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J. F. GALÁN
Domingo, 26 de marzo 2017, 01:52
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El Partido Popular acusa al gobierno local de ser «incapaz de gastar su propio presupuesto» y ofrece una visión muy distinta de las cuentas municipales a la que recientemente dibujó la concejala de Hacienda, Raquel Ruiz. «La realidad es que el endeudamiento ha crecido hasta 27.360.708 euros, el 45% del presupuesto. Son 619 euros por habitante, mientras que el gasto social se ha reducido a 769, veinte menos que hace un año», manifestó el concejal Alfonso Araujo.
Ruiz indicó que el presupuesto de 2016 se cerró con un equilibrio presupuestario positivo de 6,6 millones de euros y un remanente líquido de tesorería de 6,7. Araujo atribuye tal cifra a que «tan sólo se ha ejecutado el 87% del presupuesto del pasado ejercicio. Hay 6,9 millones de euros que continúan en el cajón que no se podrán tocar hasta septiembre, incluyendo créditos solicitados hace años que aún no se han invertido, pero que generan intereses. Es un dinero que tenía que haberse gastado en bienes y servicios para los ciudadanos, pero que sigue ahí».
La situación que describe es consecuencia, a su juicio, «de un desgobierno, débil y en minoría, poco diligente, y con gravísimos problemas en las concejalías de Festejos e Interior, cuyos titulares -Ana Hevia y Raúl Marquínez- se pasan más tiempo en los Juzgados que en el Ayuntamiento. Falta diligencia hasta para cobrar, con nada menos que 6,3 millones de derechos reconocidos que aún no han entrado en el Ayuntamiento».
Araujo centró gran parte de su discurso en el remanente. «Si ha crecido es porque no se han ejecutado muchas de las partidas asignadas en el presupuesto. Por ejemplo, no se han gastado 3,9 millones del programa de servicios públicos básicos ni tampoco 1,4 del de protección social del que tanto alarde hace la alcaldesa. ¿De qué sirve decir que se destina mucho dinero a este capítulo si luego no se gasta? También han pasado al remanente 740.000 reservados para Educación, Cultura y Deporte y otros 451.000 para promoción económica».
La conclusión a la que llega es que «si se suman todas están cantidades se entiende muy bien de dónde sale el remanente, de no gastar lo que se tenía que haber gastado. Solo hay que salir a la calle y ver que no hay mejoras sustanciales. La explicación no es otra que la mala gestión del gobierno socialista, incapaz hasta de ejecutar sus propias cuentas», concluyó Araujo.
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