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El patio interior se ha deteriorado de forma notable. En la imagen, su estado en 2015
El gobierno municipal estudia darle utilidad al Palacio de Maqua para evitar su ruina

El gobierno municipal estudia darle utilidad al Palacio de Maqua para evitar su ruina

El Ayuntamiento renuncia a sus planes de venta después de intentarlo con una tasación de 1,4 millones de euros

FERNANDO DEL BUSTO

Lunes, 27 de marzo 2017, 01:46

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El gobierno municipal busca «dar nuevos usos al Palacio de Maqua» con el fin de evitar el deterioro del edificio, especialmente notable en su interior. El concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, confirmó a LA VOZ que el Ayuntamiento trabaja en diferentes líneas para ayudar a conservar el edificio que albergó hasta 2010 servicios municipales que posteriormente se repartieron entre el edificio Fuero, en la avenida de Fernando Morán, además de otros inmuebles rehabilitados en el centro, como en La Ferrería. Lo único cierto es que el Ayuntamiento ha retirado el edificio del mercado, donde intentó venderlo en dos ocasiones, la primera en 2012, después de tasarlo en 1,4 millones de euros y sin recibir ninguna oferta.

En esa situación, el equipo de gobierno archivó el pasado año la idea de la enajenación y comenzó a pensar en una posible alternativa. El concejal de Urbanismo declinó dar más pistas ni plazos, pero los hechos evidencian que la situación del edificio preocupa a la administración local.

Así, realizó una pequeña inversión para tapar el patio de luces y evitar la entrada de agua y palomas en él. Era una obra a requerimiento del Principado después de que Construcciones Campelo denunciase el mal estado del edificio y los problemas con las goteras.

En noviembre de 2015, después de esa intervención, el Ayuntamiento encargó un informe a los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca, conocidos por sus diferentes intervenciones en el patrimonio artístico de Asturias, sobre la situación del edificio. En ese documento, sus autores reconocían que sus conclusiones se encontraban limitadas por la imposibilidad de haber realizado catas a la estructura, limitándose tan sólo a una observación.

Deterioro del edificio

Con esa prevención, y recomendándola en el caso de plantear una reapertura del edificio, alertaban de la situación de la galería de madera, uno de sus elementos más destacados, dándola por pérdida a causa de la humedad. La falta de ventilación provocada por la cubierta del patio de luces tan sólo puede haber acelerado ese proceso, a tenor de las conclusiones del estudio.

Los arquitectos también señalaron posibles problemas en el techo de la planta baja, pero aconsejan informes más detallados para confirmar la situación del inmueble.

El Ayuntamiento adquirió el edificio en los años 80, dentro de un proceso de compra de diferentes elementos del patrimonio de la ciudad con el fin de recuperarlos con actividad pública. En 1983 y 1997 el inmueble se benefició de obras de rehabilitación, que, sobre todo, se centraron en su cubierta y en la fachada. En su interior, se preservó la galería interior, una joya de madera, y la decoración interna de las cubiertas.

Desde entonces, ocupó la sede del Centro de Profesorado y Recursos de Avilés, hasta que se trasladaron por problemas en su estructura, y diferentes servicios municipales: Oficina de Información Juvenil, Casa de Encuentros de la Mujer y Oficina de Gestión Urbanística.

Tras la citada salida de esos servicios, en el edifico se mantuvo un único ocupante: Construcciones Campelo, anterior propietario del inmueble, y que ocupa el bajo que da a la calle de La Cámara.

En 2012, el número de inquilinos del palacio se incrementó cuando Aguas de Avilés inauguró sus instalaciones en la trasera del inmueble tras unos trabajos de rehabilitación que duraron un año y necesitaron una inversión de millón y medio de euros. La obra permitía recuperar el esplendor de una parte del edificio que había permanecido sin actividad desde el cierre del Colegio Santo Ángel.

Con todo, el mayor número de problemas los ha venido sufriendo Construcciones Campelo, que no ha cesado de denunciar ante Patrimonio la situación del edificio y los riesgos existentes.

La falta de actividad, la humedad y la ausencia de ventilación han ido minando la buena salud del monumento. Desde la calle de La Cámara, el Palacio de Maqua presenta la buena imagen que ha mostrado desde su última rehabilitación, con los trabajados miradores del tercer piso y su porte majestuoso.

Sin embargo, el problema se encuentra en el interior. La cubierta sobre el patio de luces ha reducido los problemas de inundaciones, pero sus huellas son evidentes en las paredes. Material de oficina, cajas vacías, u hojas esparcidas ofrecen una imagen en sus pasillos propia de un escenario bélico, mientras los desconchones proliferan en los techos. La madera del patio interior empieza a desprenderse.

En esta situación, el gobierno busca una salida que permita salvar uno de los pocos palacios del centro urbano que, en la actualidad, carece de actividad. Las limitaciones presupuestarias de las administraciones públicas y la falta de interés que ha demostrado el sector privado complican aún más un escenario, de por sí, difícil.

De ahí que es normal que el concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, apele a la prudencia antes de hacer un anuncio que confirme la recuperación del Palacio de Maqua para la vida de la ciudad.

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