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Baterías de cok ocupan actualmente cerca de 370.000 metros cuadrados que quedarán liberados cuando cese su actividad dentro de dos años.
Avilés busca una consultoría internacional que atraiga empresas para los terrenos de baterías

Avilés busca una consultoría internacional que atraiga empresas para los terrenos de baterías

Se encargaría de poner en valor ante futuros inversores un suelo estratégico desde el punto de vista industrial y tecnológico

YOLANDA DE LUIS

Jueves, 30 de marzo 2017, 08:58

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El Ayuntamiento de Avilés no quiere que la historia de las baterías de cok de Gijón, cerradas en 2013 y que ahora comienzan a demolerse, se repita aquí. Espera que las negociaciones iniciadas por la alcaldesa con el resto de administraciones públicas puedan dar sus frutos para que en 2019, cuando las baterías avilesinas cesen su actividad, esté ya cerrado el calendario que permita su inmediato desmantelamiento, la descontaminación de los terrenos y su urbanización. Incluso quiere ir más allá y tener en cartera alguna de las empresas que puedan ubicarse en este nuevo suelo industrial. Para ello, ya se trabaja en la búsqueda de una consultoría internacional que pueda 'vender' la importancia de unos terrenos situados en una zona estratégica tanto industrial como tecnológicamente.

Los terrenos, como los del resto del Parque Empresarial Principado de Asturias, son propiedad de SEPIDES incluida en la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La concesión a ArcelorMittal para la actividad de baterías de cok finaliza este año, aunque el contrato recoge la opción de prorrogar la misma todavía tres años más. Pero la multinacional ya anunció el pasado mes de noviembre su intención de cerrar las baterías avilesinas en el año 2019, cuando tiene previsto que comiencen su actividad las nuevas que construirá en Veriña. Ese anuncio dio el pistoletazo de salida para comenzar a diseñar el futuro de los casi 370.000 metros cuadrados que ocupan actualmente estas instalaciones.

Políticos, empresarios y sindicatos coinciden en cuál debe ser ese futuro. Atrás ha quedado la idea de que estos suelos formen parte del diseño urbanístico de Avilés con viviendas y usos terciarios. Parece que esta vez un proyecto de importancia para la ciudad como es este no va a estar rodeado de largos debates y polémicas como ha sucedido con otros, lo que sólo han conducido hasta ahora a atascarlos y a que pasen los años sin avances en los mismos.

El pasado viernes, durante la celebración del congreso comarcal de Comisiones Obreras, todas las voces que se escucharon en los saludos institucionales llamaron a la defensa común del futuro industrial de estos terrenos y su puesta en valor. Los discursos más explícitos vinieron del portavoz del equipo de gobierno, Luis Ramón Fernández Huerga, que habló de la unidad y la búsqueda de consensos ante los retos que tiene la ciudad y la comarca por delante; y del presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega, que afirmó que «nosotros también tenemos que resolver enquistamientos que tenemos», refiriéndose a proyectos como el de la Ronda Norte. Pero concretamente sobre el futuro del suelo industrial de baterías de cok aseguró que «tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo para no dar oportunidades al Gobierno central para que se achante y no asuma su responsabilidad a la hora de poner en valor estos terrenos».

En el plano sindical también hubo llamamientos a la futura defensa de los puestos de trabajo que podrían peligrar con el cierre de las baterías de la ciudad y que se cifran en torno al medio millar entre empleo directo e indirecto.

Al día siguiente del anuncio del cese de actividad de baterías de cok la alcaldesa, Mariví Monteserín, ya hizo su primer llamamiento a esa unidad en la defensa para que esos terrenos «acojan actividad productiva, innovadora, tecnológicamente avanzada, medioambientalmente sostenible y generadora de empleo cualificado». Y para ello, defendió que ese suelo «ha de incorporarse necesariamente al Parque Empresarial Principado de Asturias y al Parque Científico y Tecnológico».

Los 'actores' que tienen que estar presentes en el diseño y el desarrollo de este nuevo suelo industrial tienen ya experiencia en ese proceso. Son los mismos que pusieron en valor los antiguos terrenos de Ensidesa donde hoy se asientan empresas de alto valor tecnológico y dos centros de investigación de reconocido prestigio.

Los propietarios del suelo, entonces la sociedad Infoinvest, presidida por Joan Massó -convertida ahora en SEPIDES, presidida por Rosa Mosulén- mantuvieron a finales del siglo pasado decenas de reuniones con los gobiernos local y regional, y también con el resto de agentes sociales y económicos de la ciudad hasta diseñar el PEPA, del que todavía queda pendiente de desarrollo su zona terciaria, la más cercana al centro de la ciudad. Es ese camino el que el gobierno local quiere comenzar ya para acotar los plazos al máximo.

En aquel primer plan urbanístico diseñado en 1999 para los suelos en los que se había asentado Ensidesa y en donde había cesado toda actividad industrial excepto la de la central térmica y baterías de cok, se decía que «debemos tener presente que lo mismo que Ensidesa tuvo unas implicaciones en todos los ámbitos espaciales y socioeconómicos para toda la comarca, y más allá de ella, lo que se haga en este espacio también tendrá una influencia directa en este ámbito» y se añadía que «una oferta de suelo tan amplia como la constituida por los terrenos de la antigua Ensidesa debe servir de revulsivo a la ciudad para articular su desarrollo económico en torno a nuevas propuestas».

Diecisiete años después, estos terrenos parecen haber cumplido con ese objetivo y ahora toca diseñar el de los suelos que dejará libre baterías de cok, para los que existe una coincidencia a la hora de apostar porque sigan esa misma senda ya trazada y consolidada en el resto del suelo del PEPA. Sin embargo, el camino no estuvo exento de complicaciones urbanísticas, desencuentros políticos y dificultades económicas, que incluso contribuyeron a retrasar la venta del suelo industrial y la instalación de nuevas empresas.

Lo que quiere el gobierno local ahora es que la historia no se repita y que una vez cese la actividad de baterías de cok los avilesinos vean durante años la decadencia de estas instalaciones industriales sin demoler a la espera del diseño del nuevo plan para la zona. Por eso, como ya ha publicado este periódico, la alcaldesa ya trabaja en un nuevo acuerdo industrial para Avilés y para ello ya ha expuesto tanto ante SEPIDES como al presidente del Principado el objetivo de Avilés: disponer de un proyecto que permita poner en valor los terrenos liberados por baterías de cok en el menor tiempo posible una vez cese su actividad dentro de dos años.

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