó que «ningún fiscal instruye un caso», ya que es una tarea que corresponde a los jueces instructores, por lo que reclamó que «antes de hablar se informen de las cosas y de cómo funciona la Fiscalía».

La máxima responsable de los fiscales asturianos también aludió a los criterios que había impuesto a su llegada a su región de origen. Así, subrayó que había concedido importancia al «principio de especialización» frente a otros criterios. «En su momento fue muy elogiada por esa decisión, aunque ahora veo que comienza a ser criticada».

Tras ese prólogo explicó los detalles del cambio de Jesús Villanueva por Alejandro Cabaleiro. Una decisión que, de manera involuntaria, comenzó a gestarse en julio del pasado año cuando el destacamento fiscal de Avilés plantea un cambio en su forma de trabajar. Fernández aceptó la nueva organización que, entre otros efectos, provocaba que Jesús Villanueva se especializase en seguridad vial.

En medio de esa reorganización, a finales de septiembre, el Juez Instructor dicta un auto planteando a la Fiscalía la obligación de calificar los hechos investigados y donde él había apreciado la existencia de delito societario y administración desleal.

A partir de ese momento, se suceden una serie de recursos de las defensas, alguno de ellos con informe favorable de la Fiscalía, cuyo efecto práctico fue sumar más retraso al proceso hasta que a mediados noviembre el propio juez instructor fija un plazo de veinte días para que el fiscal presente su escrito de acusación.

En ese proceso, es cuando se produce la baja por enfermedad de Jesús Villanueva. «La persona sustituta en Avilés es una fiscal con poca experiencia para un caso de esta complejidad y donde apremiaba presentar la calificación», aseguró Esther Fernández que también recordó que en diligencias concretas «Villanueva no pudo acudir por causas personales y no pasó nada».

«Estaba informada»

Esther Fernández desveló que dentro del trabajo diario de su departamento «los fiscales me informan de los casos más relevantes». Así, disponiendo de todos los datos decidió que Alejandro Cabaleiro asumiese la calificación. «Es delegado de Medio Ambiente, pero se integra en la sección de delitos económicos. Ha hecho un magnífico trabajo, visado personalmente por mí, y cuenta con notables éxitos como el caso de los monolitos [que condenó a Ángel González a inhabilitación para cargo público por un fraccionamiento de contratos en su época como viceconsejero de Bienestar Socia] o las exenciones ilegales del alcalde de Cudillero». Fernández avanzó que Cabaleiro seguirá a partir de este momento en el caso.

«El trabajo que se ha hecho no es improvisado. Hay informes, documentos. Existe una documental con miles de folios. Se ha hecho un trabajo exhaustivo», aseguró la fiscal superior de Asturias.

Fernández se mostró respetuosa con algunas declaraciones de Grueso, para quien se piden once años de cárcel pormalversación, falsedad en documentos y un delito societario. «Entiendo y respeto lo que dice. Se enfrentan a peticiones de muchos años de cárcel. Piensa que la mejor defensa es un ataque. Está en su derecho y tiene otros como mentir, pero no me parecen justos los ataques injustificados contra las personas. No me parece justificado que diga que el fiscal no sabía como enfocar el caso, cuando había nunca me transmitió eso ni existe ningún escrito en esa línea. No se debe personalizar porque el trabajo es de toda la fiscalía, los fiscales estamos y nos vamos», declaró. También defendió la comunicación de la calificación «pues no se facilitó a los medios hasta que tuvimos confirmación de que todas las partes estaban notificadas. Si tiene un problema con su procurador o abogado es suyo, no de la Fiscalía».

Esther Fernández concluyó su intervención con una consideración como «avilesina». «Con toda la historia cultural y económica de Avilés, me molesta que diga que puso a Avilés en el mapa por traer a Woody Allen a dar un paseo, como si fuese más importante que la construcción del propio centro. No sé que pensaría el finado», concluyó.

Por su parte, los letrados de cuatro de los cinco acusados proclamaron la inocencia de sus clientes. Pelayo Mijares, encargado de la defensa de Natalio Grueso, calificó el escrito del fiscal como «sobredimensionado y desproporcionado», criterio que compartieron Antonio Pineda, defensor de José María Vigil, y Luis Tuero, defensor de Judit Pereiro. «No haré valoraciones sobre el escrito del fiscal. Mi cliente es inocente y lo demostraré en el juicio. Todo lo que hizo es legal», aseguró Francisco García Menéndez, defensor de Marc Martí.

Mijares defendió la legalidad de la gestión de Natalio Grueso en el Centro Niemeyer. «Todo lo que hizo fue legal. Su gestión se encontraba supervisada por la Fundación, no cometió delitos, como mucho errores contables», afirmó. Pineda insistió en la inocencia de su cliente, José María Vigil, calificando el escrito del fiscal como «sobredimensionado y desproporcionado, no cometió ningún delito». Luis Tuero comparó la situación de Judit Pereiro con otros procesos como la Infanta Cristina o Ana Mato. «Ella no es responsable de los comportamientos de su marido. Como mucho, puede ser partícipe a título lucrativo y tener sólo responsabilidad civil, pero es inocente».

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