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Mariví Monteserín, Vicente Domínguez y Carlos Cuadros, en una imagen de archivo.
El patronato controlará los regalos a los empleados del centro cultural

El patronato controlará los regalos a los empleados del centro cultural

El Niemeyer aprueba un código ético y unas normas de conducta «en aras de la transparencia»

J. F. GALÁN

Jueves, 16 de marzo 2017, 02:48

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El Niemeyer no aceptará donaciones «de origen desconocido, susceptibles de proceder de actuaciones ilegales o de conductas delictivas o contrarias a la ética del centro», y sus empleados tendrán prohibido «ofrecer o conceder, directamente o a través de un tercero, a un directivo, administrador, empleado o colaborador de cualquier empresa o entidad privada regalos, remuneraciones, favores o servicios para que, incumpliendo sus obligaciones en la contratación de servicios profesionales, favorezcan al centro frente a otros».

La normas de conducta que hizo ayer públicas el patronato de la Fundación también les prohiben «aceptar regalos de clientes o proveedores cuando consistan en dinero o equivalente», y la recepción de aquellos que se consideren propios de los usos habituales, sociales y de cortesía procedentes de clientes o proveedores tendrá que ser comunicada al Patronato, «que contestará por escrito al solicitante, otorgando o denegando autorización para la recepción del regalo».

El texto también establece que cuando tenga que desplazarse por motivos laborales el personal «solamente aceptará el pago del importe del transporte, el alojamiento y la manutención, rechazando cualquier otro tipo de pago, honorario o comisión». Tampoco podrá ser «suministrador ni proveedor del centro, ni adquirir ni arrendar bienes a éste sin autorización», ni valerse de su posición «para obtener ventajas personales ni materiales ni aprovecharse de oportunidades de negocio de las que pudieran tener conocimiento con ocasión del desarrollo de su actividad profesional». Las normas de conducta prohiben de igual forma «la realización por parte del centro de cualquier tipo de donación o aportación, con independencia de su cuantía y forma, destinadas a un partido político».

Buenas prácticas

Los empleados tendrán la obligación de informar de los hechos susceptibles de constituir «un riesgo de delito o una infracción del código ético», también hecho público ayer, con la garantía de que «ninguna persona que denuncie de buena fe un hecho sufrirá represalia o consecuencia adversa de ninguna clase».

El código ético establece unos principios de buenas prácticas. Entre otros puntos señala que los espectáculos, producciones y exposiciones «mostrarán las obras de arte de forma digna» y que la programación «tendrá en cuenta las diferentes tipologías de visitantes y se adaptará a un amplio abanico de expectativas, siendo sensible a los distintos grupos sociales». Aquellas exposiciones o producciones que incluyan obras con restos humanos u objetos sagrados «deberán exponerse con sumo tacto», y si incluyesen animales vivos «se velará por su bienestar».

En otro apartado, subraya que los profesionales vinculados al centro «ejercerán la máxima cautela antes de aceptar invitaciones privadas a almuerzos, cenas u otras formas de ocio ofrecidas por individuos u organizaciones cuando exista un interés comercial que pudiera suponer un conflicto».

El código ético marca como principio de actuación «el firme compromiso del centro de formar parte integrante de la sociedad, impulsando la sensación de pertenencia colectiva y haciendo partícipe a la comunidad más próxima de sus objetos» a la vez que subraya que el éxito del centro «está unido a la excelencia de su gestión».

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